Del dibujo al píxel: portadas y videojuegos (III)

Vámonos que nos vamos con la tercera entrega de las particulares transiciones que se producían desde las ilustraciones de portada hasta los personajes de carne y píxel que realmente manejábamos en los juegos de antaño. Tengo que escribir sobre ello una entrada específica, pero hace muy poquitos días que me he agenciado un Spectrum 128K +3 en un Cash-Converters, impecable, con sus juegos de promoción -pack Police de Robocop 2 y Chase H.Q. 2– y conservando el olor a nuevo. Los pelos como escarpias, oigan. Si es que no tenemos remedio los nostálgicos. Adelante, adelante.

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Del dibujo al píxel: portadas y videojuegos (II)

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Segunda entrega de este particular viaje por el trasvase de las ilustraciones de portada de videojuegos antiguos a los sprites pixelados que podíamos disfrutar en pantalla, a través de nuestras viejas y añoradas máquinas de ocho y dieciséis bits.

La verdad es que realizar una selección idónea e interesante para este tipo de artículo no es tarea fácil, porque hay mucho donde elegir. Además de Wakelin, Royo y Azpiri, también exitieron otros artistas menos conocidos que prestaron su arte para esta noble causa. Y además, hay que contar algo curioso acerca del juego en cuestión, por eso de complementar. Veamos si os convence, entonces, la recopilación. Pasen, vean y opinen.

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[Mercadillo] Oleada de cintas de cassette para Amstrad CPC

Esperando que tengan ustedes un feliz comienzo de semana, algo que será más sencillo de llevar teniendo en cuenta que el Miércoles ya deberíamos disfrutar de la merecida reducción de jornada laboral en compensación por el caluroso clima en el que nos encontramos. Este domingo, previamente al baño de sol y agua marina caletera gaditana que me despaché, me pasé por el baratillo de Cádiz esperando encontrar otro empujón de material Retro para sumar a mi colección.

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Lo que encontré fue lo siguiente: una elevada cantidad de juegos de Amstrad CPC, todos en formato cinta y bastante apañados en cuanto a estado de conservación. Entre ellos he podido hacerme con títulos con los que, en su día, no pude disfrutar. Por ejemplo, el Cray 5 de Topo Soft, un plataformas realizado en exclusiva para el CPC, cosa harto extraña de encontrar en la llamada Era Dorada del Software Español, y con música de César Astudillo «Gominolas» incluída, o el Survivor, también firmado por la misma compañía.

También viene incluido el mítico y primigenio La Plaga Galáctica de Paco Suárez, uno de los primeros programas comerciales de origen patrio, lanzado por Indescomp; el no menos lacrimógeno y nostálgico Oh Mummy! y su taladrante e inacabable melodía; títulos españoles de Dinamic como Freddy Hardest y el apetitoso pack 4 en 1 que incluía Phantomas, Camelot Warriors, Cobra’s Arc y Abu Simbel Profanation; por su parte, la representación de Opera va por partida doble, con el complicadísimo Livingstone Supongo y un título del que poco más puede decirse: La Abadía del Crimen.

Además de todo esto, se vinieron para casita otros clásicos de origen extranjero como el Head Over Heels de Jon Ritman, conversiones arcade del calibre del matamarcianos XeviousOut Run y su TurboSecuela; el combate contra las tropas de Bydo en R-Type, o una representación del amplio catálogo de Ocean en materia de conversiones de cine a videojuego con Rambo III.

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El amable señor que me vendió las cintas me regaló otro juego peliculero, el Cazafantasmas II de Activision, un juego que igual podría considerarse mejor que el que acaba de sacar Terminal Reality para la «Next-Gen»… ah, y me olvidaba: tenemos un punto picante que añadir al lote, el Strip Poker II Plus, del que cito textualmente su texto descriptivo en la contraportada del cassette:

Un chispeante y excitante juego de póker te espera para que demuestres tu habilidad contra Donna y Sam con las cartas en la mano.

No tienes otra cosa que perder que tu… orgullo. Las chicas tienen considerablemente más riesgo. Ellas sacan máximo provecho de sus encantos de seducción para, dulce y sutilmente, hacerte caer en la trampa.

¡Vaya tela con el jueguecito! Ahora me doy cuenta de que este cassette tiene la pegatina arrancada, como si, hace muchos años, su adolescente poseedor quisiera ocultar el contenido de la cinta a sus progenitores, temiendo que fuera confiscada por su contenido erótico-festivo. ¡En fin! El caso es que necesito encontrar más espacio para mi futuro ‘museo’

Review: The Abbey

La obra magna de Alcachofa Soft me ha satisfecho de principio a fin, resultando una de las aventuras gráficas más entretenidas e interesantes que haya podido probar en los últimos años, sino la que más. En un género en el que cada vez cuesta más poder contemplar siquiera una porción de la magia que destiló su época dorada con LucasArts al frente, los misterios de la Abadía son un buen punto de apoyo para remontarse de nuevo hacia aquellos maravillosos años.

Puede que tenga mucho que ver el origen de esta aventura, puesto que hacen ya bastantes años que Emilio de Paz gestara The Abbey. La historia, los personajes, los guiños hacia otros clásicos… el trabajo de diseño estaba prácticamente finiquitado, pero el alma máter de Alcachofa Soft quería contar con los medios suficientes para construir un juego capaz de deslumbrar a todo aquel aventurero que osara adentrarse en él.

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De este modo, mientras Alcachofa creaba incesantes aventuras de Mortadelo, se iban apilando los granitos de arena hasta ser capaz de levantar la admirable figura compuesta en The Abbey. Las referencias más obvias para el juego son La Abadía del Crimen y el personaje de Sherlock Holmes. Del juego del mítico Paco Menéndez se tomó gran parte de la ambientación, mientras que el avatar que manejamos en el juego, Fray Leonardo, es una mezcla explosiva entre el persistente Guillermo de Occam y el sagaz detective creado por Conan Doyle.

Los que un día disfrutaron con la aventura que distribuyó Opera Soft, seran capaces de reconocer múltiples guiños al original; nada más entrar en la Abadía, el abad nos librará de tener que acudir a los oficios, algo que en la Abadía del Crimen era un auténtico tormento. De todas formas, frases míticas como «Os ordeno que vengáis» se filtrarán dentro de la historia, una historia bien construida, plagada de crímenes, falsos culpables y sorprendentes giros, a la altura de la calidad que rezuma todo el juego.

Como aventura gráfica, The Abbey es todo un homenaje al clásico Point & Click de toda la vida; despojado de todos los artificios que algunas aventuras modernas han intentado implantar sin ningún éxito, el quid de la cuestión en el juego no es más que ir avanzando en la historia recogiendo objetos para utilizarlos en su justo momento, mientras que investigamos los sucesos que se van desencadenando hasta llegar al clímax final.

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El apartado técnico es bastante notable, puesto que se mezclan dibujos a mano y fondos prerrendizados en las distintas estancias de la Abadía, con un engine gráfico tridimensional que gestiona la iluminación y anima con bastante solvencia a los personajes, dotándolos de sombras y relieve, acercándolos a una película de animación.

Todo funciona mejor gracias al excelente trabajo de diseño, en el que se ha cuidado cada plano y cada enfoque para dar la sensación adecuada de profundidad en cada momento. El único momento en el que flaquea este apartado se trata de los vídeos, que bajan bastante la calidad general; es extraño que dichas escenas no se hayan realizado con el propio motor, con lo potente que resulta.

Por su parte, la banda sonora, compuesta en su totalidad por Emilio de Paz, es una auténtica obra maestra. La mezcla de melodías e instrumentos de corte medieval y los coros religiosos, interpretada majestuosamente por la Filarmónica de Praga, conforman un conjunto que perdurará mucho tiempo en nuestros oídos. Al nivel de cualquier producción de las denominadas triple A.

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Jugablemente, The Abbey encierra una mecánica eminentemente lógica, donde nuestras pesquisas avanzarán haciendo un uso bastante deductivo y razonable de los objetos, además de un considerable acopio de información a través de nuestras inquisidoras preguntas -y escojo dicho adjetivo con cierto sentido que no puedo desvelaros-. Viajar por la Abadía se hace rápido y sencillo gracias a atajos como el doble click para tomar directamente la salida marcada por el ratón, o navegando a través del plano del recinto.

El aspecto más flojo del juego reside en la duración del mismo; se nos antojará algo corto, y seguramente nos quedamos con ganas de más, aunque hay que decir que la recta final del mismo posee un ritmo in crescendo digno de alabanza. También echo de menos una mayor cantidad de puzzles, más retorcidos y más inspirados que los que nos encontraremos en la historia.

Por último, me quito el sombrero ante Ramón Langa y el resto de actores de doblaje que han intervenido en el juego. La clásica voz de Bruce Willis es capaz de cambiar su habitual registro y encarnar al investigador, dotándole de reflexión, humor negro y hasta de momentos de monumental cabreo, sobre todo provocados por Bruno, su novicio; precisamente, Bruno resulta ser una antítesis total del inteligente Adzo de El Nombre de la Rosa.

Bruno cuenta con un doblaje muy especial, logrando sacar de sus casillas  tanto a Leonardo como a nosotros mismos, aunque dicho doblaje resulta demasiado forzado. El resto de personajes cuenta con una excelente interpretación.

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Conclusión

The Abbey es un producto muy notable, un auténtico regreso al esplendoroso pasado de la Aventura Gráfica. Excelente en términos de diseño, accesible para todos los públicos y con una historia muy currada, forjada a lo largo de muchos años; que su escasa dificultad y la ausencia de puzzles desafiantes no empañe la gran obra de Emilio de Paz, Santiago Lancha y Daniel Iborra. Gracias a ellos por devolver un poco de lustre al género y por hacernos recordar, una vez más, el inolvidable trabajo de Paco Menéndez.

Del arcade al ordenador: software español

Las compañías de software español pertenecientes a la época 8 bits utilizaron, en más de una ocasión, la inspiración que otorgaban las máquinas recreativas de finales de los ochenta y principios de los noventa. Existía un enorme filón en las placas arcade, capaz de reportar al que lo supiera aprovechar un gran beneficio, a la hora de plasmarlo en un ordenador doméstico. Hoy en día podemos encontrar versiones muy bien realizadas en flash de estos míticos juegos arcade.

West Bank Panic

Para empezar, gran parte del trabajo estaba hecho, sobre todo en lo que concierne a la vertiente creativa de un videojuego. La fórmula estaba más que probada a base de intercambiar monedas de cinco duros por partidas rápidas e intensas. Un gol a favor sin haber comenzado el partido.

Tal reflexión nos lleva, como consecuencia, a una enorme cantidad de publicidad intrínseca a la propia máquina transportada. Y es que hacía falta muy poco para convencer a aquel jugador que ya hubiese disfrutado con, por ejemplo, GunSmoke de Capcom en el salón de juegos de su calle. Nada más ver una simple pantalla de Desperado de Topo Soft era suficiente para coger la puerta y correr hacia su tienda favorita con 875 pesetas en el bolsillo. Dos a cero, y un 1 claro en la quiniela.

Satan Tiger

Sin embargo, el camino de rosas que parece haberse dibujado no era tan bonito de pintar. Las compañías se encontraban muy a menudo con grandes problemas en la transición recreativa/ordenador. El mayor de ellos, el tema de la licencia. Porque lo preferible era obtener la licencia, claro.

Poder utilizar el nombre auténtico de la recreativa era todo un lujo que, por desgracia, solía costar bastante caro. Así, muchos de los títulos que tenían su origen en el arcade acababan viéndose transformados al pasar a ordenador; la metamorfosis podía alcanzar al título del juego e incluso a los personajes protagonistas, generando en definitiva una especie de primo lejano o hermano bastardo, dependiendo de la calidad final del programa.

Ejemplos hay como calcetines en una tienda de veinte duros, ‘a puñaos’. Obviamente, este fenómeno también ocurrió en desarrolladoras de videojuegos extranjeras -y muchos dirán que con resultados más satisfactorios-, pero en estos casos, prefiero centrarme en el software hispano, que es el que más domino.

Desperado Gunsmoke

El GunSmoke comentado anteriormente es un caso realmente curioso; Topo se ‘inspiró’, como suele decirse, en dicha recreativa de Capcom para realizar su Desperado. Sin embargo, el juego español se llegó a distribuir en el extranjero por medio de U.S. Gold, ¡con el nombre de GunSmoke! Al parecer U.S. Gold negó la licencia para nuestro país. Curiosa historia para un juego que, en los primeros diseños, a punto estuvo de llamarse Bang!.

De Topo podemos citar cuatro títulos más bastante ‘relacionados’ con las recreativas y que corrieron distinta suerte. Metropolis, un mediocre arcade lateral post-apocalíptico, el cual era calcado a la recreativa Trojan, también de Capcom; mientras, el éxito de ventas Emilio Butragueño Fútbol era la viva imagen del famoso Tehkan World Cup. La otra cara de la moneda la aportan Rock’n Roller, que basándose en el clasicazo Rally-X de Namco lucía unos simpáticos gráficos y mucha diversión, y el comecocos de culto Mad Mix Game, uno de los mejores programas jamás realizados en nuestro país, o como dar una imaginativa vuelta de tuerca al Pac-Man original. Inspiraciones, como veis, para todos los gustos.

Metropolis Trojan

Dinamic también tiene algo que decir sobre este tema. Muy famoso resultó su ‘affaire’ con Capcom -de nuevo en el ajo-, la cual llegó a denunciar por plagio a la primera fase del estupendo Satán, casualmente similar al arcade Black Tiger. En este caso hay que decir que tanto este polémico nivel como la segunda fase del Satán, completamente distinta, conformaban un videojuego más que decente, que, sin embargo, alcanzó más fama debido a su sospechoso parecido con la máquina de Capcom que por otra cosa.

Dinamic también puede aportar a Rocky, uno de sus primeros videojuegos; el boxeo que nos proponía la compañía de los Ruiz utilizaba una perspectiva y metodología de juego idéntica a la que Nintendo propuso en su Punch-Out! de 1984. Dinamic personalizó bastante este juego que, por otro lado, tuvo algún problemilla por otros motivos: en algunos sitios se cambió el nombre a Rocco, por referencias al famoso filme de Stallone.

Rocky Punch out

Otro juego bastante recordado, y repitiendo temática del Far-West como Desperado, es West Bank. Dinamic, en este caso, hizo posible que recorriésemos las distintas ventanillas de un banco al que acudían gente muy peculiar, desde inocentes damiselas para ingresar su paga extra hasta sombrereros extraños con alguna sorpresa muy explosiva, pasando por los típicos bandoleros. Simple y adictivo, poniendo a prueba nuestros reflejos y tomando, punto por punto, el diseño de la recreativa de SEGA, Bank Panic.

Por último, viajemos hasta la compañía que editó La Abadía del Crimen; en este caso, de Opera Soft podemos rescatar de la memoria el simulador de motos Angel Nieto Pole 500 cc. Si bien es verdad que no estaba nada mal, destacando una notable versión Amstrad, sí que salta a la vista que la perspectiva y el diseño de motos y circuitos está intimamente relacionado con el Hang-On, otro clásico arcade de SEGA. Y es que, aunque ahora se hayan perdido prácticamente, los salones recreativos dieron mucho juego en su día.

Hang On - Nieto