No será la primera, ni la segunda, ni de seguro, la última vez que rinda culto desparramando párrafos sobre las aventuras y desventuras que inspiraron las portadas de los videojuegos antiguos. Por supuesto, el gran Alfonso Azpiri es pieza clave en este entorno, de moda últimamente gracias al estupendo trabajo de recopilación que podemos ver en el libro Spectrum, editado por Planeta.
Aún así, es de justicia mencionar a otro crack del dibujo llamado Luis Royo, catalizador de portadas tan impactantes como sensuales, con una sutil diferencia: el señor Royo no solía tomar encargos de creación de portadas para videojuego; simplemente, sus ilustraciones, a menudo publicadas en la añeja y añorada revista Cimoc, se utilizaban a posteriori para decorar la carátula: en gran cantidad de ocasiones, la ilustración en sí no tenía demasiado que ver con el contenido del propio juego, pero lograba vender una barbaridad gracias a su reconocido arte.
Sigue leyendo Del dibujo al píxel: portadas y videojuegos (I)