Gearbox Software, la compañía desarrolladora tejana, tiene una curiosa y variopinta carrera a sus espaldas. Tan pronto fue ciertamente criticada por la famosa adaptación de Halo a PC, en la que parecía perder ciertos detalles gráficos y cuya optimización era poco más que discutible, como nos sorprende con una vuelta de tuerca al típico shooter bélico con la saga Brothers in Arms. Hay quién recordará incluso una expansión bastante plana del Half-Life original, llamada BlueShift. Bien, con Borderlands ponen punto y aparte, y no tengo lugar a dudas de que han dado en el clavo y que será su juego mejor valorado hasta la fecha.
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Review Halo 3: ODST
La propuesta que Halo 3: ODST plantea al jugador se divide en dos partes claramente diferenciadas, una por cada DVD incluido en la caja. La primera, una campaña que nos resultará más corta de lo que se suele estilar en el género, pero con el aliciente de estar concebida de forma ligeramente diferente respecto a las anteriores entregas de la saga.
La segunda parte se queda con todo el apartado multijugador que ha podido jugarse hasta la fecha en Halo 3, incluidos mapas y modos descargables. Me replanteo el público que forma parte del target de ODST, y la verdad es que, para un alto porcentaje del mismo, este segundo disco no le ofrecerá nada que ya no tenga hasta la fecha. Para todos ellos, el peso del interés debe recaer en una campaña de la que únicamente saben que no durará demasiado y en la que el Jefe Maestro hará mutis por el foro. Entonces, ¿me gasto los cuarenta euros de esta peculiar expansión?
Review Wolfenstein – Xbox 360
Poco antes de que estalle el aluvión de lanzamientos que nos esperan de aquí a final de año -y más allá-, Raven Software enlaza con la brutal representación de las desventuras peliculeras de Lobezno de hace unos meses y dispara directamente al corazón del ocultismo nazi, billete únicamente de ida al caos sobrenatural que han montado, una vez más, Hitler & Co.
Retrovisión: Operation Flashpoint
Mientras va transcurriendo este tórrido verano, disfrutando de mis merecidas (reivindicación al poder) vacaciones en la playa gaditana, se me ocurrió preguntarle a mi compañero Spidey si recordaba aquellas partidas eternas jugando al multijugador de cierto simulador bélico de hace unos cuantos años. Y esto fue, más o menos, lo que me respondió…
Review Call of Juarez: Bound in Blood – Xbox 360
El que suscribe no esperaba demasiado de la precuela de Call of Juarez, un juego que lanza Ubisoft, basado en el lejano Oeste y encasillado en el género del First Person Shooter; a veces, no albergar demasiadas expectativas respecto a algo hace que lo puedas disfrutar con mayor intensidad. En este caso ocurrió así, ya que es justo proclamar a Bound in Blood como un buen juego, capaz de entreternos durante su campaña de un jugador (unas 7 u 8 horas) y rematar la faena con un multijugador con retos tan variados como llevar el cartelito de «Se Busca» y ser el objetivo de los demás jugadores, o asaltar un banco con tus compañeros.
La historia de los McCall comienza cuando Ray y Thomas deciden desertar del ejército para seguir sus propios objetivos, algo que forjará su destino inmediato, llevándolos por multitud de confrontaciones y arrastrándolos hacia la leyenda del tesoro de Juarez, situado en México. En la campaña podremos manejar a uno de los hermanos en cada fase, asistiendo a momentos tan cinematográficos en el género como las trifulcas en el Saloon, indios contra vaqueros, persecuciones montados a caballo o peligrosas travesías en diligencia.
La mecánica escogida para este Call of Juarez nos reportarán puntos positivos y negativos en cuanto a jugabilidad. Así, a su favor podemos encontrar esa distinción que aporta el escoger a un hermano o a otro: por ejemplo, si escogemos a Ray podremos utilizar dos pistolas a la vez, además de lanzar cartuchos de dinamita y romper puertas, ya que es más brutote que Thomas, el cual, por su parte, es más ágil y rápido, domina el rifle para los combates a distancia y puede utilizar el lazo para subirse a puntos de otra forma inalcanzables.
En conjunto, los hermanos McCall deben compenetrarse para superar obstáculos o para acometer tiroteos de forma sincronizada. Un desarrollo que resulta bastante ágil y dinámico. El punto negativo derivado se concentra en la ausencia de cooperativo, algo realmente extraño, ya que como habéis podido leer, el planteamiento de juego invitaba a ello.
Aparte del típico corre-cúbrete-apunta-dispara, tendremos nuestros momentos de lucidez, una especie de tiempo-bala que nos permite acabar a cámara lenta con varios enemigos de golpe. Mejor aún resultan los duelos, en los que desde una excelente perspectiva debemos esperar al momento justo para desenfundar sin perder de vista a nuestro contrincante. Peor suerte corre la implementación de la cobertura, la cual se efectúa sin pulsar botones, acercándonos a un objeto propicio para ello. La detección no está del todo depurada y puede dejarnos con el culo al aire en más de una ocasión.
Por lo demás, el transcurso de la campaña nos recordará a los Call of Duty: situaciones scriptadas que debemos resolver de la mejor manera posible, aunque conforme avance el juego nos toparemos con pasajes mucho más abiertos e imaginativos, como aquel en el que debemos acabar con los enemigos mientras nos desplazamos agachados por los maizales. En general, los polacos de Techland logran mantener el interés durante toda la campaña, algo bastante loable en los tiempos que corren.
En cuanto al apartado gráfico, nos encontraremos con la cuarta iteración del motor Chrome, el cual se inauguró con un juego de idéntico nombre y que sirvió para presentarnos a un grupo de programación que siempre solventa sus trabajos con buena nota. Destacan la calidad de las texturas, una estupenda iluminación y la puesta en escena cinematográfica. En el debe, apuntar el exceso de tearing que he notado en la versión Xbox 360.
El sonido cumple con su deber, con una banda sonora bastante arquetípica dentro del género del western, y un doblaje al castellano notable, en el que por cierto encontraremos bastantes frases subiditas de tono.
Conclusión
Aunque el juego presenta ciertos errores en su implementación y se echa enormemente de menos un modo cooperativo en la campaña principal, lo cierto es que en la práctica rinde estupendamente bien en sus dos vertientes: como FPS -por su dinamismo y cooperación con nuestro compañero, aunque solo pueda ser manejado por la CPU– y como Western, con un buen acercamiento a los distintos clichés del género.
No hace mucho que escribí acerca de los diez mejores videojuegos del Oeste; en un género en el que la industria del videojuego siempre ha dejado en un segundo plano, Call of Juarez: Bound in Blood podría salir victorioso en un duelo al caer el sol con varios títulos de la lista.