Cuando Digital Bros me envió una copia de Necrovision, la verdad es que no conocía demasiado acerca de las entrañas de este juego. Investigando un poco más, llegué a averiguar que The Farm 51, la compañía desarrolladora polaca responsable del juego, estaba trabajando una parte de People Can Fly, los cuales crearon hace unos años Painkiller. Y es que Painkiller era uno de mis shooters favoritos, recuperando el espíritu clásico de la antigua era de FPS, de ilustres integrantes como Wolfenstein 3D, Doom o Blood.
No hace falta jugar demasiado con Necrovision para darse cuenta de las reminiscencias del mencionado Painkiller; sin embargo, existen bastantes diferencias. Por ejemplo, The Farm 51 se ha propuesto dotar de un trabajado argumento a este FPS. Bueno, trabajado… A ver, contemos: un superviviente de una cruenta batalla de la Primera Guerra Mundial, trincheras apocalípticas, batallones nazis convertidos en víctimas, soldados no muertos abalanzándose hacia nosotros, criaturas del más allá con mala pinta, demonios, vampiros…
El desarrollo del juego convertirá a un simple soldado en un héroe decisivo para la humanidad, en un cóctel de elementos reales y fantásticos explicados a través de filosóficos testimonios entre nivel y nivel que, la verdad, no logran tener demasiado sentido. Pero bueno, estamos ante un shooter en el que lo importante es destrozar enemigos descerebrados por doquier, librar épicas batallas contra gigantescos Final Bosses y encontrar todos los secretos que encierra cada nivel. El método de juego de toda la vida, el que sigue funcionando años después y el que más de uno añoramos en el género del FPS moderno.
Otro elemento curiosote de Necrovision reside en premiar combos, encadenando acciones como disparar, patear o atacar cuerpo a cuerpo con el arma que poseamos en cada momento . Por ejemplo, podemos propinar una patada a un zombi y después rematarlo en el aire con nuestra escopeta, con lo que obtendremos el meritorio título de ‘Jugador de fútbol’. Además, con dichos combos acumularemos ira, una suerte de bullet time estilo zombi. Las estadísticas que mostrará el juego cuando finalicemos cada nivel puntuará nuestro nivel de combos, así como los ítems y las habitaciones secretas que encontremos. Muy clásico, ¿verdad?
Para complementar el modo de juego principal, Necrovision nos ofrece una sala de desafíos en las que se nos propondrán retos de diversa índole en un espacio de tiempo limitado, como derrotar a una serie de enemigos únicamente con la pala de enterrador, o acertarles siempre en la cabeza. Estos desafíos, unidos a los típicos modos multijugador como Deathmatch o Capturar la bandera, estarán disponibles para entreternos más horas.
Necrovision utiliza una versión hipervitaminada del engine gráfico de Painkiller, al que se le han añadido técnicas como HDR o la Oclusión Ambiental, efectos súper chulos con resultados absolutamente devastadores sobre el rendimiento en nuestros sufridos PCs. Bueno, en general podremos obtener un aceptable rendimiento en un equipo medio, a costa de desactivar los efectos anteriormente mencionados… aunque lo que no tiene mucha excusa es el inmenso tiempo que tarda en cargar las partidas guardadas. Aquello de «Pulse F4 para carga rápida» pierde el sentido aquí.
La verdad es que el apartado visual está currado, tanto a nivel de diseño artístico como a la hora de implementar los escenarios, bastante recargados y con un aspecto oscuro, siniestro y opresivo. Los modelos de personajes, por contra, poseen una carga poligonal bastante escasa, desentonando con el entorno. A cambio, su bajo detalle propiciará zonas en las que nos atacarán de forma masiva.
Con respecto al apartado sonoro, el juego se encuentra totalmente doblado al castellano, incluyendo los gritos, insultos e improperios de los enemigos (me harto de reír con el esqueleto proclamando a la mieeerda con voz grave, o también cuando dicen me doy miedo a mí mismooo) . Además, el protagonista, un tal Simon Bukner, irá comentando la historia y su situación en todo momento en plan chulesco.
Conclusión
Lo dicho: la naturaleza de los FPS de toda la vida, implícita en Necrovision, me ha enganchado bastante, aunque bien es verdad que le falta algo de inspiración para lograr lo que en su día consiguió Painkiller. Quizás sea el arsenal disponible, demasiado genérico y en el que echo de menos armas especiales como la mítica ballesta empaladora del título de People Can Fly; o quizás la bizarra amalgama de inspiraciones artísticas no encaje del todo bien.
Aún con todo, Necrovision es ampliamente recomendable para todo aquel que sienta nostalgia de este tipo de shooters. Y no es poco, porque últimamente se hace muy complicado jugar a un FPS de corte clásico que merezca la pena, a menos que tires de DosBox…