He aquí el tercero en discordia, la tércera punta del vértice que componen un triángulo de juegos de conducción muy diferentes entre sí, pero capaces cada uno de ellos de satisfacer a un tipo muy concreto de jugador aficionado al videojuego de carreras. Todos ellos se han lanzado en el último cuatrimestre del presente año, y dije en su día que Colin McRae Dirt 2 era un juego de rallies que desparramaba espectacularidad a cambio del realismo presenciado en otras entregas, y que Need for Speed Shift lograba redimir los bandazos de la saga con una irresistible frescura en sus modos competitivos de juego online y en la sublime representación de la vista interna de conducción.
En un primer vistazo, Forza Motorsport 3 no tiene demasiado que ver con las otras propuestas comentadas. Sin embargo, pienso que se le podría sacar algún punto en común, por lo menos, con Dirt 2. Y es que la exigencia de control y conducción se ha suavizado un poco respecto a los capítulos anteriores. Sólo hay que ver la implementación del rebobinado en plena carrera; una marcha atrás que, curiosamente, es aún más generosa con el jugador que en el título de Codemasters.