Era Jai Alai – fiesta alegre en euskera, también término que denomina a la cesta punta- un juego extremadamente peculiar, quizá no demasiado bien resuelto a la hora de implementarlo, en especial en las máquinas de ocho bits, pero al que no podía dejar de reconocerle su valentía; no en vano, y a falta de comprobaciones más exhaustivas por los lindes de la programación alternativa de la época, se convertía en el primer simulador de pelota vasca que un Spectrum pudiera echarse a la cara.
La aventura original de encontrar un videojuego
Reflexioné el pasado fin de semana, surfeando a duras penas sobre la ola de consumismo desatado que ha llegado a nuestro país, inmerso en plena crisis (y no solo a nivel económico), en unos instantes de euforia de tarjetas de crédito, propiciados por el hecho de heredar los designios inescrutables de lo que suele denominarse como Viernes Negro allende nuestras ibéricas fronteras.
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Retrovisión: Sito Pons 500cc Grand Prix (Zigurat, 1990)
Si comienzo a hablar de un videojuego de la época de los ocho bits, que sea español, que traslade la simulación de un deporte de masas a los circuitos de los ordenadores personales de aquel tiempo, y que el título sea abanderado y apadrinado por un personaje famoso que se hartó de ganar campeonatos en su día, los más avezados tendréis en cartera un buen abanico de juegos que podrían encajar en dicho perfil. En este caso, por desgracia, todo quedaba en un plano secundario ante su ilógica dificultad. Qué lástima.
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Sexto aniversario del PixeBlog
Ya van a caer los seis almanaques desde que me diera un 13 de Noviembre de 2006 por comenzar este Blog. Las cosas han cambiado, como no podía ser de otra forma, pero de cuando en cuando sigo dando la tabarra con mis artículos dedicados a aquella época lejana en la que debíamos esperar veinte minutos a que un juego cargara, o en la que los cartuchos valían 12.990 pesetas, ese precio que a nuestros padres les parecía tan desorbitado, o incluso a los años en los que una moneda de veinticinco pesetas encerraba un auténtico reto, desafiándonos a permanecer el mayor rato posible a los mandos de aquella recreativa en la que las vidas caían con tanta celeridad.
Por tanto, y alternando siempre con análisis de los últimos juegos, o con historias que a veces llegan a mi imaginación e intento plasmar lo mejor que puedo, quiero aprovechar para recordaros que las puertas de este PixeBlog siguen abiertas de par en par, las veinticuatro horas del día, para que todo el que quiera aportar sobre el color amarillento de una Super Nintendo ajada por el paso del tiempo, o sobre el Top Ten de juegos en los que los cinco duros se volatilizaban antes que ningún otro, o cualquier otro tema perteneciente a la historia del videojuego. Gracias a los que seguís ahí.
Review Assassin’s Creed III Xbox 360
Calificaría de temeraria la forma de presentarnos la última iteración de Assassin’s Creed por parte de Ubisoft. Si lo habéis probado, en poco más de media hora descubriréis la típica escena en la que la cámara se aleja y con un zoom amplio del paisaje aparece el logo de la saga mientras suena la fanfarria correspondiente. Bien, pues si atendemos al comienzo real del juego, esta escena debería ocurrir cinco o seis horas después de cuando aparece. La introducción por sí sola alcanza más allá del nudo y desenredo de muchos otros juegos. Con un par de huevos, sí señor.