Era Jai Alai – fiesta alegre en euskera, también término que denomina a la cesta punta- un juego extremadamente peculiar, quizá no demasiado bien resuelto a la hora de implementarlo, en especial en las máquinas de ocho bits, pero al que no podía dejar de reconocerle su valentía; no en vano, y a falta de comprobaciones más exhaustivas por los lindes de la programación alternativa de la época, se convertía en el primer simulador de pelota vasca que un Spectrum pudiera echarse a la cara.
La puntuación en cuanto al sector de originalidad se refiere debía ser muy elevada, no cabe duda; la gente de Opera, bajo su sello deportivo Opera Sports, aseguraba llamar la atención de primera mano, tanto por el deporte escogido como por la siempre efectiva ilustración de portada que Alfonso Azpiri realizó para la ocasión; con toda seguridad, de los encargos más sorprendentes que recibiera el dibujante en su época.
La representación del deporte escogido incluía la mayor parte de reglas que suele incluir en competición, con dos parejas enfrentadas entre sí, cada jugador equipado con una cesta que utilizaba para recoger la bola y lanzarla con potencia y precisión hacia el frontón, de modo que botase posteriormente más de una vez antes de que el contrario la recepcionara de nuevo.
En ese sentido, poco reproche podía hacerse; el programa de Opera recreaba con éxito esta mecánica mediante la siempre socorrida perspectiva cenital que utilizaran tantos juegos deportivos de la época, desde el desastroso Drazen Petrovic hasta el adictivo Míchel Fútbol Master, o, por qué no, el Speedball que realizaran en 1988 la gente de Bitmap Brothers, aquella especie de versión futurista del fútbol americano que cautivó a los usuarios de Amiga.
Y viene a colación esta última referencia, introducida con toda la intención del mundo, ya que Jai Alai incluía una vuelta de tuerca al tradicional deporte vasco: podíamos activar la opción de que los jugadores recogieran cápsulas repartidas por el campo, las cuales otorgaban poderes extra tales como lanzamientos con súper fuerza, imán para las cestas que atrajesen la bola hacia sí mismas, o incluso invisibilidad de pelotas que puteara en grado sumo al rival; una idea que, de manera similar, ya fue implementada años antes en el mencionado Speedball.
Detalles curiosos como la existencia de dos escenarios distintos, uno situado en España (el Euskal Jai) y otro en Miami -parece que este deporte haría furor por aquellas tierras tan amadas por Dexter y Julito Iglesias– completaban un juego que, sin embargo, no recibió muy buenas críticas, aunque sobre el papel parecía que podía llegar a cuajar entre el público.
El motivo principal, o los motivos, fueron conjuntamente la fecha de salida, demasiado tardía para que un juego para ocho bits destacara, y por otro lado, el hecho que sus programadores lanzaron las peores versiones para Spectrum y Amstrad CPC, haciendo que el transcurso del partido fuera a trompicones, un desarrollo que se movía mediante los raíles de un scroll tan tosco como brusco, arruinando la agilidad y la rapidez que se le presume a un deporte de estas características. Curiosamente, la versión para Commodore 64 exhibía muchísima más agilidad, siendo más divertida que las mencionadas.
Como últimas notas destacadas, la versión MSX también era diferente al resto; en este caso, no tenía nada que ver con la de Spectrum, por suerte, y dejaba la monocromía de la versión del ordenador de Sinclair para exhibir un notable colorido, aprovechando la capacidad de los modos gráficos del MSX. Por último, la versión VGA para PC tenía un estupendo acabado.
Dio cojone! a este juegué yo en tiempos prehistóricos en PC! xD
La verdad es que lo recuerdo vagamente, pero si que le di buenas horas de vicio.
Por ahi entonces me daba igual que fuera pelota vasca o rusa, enganchaba tela!
Buaaaaaaaaah, yo jugué a este juego. No lo recuerdo muy bien, pero si, recuerdo perfectamente el nombre de juego y el deporte que representaba. Ah, que buenos tiempos, entre este, el de Sky y el Decatlon tenía todos los deportes cubiertos en mi MSX.