A veces, un género concreto de videojuego se asocia a un tipo de plataforma en la que correr. Razones puede haber varias, y oscilan entre el potencial de dicha plataforma, los periféricos, el tipo de público al que se destina o, simplemente, por mera tradición. En este sentido, el sector de la Estrategia siempre ha sido comandado por el PC, sistema en el que vio la luz hace muchos años ya.
Los intentos de instalar el movimiento estratégico en las videoconsolas suelen estrellarse una y otra vez con dos de las razones antes esgrimidas. Ahora mismo, no podría decir cuál es la más fuerte de ellas. Seguramente sea la parte relacionada con los periféricos de entrada, puesto que el combo teclado + ratón parece inalcanzable para un simple gamepad. Pero no puede negarse que el jugador tipo es distinto para cada sistema, algo que hace más difícil si cabe el abordaje.
Dicho abordaje escribe un nuevo capítulo con EndWar, programado por Ubi Soft Shangai. De entrada, lo más atrayente del título parece ser el cacareado sistema de reconocimiento de voz, implementado para dar órdenes a nuestras unidades. A la postre, os aseguro que acaba siendo el auténtico protagonista del juego, una marca diferencial respecto a cualquier otro título de similares características.
Alto y claro, comandante
A través de nuestro headset y de viva voz, podremos realizar cualquier tipo de orden que permita el juego. Un sistema de adaptación y aprendizaje servirá de tutorial para ajustar nuestro volumen y timbre de voz; luego, en el campo de batalla, comprobaremos que la fiabilidad es absoluta, y que aunque variemos nuestra entonación, el juego nos comprenderá perfectamente.
Unidad Uno Atacar Enemigo Dos
Unidad Dos Retirada, joder!
El léxico de las órdenes será un poco parecido a hablar en indio, obviando los artículos. El diálogo de arriba recoge las órdenes tipo que impartiremos; el taco no es necesario, pero nos aportará ambientación. Como veis, los distintos tipos de unidades serán reconocidas por grupos, y cada acción tendrá su correspondiente palabra asociada. Basta pulsar el gatillo derecho para comenzar a hablar, fluyendo en pantalla la ristra de órdenes para que comprobemos que todo va según lo planeado.
Y como a todos nos encanta que los planes salgan bien, como diría el canoso del Equipo A, comenzaremos el modo campaña a través de una serie de misiones previas, perfectamente estructuradas para meternos de lleno en la mecánica de juego. Pronto veremos que la gestión de recursos no existe, y que nuestra mayor preocupación será ir desplegando las tropas, asignarles un objetivo a cada una y tomar los puntos satélite del mapa.
Controlar dichos centros estratégicos nos reportará puntos de mando, canjeables por refuerzos. Queda clara entonces, la estrategia a seguir: expandirse poco a poco, ampliar nuestro ejército, defender los puntos conquistados, minar la moral y las tropas del enemigo hasta su rendición. Tan simple como esto. EndWar, por tanto, creo que adolece de cierta falta de profundidad en su mecánica; es muy directo, seguramente demasiado para jugadores experimentados en estas lides.
Tal defecto no significa que no vayamos a sacar provecho de él; de hecho, no será complicado hacerse con el control del juego, aunque nos llevará más tiempo el combinar de forma efectiva los comandos de voz con las acciones que realicemos a través del mando. En cuanto a la táctica, prácticamente se reduce al clásico piedra-papel-tijera, en el que un helicóptero se come con papas al tanque, pero sucumbe ante el transporte, mientras que la infantería dará algo más de juego, al tener la posibilidad de parapetarla o atrincherarla en edificios.
En cuanto a modos de juego, la campaña no es más que una sucesión de misiones camufladas bajo un mapa hexagonal donde iremos haciendo movimientos prácticamente impuestos por el flujo de esta particular Tercera Guerra Mundial. Sin embargo, la cosa mejora mucho en el multijugador: en Escenario de Guerra, jugadores de todo el mundo tomarán parte por una de las tres facciones incluidas en el juego (Europa, E.E.U.U. o Rusia) y librarán batallas contra jugadores de facciones contrarias; dependiendo de los resultados, cada facción irá conquistando un trocito del mapa, así que ya sabes, Europe Wants You.
Tecnología de vanguardia
El resultado visual que obtiene EndWar en su desarrollo es notable, sin estridencias ni grandes alardes, pero cumpliendo de sobra lo que se espera de un título de sus características. No esperéis texturas hiperdetalladas ni captura físico-cuántica de movimientos, pero sí un conjunto global donde la iluminación y detalles como escenarios y monumentos históricos realzan el balance gráfico.
Eso sí, el tema de la cámara es algo peliagudo y puede resultar un problema para más de uno; y es que, al tener el control de un grupo de unidades, no podremos desplazar la cámara libremente para marcar el siguiente punto de desplazamiento o el objetivo a atacar, sino que estaremos limitados por la capacidad de visión de la misma. Para mí, sin embargo, es un punto a favor del realismo, y al fin y al cabo, en una partida multijugador, los dos jugadores estarán en igualdad de condiciones.
Conclusión
Aunque EndWar no llega a profundizar en lo que es la jugabilidad estratégica en sí, obviando cualquier gestión de recursos, enfocándose en el combate directo y en el piedra-papel-tijera, sí que nos permitirá desarrollar un manejo rápido y fluido, gracias a su excelente interfaz de voz, auténtico gancho para reforzar el valor final de este juego. Eso sí, si te da vergüenza gritar como un loco a la consola en el salón de tu casa, entonces háztelo mirar mira hacia otro lado.