Aunque el género del matamarcianos sea de los más añejos que podamos recordar, y desde luego, no fueran pocos los programas de entretenimiento que podían encasillarse en dicho género durante los años ochenta, el software español de los ocho bits no se prodigó en demasía en tal género.
Si tiramos de registro de memoria, ustedes seguramente contestarían que Phantis fue un buen juego, que Meganova cumplió más o menos, que Megaphoenix significó un bonito homenaje a cierto clásico o que Silent Shadow acabó siendo un quiero y no puedo; yo les añado un programa que recuerdo con cariño, puesto que fue de los primeros que pude disfrutar en mi MSX. Polvo estelar.