Ion Assault vuelve a reivindicar el matamarcianos, un género que con el paso de los años se ha ido olvidando, con contadísimas excepciones, como las entregas modernas de Gradius o R-Type. Por suerte la aparición del mercado del juego descargable en las consolas de nueva generación ha propiciado la aparición de shoot’em-ups capaces de reverdecer viejos laureles.
En esta ocasión, gracias al estudio alemán Coreplay, viejos conceptos regresan a nuestra mente, a la par que otros clichés mucho más recientes. Por así decirlo, tenemos un espacio de juego y un manejo de la nave similar a Geometry Wars, y enfrente, centenares de pétreos meteoritos que pueden recordarnos al mítico Asteroids, aunque la mecánica de juego tenga poco que ver.
Para disparar usaremos un método totalmente distinto al que últimamente se estila en los matamarcianos de Xbox Live: en lugar de usar el stick derecho para un disparo multidireccional, se usará el gatillo izquierdo. Extraño, la verdad; como todo en esta vida, cuestión de acostumbrarse. Os aseguro que los primeros minutos de juego serán algo desconcertantes, pues el disparo nunca será continuo, sino mediante acumulación de iones manteniendo presionado el LR para recopilar energía y luego soltar dicho botón y lanzar el disparo contra el alienígena o asteroide hostil de turno. La bueno es que la energía se transforma, y podemos volver a recogerla para lanzarla de nuevo, así sucesivamente. El ritmo de juego será más lento de lo habitual, algo que no me ha terminado de convencer, aunque con ciertos truquitos la acción se agiliza y cobra mayor intensidad: por ejemplo, nos desplazaremos más rápido si dejamos de acumular iones por unos instantes, algo que puede servirnos p’a quitarnos denmedio cuando la cosa esté malita.
También podemos arrinconar al enemigo contra los límites del escenario: de esta manera, la energía liberada no se esparcirá demasiado, volverá a nosotros en menos tiempo y podremos aumentar nuestra cadencia de disparo. De todos modos, hay que decir que las primeras fases son muy flojitas, para ir in crescendo en dificultad, intensidad y número de enemigos; por su parte, como no podía ser de otra manera, los ítems especiales son de lo mejor del juego, con especial mención para la granada capaz de crear una especie de agujero negro de energía que absorberá a todo el que se encuentre en sus dominios. Los Final Bosses, cerrando cada mundo, exigirán de nosotros una táctica un poco más elaborada para acabar con ellos.
Ion Assault sigue el patrón gráfico de los anuncios del Sony Bravia, una auténtica explosión de colorines, miles de partículas iónicas y tremebundas conglomeraciones de criaturas psicodélicas en constante movimiento; nada que reprochar en este campo, aunque el diseño de la nave es un poco simple; hay que destacar el modo cooperativo local a dos jugadores, y el online en el que nos enfrentamos con otros tres colegas, aunque en este último modo se desvirtúa la filosofía del juego. Ion Assault aglutina unas cuantas buenas ideas que en algún momento han funcionado en su género, y la verdad que logra conjuntarlas notablemente; por desgracia, creo que cuatro mundos de seis fases cada uno se pasan demasiado rápido. Aún así, por 800 MS points es buena opción para los seguidores del shoot’em-up; aunque se dejen notar menos que antaño, os aseguro que aún siguen llamándose Legión, porque son muchos.
A mí también se me ha hecho corto, pero la verdad es que no está nada mal 😉