Aunque el mundo de los superhéroes de cómic nunca me ha atraído demasiado, sí es cierto que Batman es uno de mis favoritos, recordando ahora mismo videojuegos gloriosos donde el hombre murciélago fue protagonista, como el Bat-Man de Jon Ritman, o el Batman the Movie de Ocean, basado en el filme de Tim Burton. El próximo juego que veremos con dicha temática será Lego Batman, y seguirá los cánones establecidos por la saga de Lego. Una imagen vale más que mil palabras, así que os paso una galería completita. ¡Volarán cabezas! Sigue leyendo Galería de imágenes de Batman Lego
Categoría: Next-Gen
Review Time Crisis 4 PS3
Regresa el tren de la bruja
Namco revive una vez más el espíritu de los arcades de pistola que tanto éxito tuvieran en los noventa. Encuadrada en este género y encumbrada una y otra vez como una ejemplar referencia para el resto de aspirantes, la cuarta entrega estrena este tipo de juegos para la next-gen de Sony. El pack de juego incluye la versión 3 de la GunCon. Por un lado, el aspecto del periférico parece demasiado retro, bañado por un naranja butano de principio a fin. Lo cierto es que puede asustar en un primer momento, ya que la pistola incluye seis botones y dos sticks analógicos, además de un considerable peso.
Fuera miedos, eh. Bastará con pegar unos cuantos tiros en el modo arcade de toda la vida para adaptarse a la situación. Al fin y al cabo, jugar las misiones clásicas de Time Crisis 4 nos resultará bastante familiar, esculpiendo con cada casquillo de bala la figura habitual del cúbrete-dispara-vuélvete a cubrir para recargar, mientras los enemigos lucen una puntería bastante dudosa, complementada con cierta mala leche cuando se acercan más de lo habitual para darnos p’al pelo.
Ahora bien, dicha adaptación conlleva la calibración correcta del periférico. Este proceso exige colocar dos sensores en las esquinas del televisor, así como conectarlos (al igual que la pistola) vía USB a la consola. Bastará con pegar un par de tiros a los lugares indicados y la GunCon hará las delicias del mismísimo Jack Bauer. Bajo mi opinión y tras la experiencia, no he tenido ningún problema de calibración o rendimiento, y si bien la pistola podría ser inalámbrica, el cable no llega a molestar lo más mínimo.
Exquisito tiro al plato y experimento irregular
Aunque lo he solapado entre los párrafos introductorios, lo cierto es que ya os he contado cómo va el modo arcade. Tenemos distintos tipos de armas, desde la simple pistola hasta un potente lanzacohetes; enemigos de varias clases, siendo la estrella una creación genética aberrante, a veces acucarachada y otras tipo ‘vampiro’. Poco original, al igual que los bizarros personajes, con cierto aire a lo Final Fantasy. Un argumento ochentero que, al fin y al cabo, resulta ser lo de menos cuando nos enfrentamos con la intensidad de las escenas scriptadas a bordo de un helicóptero derribando todo tipo de vehículos y máquinas enemigas, o al multiplicarnos cuando debemos movernos entre pantallas fijas y parar las hostiles oleadas.
Sin embargo, la apuesta más innovadora del juego se esconde dentro del modo FPS, que al fin y al cabo, será el que le de uso a los sticks analógicos implantados en la Guncon3. Así pues, no sólo debemos preocuparnos de apuntar con precisión y recargar, sino de desplazarnos con el stick izquierdo y mover la cámara con el derecho. Bien, pues tenemos dos problemas; el primero, que resulta harto complicado coordinar todas las acciones a la vez. No es culpa del juego, es por propia definición. El segundo problema sí podía haberse atajado, y es que el diseño de los niveles es extremadamente simple, prácticamente vacío.
Conclusiones jugables
Aunque hay que aplaudir cada atisbo de innovación en un mundillo donde ya parece haberse inventado prácticamente todo, lo cierto es que el experimento de mezclar un shooter en primera persona de toda la vida con la mecánica del arcade sobre raíles no ha cuajado. Buen intento.
Por suerte, el modo arcade raya a la altura de los mejores ejemplos del género, acoplándose a una GunCon3 que, a pesar de su dubitativa impresión inicial, acaba convenciendo por su solidez y eficacia, y por los antebrazos que vamos a echar mientras apuntamos a los cucarachos clónicos. Para seguidores del género, recomendado sin condiciones.
Probando el néctar de Haze
Como hace poco que se ha colgado la demo del esperado juego de Free Radical, os voy a comentar mis primeras impresiones con esta versión que, todo hay que decirlo, nos deja con la miel el néctar en los labios dada su corta duración. Aún así, pueden extraerse los primeros valores de este shooter exclusivo para PS3, que arrastra muchos meses de desarrollo a sus espaldas. La dura confrontación entre la corporación Mantel y los rebeldes, y ese «suplemento alimenticio» que se hace llamar néctar, se encuentran en el trasfondo de la contienda, que no es más que un FPS sobre entornos abiertos y con jugabilidad muy directa.
Es decir, nos haremos con los mandos de la situación rápidamente; sin demasiados alardes, nuestro objetivo primario en esta demo será avanzar eliminando rebeldes con la ayuda de nuestros compañeros corporativos. Ataviados con una extraña y futurista indumentaria, rematado por el famoso casco de visor amarillo que ya se ha convertido en seña de identidad del juego, tendremos a nuestra disposición un buen número de armas para acabar con los enemigos, siempre sobre escenarios de tamaño considerable y caminos amplios, muy al estilo de los exteriores de la saga Halo.
El apartado gráfico, curiosamente, me recordó a la tercera entrega del Jefe Maestro, al menos en la selvática fase en la que participamos en esta demostración. Si bien el texturizado de algunos objetos es bastante flojo, y detalles como el agua decepcionan, sí hay que valorar la estabilidad del frame-rate, el cual no se resiente en ningún momento, algo que hemos sufrido en algunos juegos con mayor capacidad de enganche visual, pero que luego dañan a nuestro parpadeo ocular.
Sobre el apartado jugable, daros un par de pinceladas: la batalla directa entre una y otra facción se ve amenizada por el uso del néctar, una droga de combate que, básicamente, agudiza nuestros sentidos. Podemos administrárnosla en varias ocasiones, pero con bastante cuidado. Una sobredosis puede hacernos alucinar, perdiendo el control de nuestro sistema nervioso por momentos. Pero si la utilizamos con mesura seremos más rápidos y más fuertes, y tendremos una visión de lujo que resaltará a fuego a los enemigos que se encuentren en la lejanía, mimetizados con el escenario.
El segundo retazo jugable a destacar, viene dado por la campaña cooperativa con cuatro personas jugando simultáneamente. En la demo pude probar el corto nivel que ofrece en este modo, con resultados esperanzadores tanto en calidad de conexión como en posibilidades jugables.
Esperando el néctar
Evidentemente, poco más se puede extraer de esta versión, la cual es posible que sea bastante mejorada por el inminente juego final que en menos de dos semanas lanzará Ubisoft al mercado. En ese momento, cuando tengamos acceso al diseño completo de niveles y al resto de modos multijugador, podremos decir si el néctar de los creadores de Timesplitters causa tanta adicción como parece, o se queda simplemente en un bonito y largo intento.
Lo mejor del Playstation Day: Killzone 2 VS Mirror’s Edge
Aunque colegas de otros blog como Manu seguro que han disfrutado a saco en Londres asistiendo al Playstation Day, desde aquí lo único que podemos hacer es enlazar los dos vídeos que más me han impresionado hasta el momento de lo que ha podido verse. Primero, el prometedor y hypeado Killzone 2, que por fin parece mostrar secuencias verdaderamente ingame. Aunque con alguna ralentización propia de una Pre-Alpha, el apartado técnico parece batir a cualquier título actual de PS3, y en el jugable habrá que seguir esperando para ver más cosas; por otro lado, la increíble secuencia jugable de Mirror’s Edge, lo nuevo de DICE y EA, o lo que parece que puede revolucionar de una vez por todas el gastado género del First Person Shooter. Merecen mucho la pena.
Review Viking: Battle For Asgard Xbox 360
A través de SEGA, el equipo de The Creative Assembly nos ofrece un juego que, en el fondo y en la forma, nos retrotrae a Spartan, del mismo estudio, o al genial Blade de Rebel Act; los programadores aparcan la estrategia, a la que tanto han aportado gracias a su saga Total War, y se vuelcan en dotar del mayor dinamismo y variedad posible a un género tan viejo como los propios videojuegos: el beat’em-up. Porque, en esencia, Viking: BFA no difiere tanto de un Final Fight como podríamos suponer viendo cualquiera de las screenshots que se han publicado del juego. Lógicamente, el juego no se queda anclado únicamente en el noble arte de machacar botones y enemigos.
Es más, los programadores se han asegurado, a través de un notable trabajo en el diseño, de introducir otros componentes jugables pertenecientes a géneros distintos. Así, a la hora de encarnar a nuestro avatar, el guerrero nórdico Skarin, podremos encarar la aventura al más puro estilo World of Warcraft; tenemos tres islas a nuestra disposición, en las que existen muchos NPCs que nos darán información, ítems, encargos y misiones. Una vez informados, podemos ir siguiendo el hilo principal de la historia o alternar submisiones, que nos reportarán dinero para ir ganando nuevas habilidades.
En muchas ocasiones, nuestro destino será liberar poblados tomados por el enemigo. Así, puede que entrar por la puerta principal sea tarea imposible, dado el volumen de enemigos al que nos enfrentaremos. El sigilo entra en juego de esta manera, exigiéndonos que birlemos las zonas más atestadas de hostiles para rescatar a los compañeros. Y a pesar de encontrarnos todo tipo de retazos que nos suenan de otros géneros, la clave será dominar el noble arte del mamporro, a través de dos tipos de ataques básicos y una gran cantidad de combos a realizar a partir de éstos.
Tanto las técnicas de combate como el arte de la magia, el cual también será factible de aprender para nuestro héroe, será puesto a prueba en las batallas multitudinarias, donde nuestra legión de soldados, aquellos que hemos liberado durante el juego, se pondrán a nuestro servicio mientras los dragones sobrevuelan el campo de batalla, los chamanes claman maldiciones y los gigantes nos acechan. Esto se traduce en un mayor grado de intensidad en los combates, puro hack-and-slash -ese término pijo y moderno para denominar al juego de peleas de toda la vida- con ríos y ríos de ejércitos a nuestro alrededor. Nada innovador, pero merece absolutamente la pena liderar el épico combate.
Tecnología Ragnarokiana
Y digo que bien merece la pena porque el espectáculo gráfico es considerable. Cientos de guerreros a un notable nivel de detalle, bien animados y definidos, enzarzados en una cruenta lucha donde cercenar miembros es lo más habitual, y la crudeza del combate se refleja en todo momento. Es impresione contemplar cómo el rendimiento del motor gráfico no se resiente en ningún momento, asegurando una fluidez que muchos otros juegos no ven ni de lejos. El aspecto visual, en líneas generales, se aprovecha de un inteligente baño de iluminación HDR que tapa sus posibles carencias en las texturas y modelado. Chapó en este sentido.
El apartado sonoro no llega a sobresalir tanto como el visual, pero cumple su cometido sin ningún problema: tanto el conjunto de efectos de sonido como la banda sonora del título nos trasladan la ambientación nórdica y el carácter épico de las hazañas del protagonista. Además, con un doblaje a la altura de las circunstancias.
Conclusiones jugables
A Viking: BFA únicamente le veo un defecto: caer en la monotonía a pesar del gran esfuerzo realizado. Como os he comentado, todo acaba girando en torno a lo mismo, y eso puede terminar cansando, ya que los añadidos tampoco acaban por tomar excesivo peso en el desarrollo del juego.
Por lo demás, todo son virtudes. Partiendo del meritorio apartado visual, el mayor logro del juego reside en aquellos momentos de libertad que, quizás sin ser conscientes del todo, nos brindan sus desarrolladores. Porque el juego no delimita nuestro camino con paredes invisibles, sino con decenas de ejércitos. ¿Y si queremos traspasarlas y tentar a la suerte? Pues échale un par y lánzate contra ellos. ¿Quieres explorar? Adelante, camina y bucea sin miedo a encontrarte con la temida barrera que no se puede traspasar. ¿Tienes miedo? Pues nada, a recoger aguamiel, a costa de que alguna vikinga insinúe que tu coletita esconda algo más que una simple tradición. Eso sí, te estarás perdiendo un auténtico juegazo que ha sido construido desde las raíces más clásicas del videojuego. Como debe ser.