Review Dualsus de Revolution System Games

review dualsus

«Mainest Able era la persona idónea para el puesto. El trabajo estaba diseñado para él, y se antojaba extremadamente difícil que nadie más pudiera pilotar aquella nave de la manera que lo hacía él. Seguramente estaréis pensando en sus nervios de acero, en la tranquila ignorancia que profesaba hacia las gotas de sudor que invadían su frente cuando vislumbraba la maraña de naves hostiles que vigilaban sus movimientos…En sus reflejos sobrehumanos a la hora de impulsarse en el espacio infinito por tercera vez consecutiva, como si de un saltimbanqui de circo se tratara. El símil, más que apropiado, con el funambulista que es plenamente consciente de que la red que le ampara sólo puede salvarle la vida una vez. Sin embargo, todas estas particularidades alcanzaban el calificativo de nimias en confrontación con lo que de verdad hacía de Mainest el piloto perfecto para aquella misión. Su esquizofrenia. Y es que alternar la polaridad del campo magnético de la nave con cada nuevo impulso sólo podía ser soportado desde su punto de vista. Blanco y negro. Bien y mal. Frío y calor. Un punto de vista, por supuesto, dual

Review Dualsus

Así podría empezar el manual de Dualsus, el nuevo trabajo del equipo de Revolution System Games, un grupo de gente que sabe lo que se hace, desde su base rebelde situada en Mairena del Aljarafe, Sevilla. Si recuerdan aquellos viejos libros de instrucciones de los juegos de antaño, era habitual contemplar cómo empezaba un atisbo de historia, basado siempre en el argumento principal del juego que habíamos adquirido, seguramente en formato cassette o quizás en aquellos discos de 3 pulgadas.

En esta ocasión, la distribución digital hace posible que por unos tres euros tengamos acceso a este peculiar juego, al cual voy a denominar «de naves» por el esférico objeto que manejamos en todo momento, pero que se aleja por completo del concepto de marcianitos -qué de tiempo que no utilizaba este añejo término- que todos tenemos en mente. Dualsus es, ante todo, una prueba de habilidad, reflejos y, porqué no decirlo así, estrategia. Y es que aquí no siempre vale con reaccionar en el último momento para esquivar un obstáculo si es que antes no hemos planeado con frialdad lo que debemos realizar justo al acabar dicho movimiento.

Dualsus Review

Como si de una partida de ajedrez se tratase, debemos calcular nuestros movimientos futuros, ya que el margen de reacción que nos proporcionan es mínimo. Nuestra nave puede impulsarse en el aire hasta tres veces seguidas, y es necesario golpear el firme para volver a «recargar» este triple salto. Dicho movimiento no entiende de potencia o velocidad: siempre se ejecutará con idénticos parámetros, de ahí que si damos un paso en falso, será imposible corregir el error posteriormente. Como si de una encarnación sideral de Sir Arthur se tratase, podremos aguantar un impacto, sucumbiendo al Game Over al segundo toque hostil, cuando nos encontremos sin armadura.

Para colmo, los obstáculos que nos encontramos no son sólo objetos volantes enemigos o cometas con mala leche que electrifican el suelo; la mayor parte del tiempo estaremos recogiendo pastillas de color blanco y negro, pero únicamente nos reportarán puntos si el color de nuestra nave coincide con el del item recogido. Con cada salto y con cada golpeo en el firme, el color de nuestra nave cambiará, siendo esta particular esquizofrenia el reto más grande que aquí nos plantea Resys Games. Ojo, que estas cápsulas pueden dibujar los caminos adecuados que seguir, pero también nos puede conducir a trampas letales. Recogerlas de forma continuada nos reportará combustible -esencial para no quedarnos tirados- y, si lo hacemos bien varias veces seguidas, puntuación extra.

Las influencias de Dualsus provienen, cómo no podía ser de otra manera, del pasado del videojuego. Si recordáis cierto título para ordenadores de 8 bits de Elite Systems, Hoppin’ Mad, os sonará la mecánica del scroll automático y del control del salto y de la elevación. Las pastillas duales (blanca y negra) son deudoras del mítico Ikaruga, y bueno, la mecánica de ensayo-error repetida hasta la saciedad con el fin de aprenderse cada nivel de memoria, puede pertenecer a cualquier añorado arcade de elevada dificultad.

El juego ofrece dos fases que podremos completar en poco más de dos minutos cada una, para estampar nuestro nombre en la tabla de High Score que se mantiene online. El número inicial es exiguo, pero sus desarrolladores irán añadiendo más niveles con el tiempo, y me da en la nariz que van a ir aumentando la dificultad con cada uno de ellos. Y eso que los dos primeros ya me han hecho sudar sangre…

La banda sonora corre a cargo de mi colega Spidey, y aquí me cuesta ser objetivo, no porque corra de su cuenta, sino porque homenajea el formato MOD que tantas obras maestras nos dejara en su día para Commodore Amiga. Un acierto total a la hora de ambientar Dualsus en una época muy alejada de los ecos de next-gen que resuenan cada vez más fuerte.

Como pequeña crítica, decir que me gustaría que la música no se reiniciara con cada nuevo intento de superar el nivel -creedme, gastaréis el botón de resetear fase-, y en algún momento me ha dado la sensación de que la detección de colisiones no estaba afinada al cien por cien -por ejemplo, en las zonas electrificadas del suelo-, pero en general, tanto el diseño del juego como su implementación me han encantado y, por ende, estoy seguro de que también lo hará con todos aquellos que echamos de menos los arcade de antaño.

Publicado por

Pedja

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