Ya van a caer los seis almanaques desde que me diera un 13 de Noviembre de 2006 por comenzar este Blog. Las cosas han cambiado, como no podía ser de otra forma, pero de cuando en cuando sigo dando la tabarra con mis artículos dedicados a aquella época lejana en la que debíamos esperar veinte minutos a que un juego cargara, o en la que los cartuchos valían 12.990 pesetas, ese precio que a nuestros padres les parecía tan desorbitado, o incluso a los años en los que una moneda de veinticinco pesetas encerraba un auténtico reto, desafiándonos a permanecer el mayor rato posible a los mandos de aquella recreativa en la que las vidas caían con tanta celeridad.
Por tanto, y alternando siempre con análisis de los últimos juegos, o con historias que a veces llegan a mi imaginación e intento plasmar lo mejor que puedo, quiero aprovechar para recordaros que las puertas de este PixeBlog siguen abiertas de par en par, las veinticuatro horas del día, para que todo el que quiera aportar sobre el color amarillento de una Super Nintendo ajada por el paso del tiempo, o sobre el Top Ten de juegos en los que los cinco duros se volatilizaban antes que ningún otro, o cualquier otro tema perteneciente a la historia del videojuego. Gracias a los que seguís ahí.