Review Call of Duty: Modern Warfare 2

Vaya pechá de gente comprándose el Modern Warfare 2 ipso-facto, nada más salir el juego. Pero qué digo. Si se lo compraron antes de que saliera incluso. Había colas en las tiendas especializadas en cuanto se corrió la voz de que se adelantaba la fecha de salida. Desde luego, a esta ya longeva saga hay que reconocerle su impresionante penetración -y va sin segundas- en la comunidad de jugadores, llegando a tales cotas de expectación.

Además, hay que reconocerle a Activision el que haya sido la primera compañía distribuidora capaz de adaptar la técnica de las rotaciones, tan de moda últimamente en el fútbol. Así, para refrescar la saga, se rota cada año la empresa encargada de desarrollar el juego. Y este año le tocaba a Infinity Ward continuar la guerra moderna que tan bien le fue hace un par de años.

Modern Warfare 2 cuenta con tres balas en la recámara, listas para cumplir su objetivo final. La primera es el modo campaña. Es cierto que la historia que se nos cuenta en dicha campaña no ganará ningún Oscar, aunque quizás no desentonara del todo como trasfondo de cualquier temporada de 24. Por desgracia, el mítico Jack Bauer no aparecerá en escena, pero a cambio podremos manejar a varios protagonistas, además de contar en nuestras filas con viejos conocidos como el Capitán Price o el jabonoso Soap.

Al principio, todo hay que decirlo, la cosa comienza flojita. Estamos acostumbrados a un auténtico despliegue cinematográfico, una sucesión de situaciones scriptadas con maestría, capaces de hacernos sentir partícipes de una auténtica película bélica. Y aunque en las primeras misiones encontraremos detalles originales, como el famoso viaje a lomos de una moto de nieve, a la acción le cuesta despegar. Olvidaos de la anodina misión entre favelas brasileiras, en la que alguna que otra textura os puede hacer creer que el motor gráfico se ha quedado algo oxidado.

Y digo olvidaos, porque el tono sube exponencialmente a partir de ahí, con un cénit envuelto en cortinas de incesante lluvia, enmedio de una apocalíptica Washington envuelta en llamas, con unos efectos de iluminación dinámica de quitar el hipo y, por supuesto, las épicas fanfarrias de un tal Hans Zimmer. Esta gente sí que sabe fichar galácticos, sí señor. Total, una campaña que, bien es verdad, se queda algo corta -unas seis o siete horas- pero que a través de un puñado de misiones de calidad suprema -como el turrón- logra trasladarnos la intensidad de acción tan propia de los productos de Infinity Ward.

La segunda bala es el multijugador. Y lo mejor que puede contarse de él es que continúa las bases que el primer Modern Warfare instauró a costa de la salud ocular de millares de jugones. El objetivo ha sido equilibrar aún más si cabe la contienda, porque ya sabemos que los jugadores experimentados que van cogiendo nivel adquieren una tremenda ventaja, en forma de armas desbloqueadas y habilidades secundarias. Por eso, me encanta que si te matan cuatro veces puedas tener acceso a, por ejemplo, robarle la clase -armas y habilidades- al que te ha aniquilado.

Pero en lo que se lleva la palma este modo es en las técnicas que podemos usar cuando acumulamos varios frags de forma continua. Es brutal el poder controlar -esta vez directamente- el helicóptero para limpiar la zona unos cuantos minutillos, pero aún mejor es usar el dron Predator y disparar un pepinaco letal desde los aires, viendo claramente dónde va a impactar y cuántos coleguitas van a salir por los aires. Más y mejor resume perfectamente este apartado, aunque los usuarios de PC hayan perdido los servidores dedicados y el lag, en general, sea un poco más elevado que en la edición anterior del juego.

La tercera y última es la novedad más reseñable del juego. Un modo llamado Operaciones Especiales no parece llamar excesivamente la atención. Nada más lejos de la realidad, puesto que encierra una serie de misiones de objetivos variados y que pueden jugarse en cooperativo con un amigo.

Algunas son normalitas, como el típico clon del Horda de Gears of War 2. Otras son la ostia y definen una vez más el concepto de coop: por ejemplo, un jugador cubre con su rifle francotirador al otro mientras éste se infiltra en las líneas enemigas. Este modo no tiene desperdicio, aunque no cubre por completo la tremenda ausencia de la campaña cooperativa, una baza realmente valiosa del anterior Call of Duty de Treyarch.

Por supuesto, uno debe rendirse ante la evidencia que demuestran los valores de producción del juego; ya os he mencionado la tremenda Banda Sonora de Zimmer -aunque bien es verdad que alguna que otra fanfarria quizá os suene de su extensa obra musical-, mientras que el engine gráfico sigue demostrando su potencial, moviendo cantidad de elementos en pantalla a buen detalle y a sesenta imágenes por segundo, tasa inalcanzable para el resto de juegos de acción.

Aún así, es verdad que hay niveles en los que podemos constatar un pequeño bajón gráfico en los escenarios, y vuelvo a remitirme a las mediocres misiones de las Favelas; el nivel gráfico también baja en ciertos interiores en los que apenas existen efectos de luz y las texturas se vislumbran demasiado planas. Aún con todo, el apartado visual es de notable alto, y hay que destacar el esfuerzo en aumentar los elementos destruibles del escenario, aunque se quede corto en comparación con ciertas Malas Compañías.

Conclusiones

Modern Warfare 2 realiza esfuerzos valorables por hacerse merecer su condición de superventas instantáneo. La campaña es muy corta, pero incluye pasajes realmente memorables -cierto emplazamiento americano teñido por el rojo fuego- mientras que el multijugador online sigue siendo un vicio para niños y mayores, novatos y experimentados, más balanceado que nunca.

El toque diferente de la cooperación en Operaciones Especiales y el subidón experimentado por la inteligencia artificial, huyendo del respawn infinito, flanqueando y enmascarando cada vez más los scripts rematan uno de esos triple A de éxito prácticamente asegurado. Es verdad que, quizá, haya que ir pidiendo aún más a esta saga: entornos totalmente destruibles o campaña cooperativa sí o sí. Mientras tanto, una recomendación inexcusable para el buen catador de shooters.