Review Gran Turismo PSP

Polyphony se ha hecho esperar con la edición portátil de su simulador de coches. Bueno, qué demonios, el desarrollo del juego ha sido más lento que el trotar de Ronaldinho con el Milán. El proceso de programación e implementación acaba derivando en un juego que conserva la esencia jugable de la saga, con un envoltorio suculento, capaz de hacerte chiribitas cuando fijes la vista en sus sesenta frames por segundo, y tirarte toda la ilusión por tierra al carecer del recordado modo Gran Turismo, eliminando de un plumazo tanto los carnets de conducir como el garaje para almacenar y mejorar nuestros coches.

Y es que el objetivo del juego se acerca más al reto de intentar completar la inmensa colección de coches que incluye el UMD -o los datos descargados en la memoria de la PSP-, eliminando cualquier nexo o amago de conexión entre competiciones. De hecho, todo se reduce a ir conduciendo sobre los distintos circuitos del juego, obtener dinero con la posición final conseguida en carrera, y canjear dicho premio por uno o varios autos, algo que no nos costará demasiado por dos motivos: primero, ten en cuenta que, como mínimo, vas a quedar cuarto. No hay más coches de manera simultánea.

Y segundo: los premios en metálico son bastante generosos, y los concesionarios se han tomado muy en serio lo del Plan-E del gobierno, con unas ofertas del copón. El único impedimento radica en que cada día de competición sólo tenemos acceso a cuatro casas de coches, y conforme pase el tiempo, dichos concesionarios emularán a Pellegrini e irán rotando. Una forma curiosa de alargar el tiempo que nos dure el juego.

Porque el impedimento de que sólo compitamos contra tres coches convierte las carreras en algo ligeramente desolador; llevo jugando al Motorstorm Artic Edge desde el mismo día que este Gran Turismo, y allí las carreras están mucho más pobladas; con todo, me parece aún peor el hecho de que el único atisbo de multijugador sea el ad-hoc local y no se haya implementado un modo online, algo que debería ser piedra angular de todo juego de competición a estas alturas. Por cierto, tengo que decir que el modo de pruebas de conducción me ha gustado más que a otros que lo han probado: tests rápidos de habilidad que ponen a prueba habilidades de conducción como el frenado o el tomar una curva correctamente. Por supuesto, nos reportarán una buena cantidad de dinero. Lástima que sea virtual.

Concluyendo esta reflexión, hay que quedarse con que la parte jugable de este Gran Turismo se mantiene tremendamente fiel a la de sus primos lejanos de la saga, con su conducción exigente y a prueba de golpes. El estilo de juego se mantiene impertérrito y apenas ha evolucionado, lo cual, por otro lado, es lo que querrán ver los seguidores de la saga, que de seguro disfrutarán con la excelencia visual del producto, realmente cercana a la de los títulos de Playstation 2; se ha completado con creces la ardua tarea de encajar el conjunto gráfico en la pantalla de PSP. Quizás, el HUD sea un poco intrusivo en la vista exterior, pero no queda otra que alabar la extrema fluidez de los gráficos, la cual se ha cobrado como víctima a unos cuantos participantes en carrera.

Por otro lado, se hace bastante decepcionante ver que, en lugar de forjarnos una carrera como conductor legendario y trastear en nuestro inmenso garaje con vehículos comprados a cambio de sangre y sudor, tenemos que conformarnos con una especie de «hazte con todos», con la carencia de modo online y con un modo de derrapes que, francamente, chirría que da gusto.