El nombre completo atendía a Metal & Lace: The Battle of the RoboBabes. Aunque ahora parezca algo más que cotidiano, encontrar un videojuego erótico, concretamente de carácter hentai allá por 1993 era bastante complicado, -mas difícil aún que estuviera medianamente currado- lo cual, con toda seguridad, hacía que el posible interés sobre el mismo aumentara considerablemente.
El argumento de Ningyou Tsukai (nombre original japonés) nos situaba en el futurista 2053, concretamente en la isla MeCha, en el que se mezclaban en una suerte de combinado explosivo tanto bellas mujeres como deportes letales. Total, que como allí se celebra el torneo Robo Fighting, no tenemos otra cosa que apuntarnos a participar en él, por medio de una sugerente Robo-Babe.
Conforme avanzamos en dicho torneo, podremos ir visitando las diversas tiendas que pueblan la isla, de modo que mejoremos el comportamiento de las robot, aumentando sus atributos hasta la cantidad idónea. No, malpensados, no me refiero a esos atributos. Los mechas (o las mechas, no se cual es la expresión correcta) ganaban en poder ofensivo y defensivo, mediante la compra de distintas armaduras de combate y accesorios para las mismas.
El juego, programado por Megatech Software –hacedora de otros clásicos hentai contemporáneos como Cobra Mission y Knights of Xentar-, ofrecía combates one-vs-one bastante rápidos, sobre todo porque las animaciones eran verdaderamente malas: faltaban cuadros de animación por todas partes, el scroll era bastante chungo por no decir otra cosa y la lucha se desarrollaba más por inercia que por otra cosa.
Sí, tenemos barras de energía, contador de tiempo y ataques especiales del palo lanzamiento de proyectiles y cosas parecidas, pero como «clon sexy» de Street Fighter dejaba mucho que desear, quedándose en un machaque de botones continuo para ver quién se alzaba con la victoria de tan peculiar combate. Curioso, por cierto, que en la contraportada se nos diga que el juego incluye violencia, pero sólo en las escenas de combate; las otras escenas eran mucho más… relajadas.
Y con dichas escenas me refiero a las que nos ofrece el juego como recompensa por cargarnos a una RoboBabe era ver a la chica en posturas sugerentes, y despojada de la armadura y de otras partes de la ropa. Básicamente, se ofrecían estas ilustraciones como gran aliciente para continuar jugando y para que el jugador picara a lanzarse por este juego.
Curiosamente, cuatro años más tarde saldría una segunda parte, a cargo de la compañía Forest, aunque creo que esta vez no llegó a salir del país del sol naciente. El caso es que mejoró bastante como juego de lucha, pero a no ser que tirásemos de importación, no hubo manera de echarle el guante por estos lares.
Buf, pues no ha llovido desde este juego. Hay que reconocer que como juego de lucha era muy ortopédico porque la máquina te daba cera sin que pudieras hacer un solo movimiento especial. Sólo con un robot te lo podías pasar porque tenía un ataque tipo Bison en el que cruzaba la pantalla arrastrando al enemigo. Se realizaba con sólo 2 botones a la vez y en cuanto comprabas la mejora de quitar vida aunque el enemigo se cubriese estaba chupao ver el final (y las chicas, claro).
Tal cual muuu, era un robot con unos brazos onda Bender ja, de color rojo creo…que recuerdos con este juego, apestaba horriblemente en el modo lucha; los que lo jugaban conocian otro truquito, buscar plata constantemente en el suelo (teniendo cuidado que no te saliera un mensaje en el que la armadura tenia perdidas…)
Gracias por la nostalgia, saludos