España gana la Eurocopa, ¡y no es un videojuego!

Casillas

Seguro que lo hemos visto cientos de veces, pero nunca fue real. Cuántas veces echamos monedas en los salones recreativos de aquel bendito juego de fútbol, únicamente para escoger a España como selección y llevarla a la final, proclamándonos campeones. Era la mejor manera de proyectar nuestra ilusión sobre un plano digital, distinto al verdadero, en el que la Roja repetía, mundial tras mundial, y eurocopa tras eurocopa, una decepción que solía coincidir con los Cuartos de Final.

Desde el pasado 29 de Junio de 2008, por fin podemos tener en nuestras retinas la imagen del capitán español levantando una copa, en este caso, la de un auténtico estandarte de la selección, San Iker Casillas. Y es que la trayectoria del equipo en esta Eurocopa de Austria y Suiza ha sido prácticamente intachable. Defendiendo en todo momento el estilo del toque -inolvidable contemplar los berridos de Aragonés «Toquen, Toquen, Toquen»-, y reconstruyendo una fortaleza defensiva que parecía maltrecha, se ha logrado erigir en el mejor equipo de la competición.

Incluso en la final tuvimos un partido prácticamente sin sobresaltos, algo difícil de creer. Alemania llegaba tocada físicamente, algo perfectamente visible en su máxima referencia, Ballack; empezó bien el jugador del Chelsea, creando peligro por banda, pero un codazo de Senna acabó por bajarlo a la cruel realidad: España jugaba mucho mejor que Alemania, que sólo pudo inquietarnos cuando veía que se acababa el partido y volvió a sus orígenes: potencia y balones al área.

Pudimos

Sin embargo, nada perturbaría el triunfo español. Casillas no tuvo que emplearse apenas en el campo, guardando fuerzas para la posterior celebración. Xavi, a la postre nombrado mejor jugador del torneo, siguió a lo suyo, monopolizando el control del balón y oxigenando siempre de forma inteligente. Senna volvió a dejar en evidencia a cualquier mediocentro que se le haya podido oponer en el torneo, y Torres cumplió con su cometido: marcar el gol de la victoria en ausencia de Villa, y aprovechando la tremenda caraja de la divertida pareja Lahm-Lehmann.

El resto es historia y celebración. Memorables imágenes, impensables hace años o incluso meses. Y lo más importante, mimbres asentados y con excelente futuro. Tres objetivos en el horizonte: Argentina, Brasil y el Mundial. Lo dicho, que podremos seguir jugando a videojuegos de fútbol y coger a España, pero ya no será tan complicado imaginarnos la celebración final en la realidad.

España 3 – Rusia 0: ¡¡Imparable!!

Semis

Yo creo que muy poca gente podría apostar por esta situación. Seguro que los más optimistas veían a España en la final, por qué no: la ilusión es gratuita y agradecida. Viendo los antecedentes de la selección, era una auténtica quimera jugar por el primer puesto el domingo próximo. Pero tras asistir atónitos a la exhibición de fútbol que hemos visto esta noche, sólo cabe rendirse a la evidencia, recapacitar en nuestras conservadoras previsiones y homenajear a los que lo merecen: jugadores y técnico.

El partido de esta noche, contra todo pronóstico, apenas ha tenido historia. Rusia sólo jugó diez minutos, en los que el arte de Pavlychenko nos hizo dudar un par de veces con un disparo con rosca que desviaba Casillas con la punta de los dedos, y un remate de delantero puro que tampoco culminó con éxito. Mientras, España seguía a lo suyo, al toque, fútbol control, posesión abrumadora y paciente hasta encontrar el hueco.

La cosa parecía torcerse, sin embargo. La lesión de Villa nos bajó los ánimos por momentos, ya que su racha goleadora era garantía de éxito. Sin embargo, cosas del destino, este lance acabó favoreciendo al equipo; su sustituto, Cesc, jugó por fin donde más cómodo se encuentra, por delante de los mediocentros. Buen juego y asistencias de gol. Por fin. Y mientras que llegaban los goles, la tela de araña amarilla -color de la selección esta noche- comenzó a monopolizar el esférico y a desquiciar a los rusos, que se ahogaban buscando la pelota y bajo una lluvia impresionante.

El descanso, aunque partiendo del empate a cero, no cambió apenas el guión, hasta que llegó el gol de Xavi en una buena jugada de equipo. A partir de ese momento, la selección completó infinitas triangulaciones, cambios de juego y pases en profundidad, además de salir fortalecida en la parte de atrás, con una buena actuación de la línea defensiva y, una vez más, de un Senna que siempre aparece en el momento justo para bloquear al enemigo.

Los goles empezaron a caer, ganando nuestra tranquilidad y agrandando la tumba para los rusos, donde la imagen de su estrella Arshavin, impotente e invisible, fue la de todo su equipo. Un equipo borrado, arrollado, prácticamente ridiculizado por nuestra selección, una selección que ha impuesto su estilo en todo el campeonato, aunando buen juego y contundencia.

Y todo el que dudó de Luis y su trabajo, entre los que me incluyo, no le queda otra cosa que rectificar, que es de sabios, levantarse y aplaudir. Esta noche, Europa ha visto al mejor equipo del campeonato en toda una semifinal, rayando la perfección y demostrando que la mezquindad de equipos como el italiano tiene una alternativa real y mucho más gratificante. Esto no es tiki-taka; es el estilo de España, y ahora mismo, es único, personal e intransferible. Que tiemble Alemania.

PES 2009: primeras screenshots

Aunque apenas se ha filtrado ninguna información al respecto de PES 2009, salvo algún rumor que realmente causa un poco de miedo, y alguna nota de prensa en la que se dice que la nueva entrega del simulador de Konami añadirá «momentos clave» durante el partido para reflejar con más precisión el fútbol real de hoy día, -vamos, nada nuevo-, sí que he podido pillar un puñado de imágenes, alguna ‘in-game’ incluso, que nos muestran cómo será el nuevo PES 2009. Parece que el motor gráfico seguirá siendo irrisorio al lado del de FIFA next-gen.

Espero que, al menos, la jugabilidad vuelva a tomar el camino realista de PES 5 y enderece el camino que tanto se torció con la entrega del año pasado. No sé, no sé…

España 0 (P) – Italia 0: Y el maleficio se quebró

Iker

El guión estaba escrito. Todas las líneas confluían en el fin último y cruel: quedarnos una vez más, en cuartos de final. Goleada y pleno en la fase de clasificación, y un cruce brutal a superar para acceder a las Semifinales. Partido contra Italia, bestia entre las bestias, eterna pared con la que nos estrellamos una y otra vez. Pero toda pared termina por caer, tarde o temprano. Tanto cabezazo debe surtir efecto. No se sabe cuándo, ni dónde, pero sí se sabe el porqué. Porque la suerte acaba por caer al campo de los justos.

El partido, eso sí, siguió los cánones que se preveían establecidos. Italia rocosa, ‘catenaccio’ incansable corriendo tras el movimiento de balón de España, monopolizado por Xavi e Iniesta, y con dos estiletes en la delantera que apenas pudieron poner a prueba a Buffon. Sin su perro de presa Gattuso y sin la única referencia lógica, Pirlo, únicamente les quedaba el balonazo a Toni -bigote para siempre- para posible segunda jugada, y por supuesto, el balón parado con el que en más de una vez temblamos.

En la segunda parte se erigió Silva por encima de los demás aportando verticalidad, aunque corrieron minutos inciertos donde el equipo español se descomponía por momentos con el cambio extraño de Xavi por Cesc. El del Arsenal no termina de cuajar en el campo, pero el partido le tenía reservado un broche de oro y brillantes. Antes de eso, la percusión del equipo español sobre el área italiana no obtenía premio, mientras que el cansancio de los azzurri apenas les daba para contraatacar y poner en riesgo nuestro paso a Semis. Daba igual, porque el destino seguía pesando como una losa en la moral de todos. Italia apelaría a la potra característica que su historia apuntala, fuera en la ‘zona Cesarini’, en la prórroga o en los temidos penalties.

Pero que no. Que por una vez, el gafe de los cuartos, la bestia negra italiana, la suerte contrapuesta y todas las plagas y maldiciones futbolísticas de nuestra historia reciente se disiparon en Viena. España se lo merecía. Senna, inconmensurable durante el encuentro, encarriló la tanda. Cesc, la promesa aún por explotar en el equipo, mandó a los italianos a casa. Y por encima de todo, de todos, san Iker Casillas. Iker, mirando desde el podio del primer puesto en su demarcación a su colega Buffon. Gritándole, a él y a sus compañeros, Ciao, bambinos. La pared cayó. Forza España.

España 2 – Suecia 1 // El desastre cadista

spain_cadiz.jpg

Quería escribir un par de párrafos sobre la victoria de España ‘in extremis’ sobre Suecia del pasado sábado, aunque tengo que reconocer que en estos momentos el fútbol me parece más mezquino que nunca, tras la canallada que han perpetrado los jugadores cadistas al propio club, dejando que baje al infierno de Segunda B del que tantos años costó salir y que con tanto sacrificio logramos celebrar al salir del pozo. No se qué futuro espera al Cádiz, pero lo veo bastante incierto. Para un cadista como yo, una gran decepción.

Volviendo a la selección, sólo decir que el nivel de juego bajó considerablemente respecto al primer partido. El epicentro del tiki-taka fue menos protagonista, así que Xavi no pudo repartir tanto juego como contra Rusia, mientras que Iniesta apenas dio señales de vida y Silva tres cuartos de lo mismo. Como resultado, nuestros delanteros pasaron prácticamente inadvertidos. Eso sí, dos ocasiones claras que tuvimos, la enchufaron. Conclusión: son los mejores delanteros que tenemos desde hace muchos años.

Por desgracia, nos pasamos más de un 75 por ciento del partido pegando pelotazos, sin trenzar apenas jugadas y, lo que es peor, mostrando de nuevo una preocupante debilidad defensiva. Ibrahimovic se comió él solito a la defensa española al completo. La lesión de Puyol y los chutes de cafeína de Ramos no hacen sino agravar el problema. Por suerte, Zlatan tuvo que retirarse en el segundo tiempo y todo se tranquilizó. Y por suerte, en el minuto noventitantos, Villa agarró su primera bola en condiciones en el área. Esperemos que esta Potra no acabe aquí. Otra buena noticia: muchos días de descanso para los titulares, de cara a los temidos Cuartos.