Para resumir el análisis de Uncharted voy a utilizar una frase de uno de los grandes genios de la época 8 bits; tal y como parafraseé en el artículo del Top Ten Filmation, Jon Ritman dijo, en referencia a su Batman:
«No soy innovador; simplemente sintetizo buenas ideas»
Y realmente es lo que nos encontramos en la última obra de Naughty Dog. Un montón de buenas ideas, probadas y reconocidas a lo largo de la historia reciente del videojuego. No es fácil, no creáis. Resulta todo un arte la tarea de cohesionar géneros y que al final se quede en tierra de nadie, sin llegar a profundizar en ninguna de sus partes. Desde luego, no es el caso de Uncharted.
El juego logra su propósito: engancha al jugador, a través de una historia de aventuras y exploración al más puro estilo Indiana Jones; Nathan, su protagonista, logra convertirse en el centro de atención al reírse de su propio papel de ‘héroe’, mientras que los secundarios que lo rodean están bien definidos y completan el argumento; sin lugar a dudas, ayudan las cinemáticas pregrabradas con el motor gráfico del juego.
Bueno, ¿y cuáles son esos fragmentos que acaban formando un todo? Pues mirad, tenemos la parte de exploración, saltos ajustados y puzzles simplificados de Tomb Raider; también podemos encontrar acción, mucha acción, donde Nathan se cubrirá, rodará por el suelo y podrá apuntar con precisión al más puro estilo Gears of War o, rebuscando en el pasado, Kill Switch y Operation Winback. Por último, volveremos a darle la mano en ocasiones a los Quick Time Events, aquellos que inventara Dragon’s Lair y tan bien reformara Shenmue y Resident Evil 4. No puede decirse que Uncharted tenga malos precedentes.
Esta compleja amalgama de inspiraciones conforman un juego largo, entretenido, que cambia constantemente de tercio para no aburrir al jugador y que consigue dejarnos magníficas impresiones en todos sus apartados. El control responde a las mil maravillas, existen logros a desbloquear que nos retarán a afinar nuestra puntería o a explorar el cien por cien de los rincones escondidos de la aventura. Y luego está el apartado tecnológico, que merece un párrafo aparte.
El tesoro de Drake es visual y sonoro
Los escenarios representados en el juego son el fruto de un gran esfuerzo de dirección artística, tal y como podemos ver en los vídeos del ‘cómo se hizo’, incluído en el Blu-Ray. En los bocetos tenían buena pinta, pero es que a la hora de implementarlos, el motor gráfico lo hace con suficiencia y todo lujo de detalles, aplicando en cada caso una iluminación que inunda de color cada rincón del juego. Selvas amazónicas, templos antiguos y un acantilado que guarda una inmensa fortaleza, cuyas garitas me recuerdan enormemente a las que podemos ver en la Alameda Apodaca de Cádiz.
Respecto al sonido, tenemos en nuestras manos un conjunto de efectos de sonido variado y contundente y un doblaje de corte profesional, que cierra el círculo necesario para darle a Uncharted todos los galones que tendría la mejor experiencia cinematográfica de aventuras que podamos recordar.
Conclusiones
Uncharted no es demasiado original, y quizás se acabe demasiado pronto. Son los únicos puntos negativos que se me ocurren. Por lo demás, roza el sobresaliente en todos sus apartados, y su jugabilidad consigue engancharnos al cambiar constantemente de tercio. Merece la pena ponerse a buscar el tesoro de Sir Francis Drake. Cuando acabéis el juego, seguro que reconocéis haberlo encontrado, aunque tenga forma de Blu-Ray.