Ubisoft recupera uno de los mejores Action-RPG que han salido en los últimos tiempos para PC, portándolo a Xbox 360. La obra de Arkane Studios ofrecerá, a partir de ahora, otra alternativa más para los que gusten del género de la espada y la brujería y posean la consola de nueva generación de Microsoft. El resultado final, sin llegar a ser decepcionante, no llega a colmar las expectativas que se esperaban en una conversión de estas características.
Porque lo cierto es que el original fue lanzado para PC allá por Diciembre del 2006. Por lo tanto, parece evidente que llega con retraso. No debería ser ningún impedimento, no obstante, puesto que el juego destila calidad de sobra en el cuidado desarrollo de la historia principal y en la implementación del combate. Respecto a la historia, comentaros que nos pondrá en la piel de Sareth, aprendiz del mago Phenrig, el cual nos encargará una complicada tarea para demostrar que los años de enseñanzas en las artes del combate y la magia han dado sus frutos. Es curioso, pero suele pasar: nuestros mentores siempre son los que nos arrojan al fuego una vez que se han cansado de enseñarnos. ¡Serán capullos!
Bueno, respecto al combate, hay que decir que logra alcanzar un gran dinamismo gracias a la amplia interaccón que nos ofrecen los elementos del escenario. Desde lanzar un objeto para impactar a un enemigo hasta empujarlos a patada limpia para ensartarlos en una pared de pinchos, pasando por logros más currados como puede ser tirar una piedra a un suelo de naturaleza frágil, logrando que el enemigo que pasaba por allí caiga al vacío.
Dark Messiah of Might & Magic: Elements ha visto, por desgracia, cómo se le ha despojado de posibilidades a la hora de desarrollar nuestro personaje. La asignación libre de características al subir de nivel, algo que permitía forjarnos un tipo personalizado de avatar, se ve capada a una elección inicial entre cuatro clases: guerrero, arquero, asesino o mago. Se reduce la gama de items que podremos utilizar, que pasan a ser «objetos de coleccionismo».
Una decisión difícilmente comprensible, puesto que el paso a videoconsola no debería implicar un descenso tan pronunciado de la vertiente RPG. El resto de características jugables que ya disfrutamos hace más de un año permanecen intactas, logrando un acertado trasvase de control y manejo desde el combo ratón + teclado hasta el control pad de Xbox 360.
Tecnología medieval
El apartado gráfico conserva la calidad de antaño, pero el paso del tiempo erosiona a todo bicho viviente, y el juego que hoy nos ocupa no es la excepción. Así, el motor Source exhibe texturas que, por lo general, han quedado desfasadas a estas alturas de generación. Sin embargo, el que vale, vale, y la calidad del trabajo de diseño que destila el mapeado de Dark Messiah vuelve a hacerse patente en esta versión, así como el correcto modelado de los personajes y sus correspondientes animaciones, y un buen uso de la iluminación.
Con respecto al sonido, la banda sonora se mueve en el terreno de la épica como pez en el agua, acompañando perfectamente a la acción; una acción que tiene la suerte de estar perfectamente doblada al castellano, con un trabajo intachable en todo momento.
Conclusiones jugables
Estamos ante un juego al que se le han cortado las alas en uno de los apartados más destacados de su versión previa. Quizá para conseguir una jugabilidad más directa, lo cierto es que se echa de menos el poder moldear a nuestro gusto al personaje que manejamos. Por otro lado, hay que comentar que los modos Multijugador, si bien ayudan a elevar la media de edad de Dark Messiah en nuestra juegoteca activa, presentan ciertos problemas de retraso en la conexión que esperamos puedan corregirse en un futuro parche.
Lo más destacable de Dark Messiah of Might and Magic: Elements, más allá de los inéditos niveles que han engrosado el modo historia en esta versión, radica en lo cuidado de su ambientación, a lo que ayuda el exquisito diseño artístico del juego, así como las amplias posibilidades que se nos presentan a la hora de afrontar un combate, ya sea por la vía directa, a través de los elementos del entorno o utilizando el sigilo. En suma, un buen juego al que se le podría haber regalado una conversión mucho más amplia, actualizando el nivel gráfico o, simplemente, potenciando su vertiente RPG en lugar de menguarla.