Revisados ya, hace tiempo, los años que pasan desde el 1985 al 1988, toca añadir un bloque más de calendario a esta oxidada y polvorienta mirada hacia los salones recreativos que en gloria estén, denostados algunos por la peculiar plebe que los transitaban, alabados muchos por convertirse en el perfecto punto de encuentro con el bocata de la merienda, las sobras de la paga semanal y las pocas ganas de estudiar en aquellas frías y lluviosas tardes invernales.
Señores, mil novecientos ochenta y nueve. Cae el Muro de Berlín. Muere Hirohito. El Voyager 2 llega a Neptuno y muestra supuestas imágenes de tan remoto lugar. El Dalai Lama es flamante Nobel de la Paz. Y nos gastamos los cinco pavos del día en las siguientes máquinas…
Resulta todo un placer retomar los artículos de este calibre; recopilar los mejores arcade que pudimos disfrutar en los años ochenta siempre resulta refrescante y a la vez nostálgico, sabedores todos de que la sensación de entrar en nuestro salón recreativo favorito, atestado de niños con granos, chuletas que no dejaban jugar al resto y el típico chaval encargado de cambiarte la moneda de veinte duros por las cuatro de veinticinco pesetas… de que dicha sensación, digo, ya no volverá. Pero bueno, hagamos algo porque sea posible que regrese, al menos a nuestras mentes.
Que hace meses que no redactaba entregas de esta particular saga de Hits recreativos, es totalmente cierto. Que nunca es tarde para ponerse a ello, también. Mejor aún, si acaso, porque dichos títulos habrán adquirido más solera aún, como los buenos vinos, envejeciendo de forma y manera que nos acojan con los brazos abiertos cuando volvamos a rejugarlos. Tras 1985 y 1987, hoy os digo que mil novecientos noventa y ocho es la fecha fijada.
Altered Beast (SEGA)
Uno de los arcade de acción lateral más bestiales que podamos recordar, y valga el adjetivo escogido como el más apropiado para este juego de SEGA. Tomamos el control de un musculoso renacido exhibicionista que, en cueros y de pelo en pecho, se abalanza sobre cientos de enemigos que le acosan sin ton ni son, pegando puñetazos y patadas por doquier.
Lo impactante ocurría cuando, en la suicida misión de rescatar a la hija de Zeus, recogíamos items que nos hacían doblar nuestra musculatura, puro esteroide y anabolizante que llegaba al punto de transformarnos en bestia, ya fuera un repugnante reptil, un oso peludo o un lobo voraz y feroz. Todo un icono de SEGA de aquella época.
Bad Dudes VS Dragon Ninja (Data East)
Dos experimentados ninjas deben rescatar, nada más y nada menos, que al presidente Ronald Reagan, capturado por ciertos malhechores entre los que se encuentra el Final Boss del primer nivel, el mismísimo Karnov, calvo protagonista de otro famoso juego de la misma compañía.
Un grandioso modo cooperativo y bastante variedad en su desarrollo, con varios tipos de armas, fases con scroll y vehículos, y en definitiva, un auténtico tragamonedas de los salones de la época, portado, cómo no, a multitud de sistemas domésticos.
Dos policías, empedernidos seguidores de Corrupción en Miami, deben dar caza y captura a cinco criminales motorizados antes de que se acabe el tiempo. Trepidante arcade de conducción en el que debíamos sacar de la carretera al coche hostil a base de empujones, hasta llegar al TakeDown final.
Entretenido y con multitud de conversiones a ordenadores de ocho y dieciséis bits -cortesía de Ocean-, seguro que si echamos ahora una partidita somos capaces de identificar más de uno y más de dos juegos modernos que han utilizado un buen puñado de las ideas vertidas en este Chase H.Q.
Ghouls ‘n Ghosts (Capcom)
La continuación del éxito de Capcom añadía la posibilidad de que Sir Arthur pudiese disparar hacia arriba sus armas, o hacia abajo en pleno salto. Además, el arsenal disponible se incrementaba, con añadidos tales como el hacha o el escudo, y para colmo, nos obligababa a aprendernos la ubicación de los cofres escondidos para encontrar la armadura dorada y ser capaces de invocar un poder que cambiaba según el arma que manejásemos.
Por lo demás, el juego era igual de jodido que el primero, o más; la banda sonora era aún más mítica, el nivel del cementerio se instauraba como uno de los entornos más reconocibles de la historia del videojuego, y todo sumado daban como resultado un juego y un personaje de arrebatador personalidad y carisma. Míticos calzoncillos.
NARC (Williams)
Un arcade crudo donde los haya, violencia explícita y temas escabrosos tales como el narcotráfico fueron de la partida en este NARC, capaz de no dejar indiferente a nadie. Sus gráficos digitalizados sobresalían entre la competencia, al igual que el adictivo modo de dos jugadores.
Como notas curiosas, primero citar al terrible asesino al que debíamos capturas, Kinky Pinky; además, comentar que el juego Crime Wave realizó un calco completo de este peculiar estilo visual en un juego de PC Ms-Dos. Y otra curiosidad: el diseñador del juego fue Eugene Jarvis, el mismo que se encargó de dos obras maestras tales como Robotron y Defender, auténticos incunables muy separados en el tiempo y en el planteamiento de este NARC.
Estamos ante una de las mejores ideas que hayan surgido en la historia del videojuego, y seguramente la peor aprovechada de todas por parte del pensador original, Alexei Pajitnov. Una vez creadas las versiones de Ms-Dos, la primigenia, y la versión Commodore 64, la licencia de Tetris comenzó a venderse por todo el mundo; la licencia de videoconsolas la aprovechó Nintendo, mientras que Atari portó la idea a recreativas, siendo una de las primeras máquinas arcade cuyo origen era un videojuego doméstico.
Segunda entrega de los recopilatorios arcade más vintage y retro que os podáis echar a la cara; desde el 1987 saltamos hacia atrás un par de añitos y nos situamos en 1985, sin rima ni nada parecido. Es difícil situar las monedas de cinco duros mejor invertidas de ese año, al menos de una primera pensada, pero si os ponéis a darle al coco seguro que sacáis unos cuántos. Y quién sabe, quizás coincidáis conmigo en unos cuantos Hits de los que se incluyen a continuación…
Imaginad por un momento que se lanzara un recopilatorio de grandes éxitos por cada año de existencia de videojuegos en los salones recreativos, aquellos que frecuentábamos no hace tanto cuando salíamos de clase, infestados de muchachada ansiosa por gastar los cinco duros que nos sobraban para comprarnos el bocadillo de la merienda, o agolparnos en el cogote del que estaba jugando en ese momento para animarle a que se pasara el enemigo final que siempre se resistía, o para echarle el aliento encima y agobiarle para que nos dejara el turno a nosotros. De momento, me ha dado por empezar con 1987. Veamos qué joyitas podían jugarse en aquel año.