Arcade Hits: 1991

Les lanzo una pregunta al aire, de modo que les lleguen a través de estas líneas ciberespaciales. ¿Qué hacían ustedes en el año 1991? Existen varias posiblidades, la primera es evidente: aún formaban parte del llamado limbo. Recordemos que hasta el año 2007, dicho espacio etéreo existía, hasta que el papa Ratzinger lo eliminó de un papazo.

Quizá se encontraban cómodamente sentados en el sofá, contemplando aquella flamante televisión. Tanto el nuevo aparato como Sabrina Salerno lucían un culo de categoría; la cantante italiana presentaba en Tele 5 el programa “Bellezas en la nieve” junto con el incombustible Andoni Ferreño. Es posible que en el reproductor de Compact Disc estuvieran sonando los pasitos de María de cierto sex-symbol femenino, que, las vueltas que da la vida, años más tarde saliera del armario de verdad, tras cierto incidente con un perro, la nocilla y las sorpresas de Isabel Gemio.

Sea como fuere, la Unión Soviética se fue a tomar por saco a la vez que nos enterábamos que una maldita enfermedad amenazaba a un mágico baloncestista. En Sevilla acababan in extremis el Puente del Centenario que cojo los fines de semana para ir a Cádiz, y, albricias, los salones recreativos mantenían un buen pico de interés. El mismo que espero conserven ustedes para seguir leyendo esta recopilación de Arcade Hits.

3 Wonders -Capcom

Lo de este juego es tremendamente curioso, ya que mi experiencia con él se repite bastante, por lo que he podido constatar con otros compañeros del sector. En su día, pasó tremendamente desapercibido, y joder, tampoco se extraña uno demasiado cuando se da cuenta de la pesada artillería que se desplegara aquel año en los salones recreativos.

Con la llegada de los emuladores, los tres juegos incluidos en 3 Wonders recibieron un sentido y merecido reconocimiento. La idea de Capcom de hacer un 3 en 1, sin lubricante ni nada, parecía bastante novedosa; el tema de que cada juego fuera totalmente independiente y diferente de los otros dos, más aún. Mientras que Midnight Wanderers y Chariot compartían historia y protagonistas -dos chavales con cara de duendes llamados Lou y Siva)-, el tercero iba por libre: una especie de Bomberman algo moñas llamado Don’t Pull.

Entre Midnight Wanderers y Chariot no sabría con cual quedarme, pero ambos merecen la pena que les eches un vistazo. El primero es el típico juego de acción con scroll, disparos, saltos y bichos a tutiplén, mientras que el segundo es un shoot’em-up cuyos final bosses son constelaciones del zodiaco. Apenas volvimos a ver a esta simpar pareja; Lou tenía un cameo en cierto golpe especial de Marvel Vs Capcom, mientras que Siva sirvió de inspiración -algo remota- para un personaje de Cannon Spike.

 

Crime Fighters 2 (Vendetta) – Konami

De la cruenta pugna que mantenían Konami y Capcom en aquella época, todos los jugones sacábamos un tremendo beneficio. Por lo general, Capcom podría copar un Top 5 virtual de beat-em’ups de todos los tiempos sin tener que soltar ni media guantá, pero hay que darle también mérito a todo lo que lanzó al mercado la vieja Konami, esa de la que tan poco queda hoy día.

Vendetta mejoraba de forma exponencial lo visto en el primer Crime Fighters, el cual era un título bastante mediocre. Estamos ante un Yo contra el Barrio que, sobre el papel, sigue los cánones más comunes del género a rajatabla: tenemos a una pobre chica desamparada que ha sido raptada por el clan de matones de la ciudad; también tenemos unos escenarios que representan el lado opuesto a todo viaje turístico que se precie; agregadle un buen puñado de enemigos variopintos y rematen con una suerte de protagonistas a los que difícilmente añadiríamos a nuestro Facebook.

¿Quieren curiosidades? Pues tenemos, por un lado, a los personajes que podíamos seleccionar, los cuales tenían un tremendo parecido a celebridades de la época como Mr. T, Jean-Claude Van Damme y Hulk Hogan. Por otro, la censura castigó duramente la temeridad de los diseñadores del juego, ya que existía cierto enemigo, el “Village People desatado”, el cual nos intenta encular con potencia, restándonos energía al mismo ritmo que él la derrochaba. Incluso era capaz de terminar la faena cuando caíamos al suelo. Al salir de Japón, este salido enemigo fue sustituido por dobermans que imitaban su movimiento de pelvis. La verdad, uno no sabe que es peor, si el remedio o la enfermedad.

Caveman Ninja -Data East

Joe y Mac son dos cavernícolas bastante brutos, aunque me imagino que por aquella época no se llevaba mucho la sutileza. Por desgracia, además de bastos, también eran tremendamente despistados, algo que facilitó la tarea de los malvados neandertales que raptaron a sus mujeres. Se ve que la monogamia no se había inventado aún; esta gente sí que sabían…

El estilo gráfico desenfadado del juego entraba rápidamente por los ojos, en especial cuando nos enfrentábamos a los jefes finales; estas criaturas, de las cuales recordamos el dinosaurio al que despertamos de su letargo o la planta carnívora gigante, solían ocupar buena parte de la pantalla.

Como cabía esperar, el mayor atractivo del juego era echarse una partida junto con otro colega. El cabreo y la trifulca estaban asegurados, ya que si nos descuidábamos podíamos partirle el cráneo a nuestro compañero de un garrotazo. Fue portado a Super Nintendo en una conversión más que decente, conociendo posteriormente un par de secuelas más en dicha consola, y otra adicional en exclusiva para salones recreativos -Joe & Mac Returns-, la cual cambiaba el scroll lateral por pantallas estáticas y plataformas, al más puro estilo Snow Bros.

The King of Dragons – Capcom

Capcom decidió hacerles un regalo a todos los aficionados a las partidas de lápiz y papel de Dungeons and Dragons y a la literatura de fantasía épica; un par de años antes de que Tower of Doom llevara a los salones recreativos el nombre del RPG de mesa que un feliz día crease el maestro Gary Gygax -que en paz descanse-, The King of Dragons se presentó como un digno antecesor, combinando el esquema beat’em-up que tan bien conocía Capcom con algunas gotas destiladas del rol,apareciendo dicha esencia más concretamente en el sistema de progreso implementado.

Así, los personajes podían subir de nivel mediante la experiencia que fueran acumulando a lo largo del juego; también podían hacerlo sus armas y escudos. La plantilla de seleccionables cubría una amplia gama de prototipos propios de una partida de D&D; así, se mezclaban razas y profesiones, siendo posible jugar con un guerrero humano, un explorador / arquero elfo, un mago, un clérigo y un enano. Jugablemente, aparte de incluir la posibilidad de lanzar hechizos, algunos personajes podían bloquear ataques enemigos con su escudo tirando de la palanca hacia el lado contrario al que estaban mirando.

Tanto los escenarios como los diversos enemigos nos resultarán familiares si somos asiduos al género: orcos, árboles al más puro estilo Ent, lobos, arañas gigantes y, por supuesto, dragones; cuando acabamos con Gildiss, el inmenso dragón escupefuego que hace las veces de Final Boss, tras superar la friolera de 16 niveles y deleitarnos con la magnífica BSO de Yoko Shimomura -la cual participase en Final Fight o Street Fighter II-, llegaba la hora de celebrar nuestra merecida victoria con un buen hidromiel en la taberna de guardia más cercana.

Street Fighter II, Capcom

Casi nada al aparato. Ingentes cantidades de personas revoloteaban durante todo el día por los dominios de la máquina de Capcom. Se daban varios tipos de personalidades, desde el brasas que insistía una y otra vez en sus capacidades innatas para hacerte un favor y pasarte la dichosa fase de Blanka, hasta el pelota que jaleaba cada uno de tus hadoken, para acabar compadeciéndote cuando Ken te derrotaba con un Puño del dragón en el último segundo de manera totalmente injusta.

Se han contado tantas cosas sobre el juego que Yoshinori Ono produjo que se hace muy complicado destacar una sola, pero si tuviera que quedarme con algo, no tendría dudas en destacar que, veinticuatro años después, mucha gente prefiere echar unas cuantas partiditas al mítico arcade que a cualquier videojuego de lucha one-vs-one moderno. Yo mismo no concibo las reuniones con los colegas de siempre en mi casa sin un pique al SFII en mi Bartop. ¿Cuántos juegos pueden presumir de algo así? ¿Cuántos podrán hacerlo dentro de veinticuatro años?

Los Simpsons, Konami

La serie de Matt Groening alcanza ya la friolera de 25 temporadas. Nosotros, los jugones, nos quedamos con la historia que se inventaron en Konami para The Arcade Game; que la familia amarilla protagonizase un beat-em’up con opción de coincidir cuatro jugadores simultáneos resultó un auténtico pelotazo.

Y la verdad, Konami lo planteó bien, muy bien. Simplemente reutilizó la fórmula que ya usara en el arcade de las Tortugas Ninja, dibujó a los personajes más relevantes de la serie y agregó unas fases de bonus machacabotones muy peculiares. El resultado fue arrasador. Dan «Homer» Castellaneta y el resto de actores de doblaje pusieron sus voces para cada movimiento especial de los personaje del juego, inmersos en el peculiar rescate de Maggie, la cual le dio por usar un caro diamante como chupete, el cual había sido robado por el sempiterno Mr. Burns, a la postre, el enemigo final del juego.

Los personajes podían asociarse para realizar ataques conjuntos, algo que no pasaba en títulos previos del género. Bastaba con que coincidieran en el mismo punto unos segundos para activarlo, siendo distinto según la pareja escogida; Bart y Lisa o Marge y Homer eran los combos más poderosos, añadiendo algo de táctica a la mecánica del juego.

Algunos niveles eran brillantes, como el del cementerio, en el que los zombies rendían homenaje al videoclip del Thriller de Michael Jackson. Veríamos cameos de personajes clásicos durante todo el juego, desde “Encías sangrantes” al director Skinner. Todo muy ‘fan service’, coincidiendo con la mejor época de la serie de animación. Curiosamente, sólo se llegó a realizar un par de conversiones a formato doméstico, y no precisamente para las plataformas que uno esperaría: Ms-Dos y Commodore 64.

 

Sunset Riders, Konami

Otro juegazo ideal para reunir a tres colegas y aporrear los botones de la cabina arcade. Steve, Billy, Bob y Cormano son cuatro cazarrecompensas que deciden juntarse para eliminar a los malhechores que ilustran los carteles de Se Busca más cotizados del Lejano Oeste. El estilo cartoon de los gráficos de este dispara-mientras-corres estaba sazonado con mucho humor made in Konami, superando por mucho a juegos previos ambientados en el Western como Iron Horse -de la propia Konami– o Express Raider.

Con momentazos a recordar como la estampida de toros en la que debíamos caminar sobre las bestias para no ser arrollados, o el asalto al tren en marcha a lomos de nuestro córcel, llegó a dar el salto tanto a Mega Drive como a Super Nintendo. Fueron dos versiones que presentaban diferencias muy apreciables; mientras que en la 16 bits de SEGA faltaban algunos niveles, la que se pudo jugar en El Cerebro de la Bestia resultaba tremendamente fiel al arcade original, salvo por el detalle de que sólo permitía dos jugadores simultáneos.

WWF WrestleFest

Cerrando un año arrebatador, Technos lograría colar un producto que, sinceramente, ha envejecido bastante mal. Jugué el otro día y los luchadores se movían lentamente y de forma tosca; aún así, el encanto del modo Royal Rumble sigue campeando en el marcador. Estamos hablando de una máquina que, a la hora de enfrentarse con el resto de rivales citados en el presente artículo, lograba atraer a las masas como el más popular de los arcades.

Era la época, amigos. Tele 5 en su máximo apogeo, con Héctor del Mar radiando los combates imposibles entre Hulk Hogan y El Último Guerrero. Poder manejar a estos mostrencos en la pantalla era lo más, pero como he citado previamente, lo que multiplicaba hasta el infinito el tirón de la máquina era el Todos contra todos, en los que se reunían hasta seis combatientes de forma simultánea, y conforme iban cayendo luchadores, otros entraban en el ring para suplirlos.

Aunque el estilo visual tiraba más hacia el dibujo animado que al realista -algo que sí fue usado en el juego de WWF de Super Nintendo-, Technos se encargó de imprimir a los sprites de vida y carisma, incluyendo gestos, provocaciones y técnicas especiales que extrajeron de los combates de verdad. Míster Perfecto, Sargento Slaughter, Terremoto Earthquake… un auténtico elenco de personajes que, a la postre, apuntaban a un enemigo común: los temidos Legion of Doom, o como los conocíamos gracias a las retransmisiones de Pressing Catch, “Los Malditos”.