Arcade Hits 1983

Arcade Hits 1983

Aunque el año que hoy reviso coincida con el famoso “Crash del Videojuego Americano”, en la que la meteórica ascensión de Atari en el mercado se truncó, cayendo al más profundo de los infiernos con las meteduras de pata de Pac-Man y E.T. para Atari 2600, encontraremos un buen puñado de arcades que reseñar con todo merecimiento.

Y recordad, que fue en 1983 cuando la red militar de defensa Arpanet adopta el protocolo de comunicación TCP/IP, paso de gigante para que un buen día se normalizara la red de redes, la misma que hoy os permite leer sobre los siguientes juegos.

Congo Bongo (SEGA)

Hace ya unos cuantos añitos, servidor se encargaba de poner preguntas en el Trivial de meristation.com junto con mi compañero Spidey, en pos de retorcer el cerebelo de los sufridos concursantes con insidiosas preguntas acerca de la historia del videojuego. En una ocasión lancé una pregunta que decía algo así como “Cuatro niveles ascendentes; el peligro lo arrojan desde arriba. El simio no se ha portado nada bien con nosotros. Y para colmo, si llevamos tres, será fatídico”, pretendiendo confundir al participante con el título Donkey Kong, el cual fue lanzado dos años antes que el presente juego de SEGA.

En efecto, parece que estábamos ante una especie de contraataque por parte de la compañía ante el juego de Miyamoto, aunque resultó un movimiento algo tardío. Resultaba entretenido, ofreciendo una mayor variedad a lo largo de sus cuatro fases, aunque sí es verdad que SEGA se afanó en dejar claro el verdadero porqué de lanzar un juego así; no en vano, su eslogan rezaba de la siguiente manera: “Más divertido que un barril de monos”. No sería ni la primera ni la última que la compañía recurriese a arremeter contra Nintendo subliminalmente a través de su publicidad…

Congo Bongo

Ah, por cierto, la respuesta a la pregunta del trivial era, efectivamente, Congo Bongo, ya que en la primera fase nos topábamos con tres pequeños simios que si se nos subían a la chepa nos quitaban una vida.

Dragon’s Lair (Cinematronics)

Dragon’s Lair fue el primer juego en formato LaserDisc, desarrollándose a través de escenas en Full Motion Video como si de una película de animación se tratara, y en el que trabajó Don Bluth, animador que trabajase previamente para Disney.

Las máquinas distribuidas con el juego contenían un reproductor de LaserDisc modelo Pioneer LD-V1000, el cual sufría continuamente las consecuencias de la propia metodología de juego: el jugador alteraba el orden de la reproducción de las distintas secuencias almacenadas en el disco, dependiendo de si pulsaba uno u otro botón cuando el programa lo requería. Esto significaba que el lector tuviera que escanear el disco una y otra vez para saltar a la escena correcta, con mucha frecuencia en cortos espacios de tiempo. Total, que el lector se descuajaringaba cada dos por tres.

Algunos de vosotros recordaréis, muy remotamente, aquella serie de animación que se emitiera por televisión los sábados por la mañana. Se emitieron trece capítulos de media hora en los que los protagonistas eran los mismos que vimos en el juego: el caballero Dirk, el dragón Singe y la princesa Daphne, además de algunos personajes creados para la ocasión.

El gancho de la serie era que estaba muy bien pensada para encajar con la filosofía del juego, puesto que se hacía una pausa publicitaria aposta, justo antes de que Dirk afrontara un peligro mortal y el narrador nos contara las distintas opciones que tenía el caballero ante sí. Tras comernos la cabeza durante la publicidad, Dirk actuaba, explicándonos el narrador qué hubiera pasado si se hubiera escogido otra opción.

Mappy (Namco)

Un entrañable ratón policía era el protagonista de uno de los primeros arcade de plataformas que ofrecían scroll horizontal en lugar de conformarse con las típicas pantallas estáticas. El aspecto del juego era indudablemente japo, algo que pudo causar su escasa repercusión en los salones de Estados Unidos.

Mappy debe capturar a todos los gatos delincuentes, en un juego publicitado como “Cat Chase Game”, dándole la vuelta a una tortilla que normalmente ponía a los ratones en el papel del perseguido. El nombre de Mappy deriva del término japonés Mappo, el cual se suele utilizar como apelativo despectivo para una persona que trabaje en la policía.

Existe una alta probabilidad que conozcas el juego no por verlo en una máquina recreativa, sino por haber jugado a una notable conversión para NES, pero no en una consola original, sino en una clónica, las cuales solían traer en memoria, entre los diez mil juegos repetidos, a este peculiar ratón policía.

Mario Bros. (Nintendo)

Tras sus peripecias junto a Donkey Kong y a la princesa Pauline, Mario regresaba a los salones recreativos junto con su hermano (Mario Mario y Luigi Mario, tal y como bien recordaréis se decía en la infame película del bigotes); y en esta ocasión, su profesión era fontanero, a la postre, la que luciría para siempre en su codiciado currículum vitae.

La máquina ofrecía pantallas estáticas en las que se representaban plataformas por las que, paulatinamente, caminarían criaturas que debíamos reventar golpeando el suelo desde abajo. Este clásico incluiría una serie de elementos que posteriormente se refrendarían en Super Mario Bros. y que perdurarían para siempre en el imaginario de sus juegos. A saber: tuberías, tortugas hostiles, monedas que recoger, bolas de fuego e items que utilizar, en este caso el bloque POW que hacía voltear a todos los enemigos.

Mario Bros. no podrá nunca alcanzar las posiciones elevadas en cualquier clasificación de juegos del fontanero que se precie, y palidece sobremanera si lo comparamos con la siguiente aparición del personaje, Super Mario Bros. Sin embargo, se le ha rendido homenaje con frecuencia durante la saga, siendo una especie de minijuego en Super Mario Bros 3 o sirviendo de escenario en Super Smash Bros.

Star Wars (Atari)

Aprovechando el enorme tirón de la película de George Lucas, Atari manufacturó este arcade en el que manejábamos el X-Wing de Luke Skywalker, Red Five, en su ataque a la estrella de la muerte, desde una perspectiva en primera persona.

El aspecto visual del juego se basaba en los gráficos vectoriales sobre fondo negro; las formas geométricas que dibujaban naves enemigas y la superficie de la base del Imperio conformaban un conjunto que en la época resultaba hipnotizante -mención especial para la tercera fase, en la que nos adentrábamos en los estrechos túneles de la Death Star– y ahora seguramente nos sonaría a chiste.

Los fans más empedernidos de la película podían disfrutar de las voces digitalizadas de Mark Hamill como Luke, Alec Guinness como Obi-Wan o James Earl Jones como Darth Vader, además, cómo no, de los taladrantes gruñidos de Chewie y de los bip-bip de R2D2. Para disfrutar al completo de la experiencia, lo suyo era encontrar una cabina que simulara el interior de la nave, incluyendo unos mandos similares a los que podían verse en el filme.

Spy Hunter (Bally Midway)

El mayor tirón de Spy Hunter residía en poner las manos al volante de un auténtico cochazo armado hasta los topes; el juego nos ofrecía desde una perspectiva cenital a un vehículo ficticio, un G-6155 Interceptor capaz de quemar ruedas por la autopista mientras nos atacaban vehículos hostiles e incluso helicópteros.

En las primeras versiones de Spy Hunter sonaba la fanfarria que compuso Monty Norman para las películas de James Bond, aunque el hecho de no tener su licencia obligó a Midway a cambiarla posteriormente. Y parece que acertaron, puesto que introdujeron la mitiquísima fanfarria de la serie Peter Gunn, compuesta por el maestro Henry Mancini).

Estamos ante un juego inspirador, no cabe duda, puesto que la mítica detective Jessica Fletcher de la serie «Se ha escrito un crimen» lograba hallar la solución a uno de sus casos mientras que jugaba tranquilamente a este arcade.

Tapper (Bally Midway)

Arcade Hits 1983

Si habéis visto recientemente ese auténtico homenaje al videojuego clásico llamado “Rompe Ralph!”, seguro que os suena el personaje que hace de barman, sirviendo cervezas a unos agotados Ken y Ryu.

Dicho avatar es el protagonista de Tapper, en el cual debíamos atender hasta cuatro barras de bar colocadas en paralelo, en cuyos extremos van apareciendo clientes sedientos demandando su correspondiente Budweiser. Una idea tan refrescante como original, y además patrocinada en su primera versión por Anheuser-Busch, la empresa que fabricaba la conocida marca de cerveza americana. Posteriormente saldría una versión llamada “Root Beer Tapper” que ya no incluiría el logo de Budweiser para evitar problemas relacionados con la promoción del consumo de alcohol.

Más aún, el camarero del juego estaba basado en Mike Ferris, un empleado de Marvin Glass, la compañía que diseñó Tapper. Al parecer, este hombre solía llevar mostacho, gafas y una camiseta roja, la cual se trasladó finalmente en la recreativa. Lo que no he averiguado es si también le gustaba tanto la cerveza…

Track & Field (Konami)

Track & Field o Hyper Olympic en tierras japonesas (en la que enarbolaba licencia de los Juegos Olímpicos de Los Angeles de 1984) decidió ir más lejos, más alto y más fuerte que los arquetipos que solían pulular por los salones recreativos en tal época. Nada de derrotar enemigos, de disparar alienígenas, de conducir bólidos, de pilotar naves; esta vez sería deporte puro y duro concentrado en las distintas disciplinas del atletismo.

Si Track & Field puede presumir de algo es de asentar las bases jugables de todo un género; Konami, la vieja y añorada Konami, consiguió convencer a todo el mundo de que la mejor forma de representar en un videojuego el esfuerzo propio de una competición de atletismo sería exigir “quid pro quo” al jugador otro tipo de esfuerzo, en este caso machacar alternativamente dos botones marcados por la leyenda “RUN”.

Aquel que intentaba superar un récord mundial acababa con las manos reventadas, saboreando las mieles de la victoria mezcladas con el sudor derivado de aquella frenética manera de competir. Naturalmente, como en todas las disciplinas de la vida, existían los jugadores tramposos, aquellos que usaban monedas o lápices para poder aporrear los botones sin cansarse tanto y para optimizar la frecuencia de pulsación en los botones.

Arcade Hits 1983

Track & Field y sus atletas virtuales, todos ellos luciendo un enorme mostacho por mor de vaya usted a saber qué vetusto estilismo, vería pasar luego toda una estirpe de hijos, tanto legítimos como bastardos, los cuales copiaron de cabo a rabo el machacabotones como leit motiv jugable.

Publicado por

Pedja

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3 thoughts on “Arcade Hits 1983”

  1. Qué de visitas a «Nuevos Horizontes» para reemplazar joysticks rotos por culpa del Track&Field del MSX XDD

  2. Sega y sus anuncios «honestos» jejeje, fue cuando comenzaron a no ser tan subliminales como apuntas y si extremadamente directos el momento en que me parecían de vergüenza…hoy todavía me lo parecen pero con cierta añoranza todo hay que decirlo.

    Lo que más loco me ha dejado sin duda es ese trailer de la serie de animación (que llevo eones buscando) de «Dragon´s Lair» cuyo slogan deja entrever que fue lanzada en DVD al completo, me han entrado sudores y todo…de los buenos…

    Algunos de los juegos restantes, como «Track & Field» y «Spy Hunter», yo simplente los jugué* en Spectrum. Y coloco un asterisco precisamente porque la palabra «jugué» podría ser usada de la manera más extrema y opuesta a la vez en ambos títulos. En el primero me refiero a lo mínimo, pues jamás terminé de entender su desastroso mecanismo a la hora de ser trasladado a mi 48k (y es que nosotros tuvimos el joystick demasiado tarde) y por ende pues fue probarlo durante menos de cinco minutos y descartarlo tanto a él como a sus futuras secuelas y sucedáneos PARA SIEMPRE. Aún así tengo la completa seguridad, dentro de mis gustos, de que no me perdí absolutamente NADA. Y con el segundo título que decir….infinidad de horas recorriendo la carretera a base de disparos incesantes…todo por hacer lo que más molaba…atravesar los escasos caminos de hierba que aparecían e intentar hacerlo sin chocarte, para terminar convirtiendo el flamante auto en una lancha motora a toda propulsión.

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