Lejano queda ya aquella tarde en que compré en el Carrefour (¿ya no se llamaba PRYCA?) el primer Hollywood Monsters, con aquella portada que regía Frankestein; un CD-ROM de la, aún por entonces denominada, Dinamic Multimedia. La aventura de Péndulo Studios era cargada en un Windows 95 y su antesala dejaba contemplar una curioso intro en la que se escuchaba una canción del grupo pop español La Unión, interpretando este tema en exclusiva para el juego. Un buen detalle, y no fue el único que dejó para el recuerdo este juego.
Si bien todos esos detalles podrían resumirse en una dificultad de puzzles y enigmas calificable como de locura total e insana. Había acertijos que requerían combinaciones totalmente inverosímiles de objetos; otros pasajes sólo podían superarse si hacíamos clic en un sitio escondido y con el timing adecuado, o incluso podía requerir que hablásemos con cierto personaje hasta la extenuación, repitiendo una y otra vez el mismo diálogo hasta que desbloqueáramos la situación.
Hollywood Monsters 2 llega trece años después, incluyendo como regalo el juego original en una edición publicada en nuestro país por FX Interactive y con un grupo desarrollador mucho más curtido que por aquel entonces, siendo su saga Runaway su principal referencia en el currículum, por supuesto, netamente aventurero. Resulta interesante ver cómo el comienzo de la aventura nos sitúa en un escenario muy similar al de su primera parte, en una fiesta donde varios personajes relacionados con el cine de terror pululan a sus anchas, y dos periodistas se ven enzarzados en una misión que no esperaban.
Resulta bastante acertado esta especie de remake-homenaje en sus primeros compases, a sabiendas de que el guión de la aventura evolucionará de manera muy distinta a la que recordamos en Hollywood Monsters. Hay muchas otras cosas que han cambiado. Por ejemplo, y sobresaliendo por encima del resto, el personaje de Liz, una periodista aparentemente normal pero que guarda más de un secreto dentro de su arrebatadora personalidad, se llevará la mayor parte de momentos recordables de la aventura; por supuesto, la encargada del doblaje al castellano tiene parte de culpa: Mar Bordallo, la cual nos sonará terriblemente familiar si conocéis a (toc,toc) Penny, de The Big Bang Theory.
Su compañero Dan no está a su altura, aunque finalmente le cojamos cariño. La pareja protagonista se verá envuelta en una aventura que nos llevará por distintos paisajes y entornos de manera totalmente lineal; el guión y la dirección son notables, siempre desde una perspectiva cinematográfica muy palomitera, que ya pudimos ver en el último Runaway; algo que hace sacrificar la libertad de acción que nos daba la primera entrega: aquí cada escena deja paso a la siguiente de manera totalmente lineal. Sin embargo, la enorme diferencia con la primera parte es que se ha rebajado la dificultad de los enigmas, en mi opinión, en grado sumo. Poco o nada deberíamos utilizar el sistema de ayuda que incluye el juego -siendo posible desactivarlo por completo-.
Sobre el interfaz utilizado, estamos ante un nuevo ejemplo de que no se debería cambiar lo que ya se ha demostrado que funciona a la perfección: el point’n click vuelve a ser el absoluto protagonista; la gestión de inventario se maneja de forma cómoda, e incluso será complicado que tengamos objetos de sobra, puesto que suelen quedarse solamente los que son útiles en cada momento.
Quizás con el afán de acercarlo a un abanico más amplio de público, el juego carece de retos de alto calibre y avanzaremos sin mayor problema en la mayoría de ocasiones, siendo posible liquidarlo en unas cinco horas. Habremos disfrutado de unos exquisitos gráficos HD, bien animados, con un doblaje excepcional y, de nuevo, vuelvo a destacar los momentos protagonizados por Liz: algunos cruces de diálogos me hacen recordar a las conversaciones absurdas que nos hacían llorar de risa con cierto aprendiz de pirata. Un detalle muy a tener en cuenta. Solo por ello, Hollywood Monsters 2 merece la pena para todo seguidor del género. Espero que para la siguiente, Péndulo logre encontrar el justo medio en la complejidad de los puzzles.
El primero lo dejé a medias hace unos cuantos años y me compré hace no mucho la trilogía del Runaway, la verdad es que por el precio que te ponen estos juegos, uno suelta el dinero con la confianza de que va a disfrutarlos, garantía asegurada :).