Siempre es agradable e ilusionante pensar en el simple concepto de viajar. Da igual donde lo hagas, con quién vayas acompañado, la distancia que recorras, las personas que conozcas y las que eches de menos, o el tiempo que dure. Es un viaje y lo importante es disfrutarlo. Así pues, realicemos un salto en el tiempo y retrocedamos una vez más a la era de los ocho bits. ¿Ya has llegado? Fantástico.
Porque de fantástica podía calificarse la experiencia que Amsoft nos proponía en uno de sus últimos juegos lanzados, como siempre, para Amstrad CPC. The Fantastic Voyage se convertía en un auténtico desafío para el jugador, adentrándolo en una aventura plagada de peligros en un entorno que nos debería resultar más familiar de lo que parece a simple vista. De hecho, es como si nos miniaturizásemos, si es que esta palabra existe -y el traductor instantáneo de Chrome ya me está dando el toque por ello-, y nos introdujéramos dentro de un cuerpo humano.
Os he dado pocos datos, pero absolutamente suficientes como para enlazar mentalmente a este juego con la famosa película de Joe Dante, «El Chip prodigioso», en la que se reproduce el argumento que os acabo de contar. Bien, en ese caso os habríais acercado a la verdad, pero no del todo. El filme protagonizado por Dennis Quaid y producido por Spielberg era una especie de remake paródico de una película más seria realizada en 1966, «The Fantastic Voyage» o como se conoció en nuestro país, «Viaje Alucinante». Aún os puedo decir más: el famoso novelista científico Isaac Asimov escribió la novela de esta película, pero fue un encargo que se llevó a cabo de manera posterior al filme, y no al revés como mucha gente cree.
Y tras otorgar este fantástico contexto al viaje, comentaros que The Fantastic Voyage se desarrollaba manejando al protagonista, el cual buceaba dentro del torrente sanguíneo de una persona que se encontraba enferma. Nuestra misión era encontrar, en cada partida, el punto de origen del dolor y erradicarlo con nuestras potentes inyecciones. Nos ayudaban marcadores como el de la temperatura del cuerpo huésped o una representación gráfica del paciente y un punto que nos decía en qué parte del cuerpo estábamos en dicho momento. Por cierto, que como objetivo final, entre infección e infección, había que recopilar todas las partes de la micronave que nos devolvería al exterior.
Aunque suene un poco paranoico, la verdad es que el título resultaba bastante entretenido y ciertamente jugable para lo que nos regalaban de vez en cuando las criaturitas de Amsoft, auténticos especialistas en distribuir los típicos juegos que solían venir acompañando a los ordenadores CPC en su pack de lanzamiento. En esta ocasión, el producto hay que atribuirlo a un tal J.R. Edmonds. Decir que el juego también fue lanzado en Spectrum, en este caso por Quicksilva.
Y eso que los gráficos no eran ninguna maravilla; de hecho, disfrutábamos de un puñado de tonos marrones y verdes apagados, y teníamos a nuestra disposición la sobriedad de los sprites que simbolizaban virus, bacterias y otros cuerpos extraños repartidos por cada pantalla estática del juego. Por no mencionar el sonido, prácticamente inexistente durante todo el transcurso de cada partida excepto por la hiriente tonadilla del menú principal.
Aún con todo, la idea era muy original, y parecía ser un buen punto de partida para un videojuego. De hecho, uno se pone a cavilar por unos momentos y no se explica cómo no se ha vuelto a intentar la traslación de la película a cualquiera de los sistemas de entretenimiento actuales. Conociendo las tecnologías que hoy se destilan, el resultado podría llegar a ser bastante espectacular, si se apoyase en un buen trabajo de diseño. Quién sabe, igual alguna compañía se anima tras echar una partidita a esta añeja videoaventura con la que a más de uno le entraban ganas de mear cuando pasaba por la vejiga…
La verdad es que no hay muchos juegos con esta temática.
El último lanzamiento de este estilo es el mojonero «Viaje al centro de la napia» 😀
Vaya flashazo me ha dado el cerebro. ¿Como te acuerdas de estos juegos? Me lo pasaba bomba con él, pero ni lo recordaba. Gracias por el flashback.
Pisha, este juego es inolvidable, no deberías haberte olvidado de él nunca 😛