Que gran colofón cinematográfico el de la tercera entrega de Toy Story. Hay que reconocerles a la gente de Pixar que llevan una racha impresionante -aunque bien es verdad que muy pocas veces han bajado el nivel a lo largo de su carrera-, ya que Wall-E y Up! son auténticas joyas capaces de hacernos reír, llorar y pensar un buen rato, mientras que la última entrega de Woody, Buzz y compañía cierra un círculo iniciado con su primera aventura y cerrado para disfrute del espectador, que seguramente los conoció hace más de diez años en su niñez o adolescencia, y ahora los despide habiendo alcanzado la madurez.