Mercury Steam no es un nombre cualquiera. Es un grupo de gente -buena gente, seguro, aunque no los conozca- que no tiene otra cosa que hacer sino conseguir levantar el decaído pabellón hispano de desarrollo del videojuego; sacar lustre a un dorado pedestal que con el tiempo se ha llenado de polvo y herrumbre. En definitiva, gritar a nivel mundial que aquí se siguen haciendo buenos juegos, como antaño.