Desde el mismo momento en el que pude hacerme con la copia de GTA V para Xbox 360, y al igual que decenas de miles de compradores en todo el mundo, me resultó del todo imposible quedar indiferente ante la fórmula multipersonaje que había adoptado Rockstar en esta quinta entrega, dotando de un dinamismo inusitado a la trama, la cual se desenvuelve con agilidad a través de un ritmo in crescendo que alcanza su punto álgido en el instante en el que confluyen Michael, Franklin y Trevor interactuando entre ellos. Sin embargo, cierto regusto agridulce quedaba en el paladar cuando aquella tarde de Septiembre de 2013 uno comprobaba que la vieja 360 resoplaba al intentar mantener el exigente ritmo de los gráficos diseñados por el equipo británico. Es cierto que poco más se le podía pedir -y valga esta afirmación de manera indistinta para Xbox 360 como para Playstation 3– a este sistema, pero uno dejaba llevar su imaginación hacia los límites que los desarrolladores habrían alcanzado de disponer de más potencia entre sus manos.