La gente de Doctor Entertainment nos ha otorgado todos los permisos disponibles para su nuevo producto de conducción temeraria, y, quién dijo miedo, no hemos tenido más remedio que poner en práctica nuestros viejos conocimientos acerca de manejar maquinaria pesada y letalmente armada. En Gear Up, la cosa va de tanques, aunque el aspecto de estos blindados puede causar una impresión equivocada de primera mano. En efecto, los gráficos de Gear Up presentan un estilo muy cartoon, aunque no por ello van a ser inofensivos. De hecho, todo lo contrario, puesto que tienen a su disposición un arsenal de armas muy, pero que muy completo.
Estamos ante un producto de los llamados free-to-play, aunque tendremos la opción de realizar un desembolso para acceder a las versiones Basic (por siete euros) y Premium (unos 14 euros). No hay un desequilibrio decisivo entre los que pagan y los que no, al menos sobre el papel; dicho de otra manera, con la versión gratuita podremos desbloquear -con mucha paciencia, eso sí- todos los accesorios del juego. La ventaja que obtendremos al pagar por la modalidad Basic será la comodidad de poder almacenar en nuestro inventario todas las piezas de tanque que deseemos, así como configurar tres perfiles de vehículo para utilizarlos en cualquier momento. Además, será mucho más rápido el desbloqueo de accesorios. Si somos muy impacientes, lo mejor es adquirir la Premium, que nos da acceso total al inventario completo de piezas.
Gear Up es un producto concebido única y exclusivamente para destruir blindados en su modo multijugador, aunque la versión Premium incluye un modo de entrenamiento contra bots que nos será bastante útil para practicar. Si en algo flaquea este divertido producto es en la variedad de modos y escenarios. Por un lado, tendremos la posibilidad de disputar partidas de Todos contra Todos, tanto en solitario como en equipo, así como un modo Conquista que le resultará familiar a los jugadores habituales de Battlefield. Por otro lado, se antoja corta la cifra de nueve mapas, sobre todo teniendo en cuenta que dos de ellos están repetidos, aunque se disputan de madrugada, reduciéndose mucho la visibilidad. Ya podían haberle puesto luces de cruce a los tanques.
Lo curioso -y llamativo a la par- de Gear Up radica en su personalización, ya que existen, literalmente, millones de combinaciones diferentes si nos atenemos al número total de piezas que podemos ensamblar para dar vida a nuestro particular Frankestein blindado. Cada elemento dota de una característica concreta al tanque, variando parámetros como defensa, potencia de fuego, cadencia de disparo, velocidad de desplazamiento, número de armas disponibles o adaptación al medio, entre otros. Podremos cambiar piezas en todo momento, incluso si estamos disputando una partida. El cambio será instantáneo y visualmente patente, y es muy posible que al final echemos más tiempo en el taller de construcción que en el campo de batalla, siendo a la postre la marca diferencial de un título al que merece la pena dedicarle unas cuantas horas de nuestro vicio.