Conozco a un buen puñado de colegas que cortaron de raíz su buena relación con la todopoderosa Blizzard tras conocer de antemano la jugada de la empresa californiana. ¿Puedo hacer un símil con la idea de Peter Jackson de dividir una historia en tres partes para lograr tres recaudaciones en período navideño en lugar de una sola?
Pues así a bote pronto no se me antoja mal traída la comparación. Starcraft II: Wings of Liberty, hace ya tres largos años, nos dejaba bien claro que, aún manteniendo las bases que hicieron al original uno de los RTS más jugados de la historia, sino el que más, iba a ser el primer fascículo de una historia dividida en tres.
Aún así, hay que decir que lo que se dividía era la campaña de un jugador, comenzando con el protagonismo de los Terran, mientras que en el multijugador podíamos escoger a Protoss y Zerg, además de la facción a la que rinde cuentas Jim Raynor. La sensación de que te están vendiendo un juego tres veces no debe hacer que minusvaloremos el excelente trabajo de Blizzard, el cual se pone de manifiesto de nuevo en la campaña de Heart of the Swarm, con 27 misiones diseñadas al milímetro, primero para servir de intenso tutorial a los poderes Zerg de la Reina de Espadas, y luego para que logremos superar los retos que nos lanza Blizzard.
Son retos, curioso, que tienen mucho que ver con el fenómeno MOBA, el cual surgió precisamente con el mod Defense of the Ancients para Warcraft III y que en la actualizada monopoliza el arrasador League of Legends. Blizzard quiere conjurar a la pescadilla que se muerde la cola y devolver el trono a su dueño original, ya sea con la mencionada campaña o con el futuro proyecto llamado All Stars, el cual uno no puede evitar imaginar con Lebron James, Kobe Bryant y Ricky Rubio repartiendo estopa a los bichos.
El caso es que, a través de la campaña, Heart of the Swarm nos proporciona la acostumbrada ración de cinemáticas de calidad y una bolsa de horas cercana a la veintena, aunque seguramente los expertos en la materia encuentren el nivel de dificultad demasiado recortado. Será en ese momento cuando se dediquen en cuerpo y alma al pequeño gran universo que encierra Battlenet 2.0 y sus escaramuzas multijugador.
En este punto hay que dar cal y arena a la gente de Blizzard. La parte positiva la simbolizan las decenas de mejoras que ha sufrido la interfaz, el balanceo de facciones, las competiciones, ligas y campeonatos y el modo de entrenamiento (en el que podremos asistir al desarrollo de partidas mientras zampamos palomitas o intervenir en el punto que queramos para tomar el control y poder cambiar el curso de la partida). La parte negativa, y como negativo me refiero a que algunos volverán a maldecir el formato fascicular de Starcraft II, es que todas estas novedades se incluyen mediante actualización gratuita para los jugadores de Wings of Liberty.
Como toda expansión que se precie, Heart of the Swarm adiciona unas cuantas unidades al grueso de los ejércitos de cada una de las facciones. Protoss incorpora hasta tres, destacando el Oráculo que puede hostigar y espiar la base enemiga, mientras que Terran y Zerg ganan dos unidades; de los primeros destaca la Mina Viuda, perfecta para apoyar a un conjunto de unidades rápidas como marines, mientras que en los Zerg, el Swarm Host representa perfectamente su filosofía, siendo capaz de generar pequeños bichos de corta vida capaces de fastidiar al enemigo, gota a gota.
En suma, Heart of the Swarm logra sacar nota como expansión, sobre todo gracias a la notable factura a nivel de diseño de la campaña, asegurándose la satisfacción entre la masa de incondicionales de la saga. Los problemas que arrastra son únicamente producto del propio concepto de “Divide y vencerás” al que Blizzard decidió acogerse hace tres años. Si eres capaz de hacer la operación aritmética sin que el resto te acongoje, no te arrepentirás de manejar, una vez más, a la Reina de Espadas, sin duda, el mejor personaje de la historia de los RTS.
Nunca he sido un gran fan de Starcraft *abre el paraguas*, pero si que es verdad que este juego lo empecé (Y me refiero al 1) muchas veces hace muchísimos años; casi siempre superando unos cuantos niveles manejando a los «humanos» y luego 2 o 3 niveles (o menos) con Zerg y Protoss.
Si que es verdad que con el paso de los años (y muchos, pero muchos años) sentía esa espina clavada y que debía como poco terminarme el juego. Que conste que empiezo diciendo que no soy un gran fan pero tampoco digo que me parezca mal juego, así que, lo tomé en serio y me lo terminé. Luego intenté con la expansión pero con esa no duré casi nada, creo a medias del 3º o 4º nivel ya desistí y no sentía demasiado impulso por querer terminarlo.
Si dices que son 27 misiones me parecen misiones más que suficientes para poder llamarlo expansión. Si nos basamos en los más clásicos, el Red Alert creo eran unas 30 misiones (15 por facción), o el red alert 2: Yuri Revenge también contaba con bastantes misiones para ambos bandos (aunque erraran al no incluir a Yuri con una campaña propia).
Al menos si esas 27 misiones te llevan sus horas realizarlas y son entretenidas no me parece mal que vengan a modo de expansión, creo que es mucho mejor que el C&C: Zero Hour que son 5 misiones por facción… (contando que la 1º y la 2º son «nivel fácil» y se superan con poco esfuerzo) o que la propia expansión del Red Alert 3: te venían ¡TRES! misiones por facción (cuatro para los soviéticos, y una 4º campaña pero que no era RTS).
PD: Jamás he jugado starcraft online, de hecho, solo he jugado un AOE online y 4 partidas. Amo demasiado el single player XD; este Starcraft 2 no me importaría probarlo; tal vez este me encandile lo que no llegó a hacerlo el primero.
Cm_Blast, puedes darle la oportunidad al juego con la Starter que te bajas gratis de la web de Blizzard. Y dale caña al online que siempre es la salsa de estos juegos. Algún día nos echamos un AOE 2 y ya verás 😀
El problema es tener un ordenador que pueda mover este juego, cosa que con esta castaña que tengo gracias si me va el 1 XD.
Por ejemplo el Tiberian 3 lo probé y el tutorial si funcionaba bien, y el primer nivel empezaba, pero hacías una pequeña misión inicial (toma 5 soldados y 1 ingeniero, captura el radar enemigo), lo hacías en 2-3 minutos y se escuchaba una voz diciendo «han llegado refuerzos…. mapa actualizado», el mapa en el «miniradar» de pronto aumentaba (vamos, que el mapa se expande) y ahí mi ordenador decía «hasta aquí he llegado».
En modo escaramuza duraba más o menos 5 minutos, a los 5 minutos (o su cantidad de edificios/unidades) el ordenador decía que no quería continuar.
Si no fuera por eso si que lo probaría, pero los nuevos RTS necesitan pepinos/mediopepinos y yo solo tengo una tostadora con aires de grandeza :(.
No me convence el modo online.
Cuando jugué al AOE fue con una herramienta (olvidé su nombre), que entrabas en una página de ellos y tenían juegos como 7 y medio, un bingo y juegos así chorras. A Mayores tenían el AOE (no sé si el 1 o el 2), y era bastante sencillo jugar usando la herramienta esa, que no tenías más que entrar en su «lobby» y jugar.
Lo que pasa es que la gente sabe demasiado por un lado, y por otro, que la palabra «estrategia» brilla por su ausencia; a la gente le mola más recolectar recursos como bestias y luego enviarte un ejército gigante contra el que nada puedes hacer. Solo te diré que íbamos por equipos y destruimos (bueno, ellos) unos 2 o 3 castillos solo con jinetes…