Tiempo de hacer reflexión, de resumir lo mejor y lo peor en cuanto a videojuegos se refiere -y seguramente en otros órdenes de la vida-. Tarea harto complicada el quedarse con tres juegos, sólo tres, en un año tremendo para la presente generación. Un año en el que seguramente, la originalidad y la frescura se han echado muchísimo de menos, y en cambio, se ha aprovechado para perfilar y perfeccionar fórmulas de éxito absolutamente contrastadas. Un año en el que, obviamente, las decepciones también han brotado de entre tanto hype informativo. Esta es mi humilde y personal elección.
Lo mejor
3 – Heavy Rain (Quantic Dream, Playstation 3)
La aventura interactiva de David Cage es, sin ningún lugar a dudas, el juego que menos indiferente me ha dejado a lo largo de este año. No es perfecto, puesto que tiene pasajes en los que se hace demasiado cansino el realizar gestos con el pad mientras el personaje que manejamos realiza tareas rutinarias de su vida… pero la historia es muy buena, y la forma de contarla aún mejor, a la altura de los mejores thrillers cinematográficos que podamos recordar. Pocos, muy pocos juegos te mantendrán enviciado hasta el final para averiguar quién diablos es el asesino del Origami, y lo mismo puedo decir aplicado a escenas de altísima tensión, como cuando el padre de familia se enfrenta a una peligrosa prueba al más puro estilo Seven. Imprescindible para comprender lo que se puede llegar a transmitir con un videojuego.
2 – Red Dead Redemption (Rockstar, Xbox 360 – Playstation 3)
La gran hazaña de Rockstar San Diego no ha sido adaptar la filosofía de los GTA al Lejano Oeste; casi podríamos decir que dicha tarea se esperaba de ellos y apenas tiene mérito destacarla. Sin embargo, lo que si es meritorio y a la postre es capaz de encumbrarlo como uno de los tres mejores juegos del año, es su capacidad para entreternos, para lograr una tremenda inmersión en su particular universo, de hacer que nos desviemos con gusto de las misiones de la historia principal y cabalguemos sin rumbo fijo hacia el horizonte, mientras el desierto va comiéndose poco a poco el sol, y descubrimos a un viejo buscador de tesoros capaz de contarnos alguna batallita. Un sandbox, en definitiva, capaz de saltarse la eterna trampa de rutina y aburrimiento que siempre le amenaza.
1 – Mass Effect 2 (Bioware, Xbox 360)
Debatiéndome duramente con mi vena patriota y sintiéndolo mucho por el sobresaliente Castlevania de MercurySteam, tengo que rendirme ante la evidencia de que Mass Effect 2 se merezca este galardón. Yo creo que existe una mejora sustancial desde la primera entrega, aunque sea más subjetiva que ninguna otra de mis opiniones: hay mucha simplificación en las raíces roleras del juego, y una amplificación del componente shooter en tercera persona que dan como resultado un ritmo de juego trepidante y sin lugar para el descanso ni el aburrimiento. Y además dicha «casualización» no es óbice para proclamarlo como lo mejorcito que ha salido este año en lo que a RPG’s se refiere.
Las decepciones
3 – Fable III (Lionhead, Xbox 360)
Catalogar a un título como decepción siempre suele dar más cancha: cuesta más sacar a relucir defectos que alabar virtudes. Y duele más. Pero no quiero poner aquí a tres juegos malos, ni mucho menos. Obviamente, todos sabemos que Naughty Bear -lo siento por los ositos asesinos pero les ha tocado- no es un buen juego, pero sinceramente lo que se esperaba de él no tiene ni punto de comparación con otros títulos, como el presente Fable III. Repito: no es un mal juego, pero es que no es capaz de mejorar a su segunda parte, al revés, la hace mucho mejor de lo que recordamos, y es una oportunidad totalmente desaprovechada. Decepción, en resumen.
2 – Sonic 4 (SEGA, Xbox Live / Playstation Network)
A ver, un momento que haga las cuentas… desde 1994 hasta 2010, cuánto va… dieciséis años, ¿verdad? Pues entonces, de Sonic 3 a Sonic 4 va muchísimo tiempo. Cierto es que han salido un buen puñado de títulos con el puercoespín azul como protagonista, pero el hecho de que SEGA decida sacar un título que enarbole la cuarta entrega de tan venerada saga implica mucha, pero mucha responsabilidad. Y joder, no es un juego malo… pero para mí es suficientemente concluyente que un título amateur como Sonic Fan Remix salga a la par y sea capaz de sacarle los colores al oficial. Razón de peso.
1 – Gran Turismo 5 (Polyphony Digital, Playstation 3)
Para el final me guardo la que seguramente daría más que hablar al catalogarla como decepción. Y puede hacerse raro, ¿verdad? Sobre todo si nos pillamos cualquiera de los mil coches disponibles… bueno, mejor, uno de los doscientos coches «Premium» -el resto no los cuento- y nos recorremos el excelso recorrido urbano de Madrid, una de las mejores sensaciones automovilísticas de la presente generación.
¿Y por qué es una decepción? Porque después de años, y años, y años de desarrollo, de pulir hasta lo indecible, de prometer daños, realismo, oro y moros, aún puedo seguir tomando las curvas cerradas apoyándome en el coche rival sin que éste se entere, sin que salten chispas, y sin dar apenas de comer a los pobres mecánicos del taller de chapa y pintura. Lo siento, pero esperaba muchísimo más de la niña bonita a la que tantos años ha mimado Yamauchi.
Buena lista, amigo Pedja 😀
Feliz navidad compañero 😀