Review Sniper: Ghost Warrior

Se agradece que un título de acción en primera persona intente otorgar un punto de vista diferente en un género tan saturado. A priori, eso de llevar un rifle de francotirador como arma prácticamente exclusiva para cumplir tu misión, prometía bastante. De hecho, conozco a varias personas que esperaban tal juego con los brazos abiertos. Paso la palabra a Spidey a ver qué le ha parecido.

Sniper Ghost Warrior, el fps que hoy nos ocupa, llegó colmado de buenas ideas y sobrado de intenciones. El programa de City Interactive lo intenta en un campo minado de ejercicios bélicos que han copado la presente generación y que no hace falta mencionar, pues están en la mente de todos… cosa arriesgada a sabiendas de que sus programadores son conocedores de que su juego va a quedarse a demasiada distancia de dichos referentes.

Un disparo, una muerte

No voy a hablaros de nada relacionado con el argumento porque lo que nos cuenta Sniper Ghost Warrior es de lo más manido del género. Sí os diré que sus premisas lúdicas, que si bien parten de lo básico que se puede esperar en el género, son hasta cierto punto originales, otorgándonos la posibilidad de ser un francotirador de primera. No es que sea algo verdaderamente inédito en lo que es el mundo del videojuego, ya que, precisamente, los mismos desarrolladores lanzaron en el año 2008 Sniper: Art of Victory para PC y compatibles… o el estupendo Sniper Elite de Rebellion, que luciera su notable palmito hace ya cinco añitos. Pero se da la circunstancia de que el programa de City Interactive es el primero en intentarlo en Xbox 360, por lo que ya tiene su pequeño motivo para levantar un mínimo de expectación.

Para ello han hecho uso del Chrome Engine, un motor ya veterano que ha proporcionado no pocas alegrías gracias a los apreciables Call of Juarez, juegos que con este engine se mostraban tan sólidos como hermosotes. También el anteriormente citado Sniper: Art of Victory hacía uso del mismo esqueleto tecnológico, si bien es cierto que Ghost Warrior luce mucho más espectacular, prácticamente a la altura de lo que cabría esperar de Xbox 360 o los compatibles PC de hoy día. Y es que, por momentos, las selváticas estampas del juego casi podrían confundirse con los escenarios del todopoderoso Crysis. Muy coloridos, ricos en matices y con una profusa vegetación, los gráficos de Sniper Ghost Warrior llaman la atención por lo bien que quedan en la pantalla.

Desgraciadamente, el plano jugable termina quedándose bastante corto. Si bien la idea está bien planteada, a la hora de ser concebida no ha corrido tanta suerte, dándose de bruces con una serie de interminables problemas de jugabilidad que dan al traste con gran parte de las buenas maneras mostradas.

Ombligos nuevos a distancia

La cosa es que el desarrollo del juego tiene una serie de fallos que molestan lo suyo. Para empezar, el movimiento de nuestro personaje se muestra torpe, poco fluido y muy proclive a quedar encajado en los más pequeños obstáculos, mostrándose entonces un absurdo temblor en la pantalla que, la verdad, no queda nada bien. Nuestros andares y los saltos del francotirador dan la sensación de que éste apenas tiene peso alguno, como si lleváramos a un hombre de poco más de diez kilos.

Esto tampoco sería reseñable de no ser porque, en ocasiones, el programa se muestra poco hábil para reseñar nuestras progresiones. Buen ejemplo de ello son los momentos en los que tenemos que usar el garfio para movernos verticalmente, situaciones en las que el juego se muestra poco claro (hay que enganchar el garfio en puntos concretos del mapa y apenas están señalizados) y, para colmo, el movimiento cuerda en mano es a todas luces horroroso. Y es que choca sobremanera presenciar tan buena planta visual y una implementación tan pobre de nuestros movimientos.

Para más inri, la idea de Sniper Ghost Warrior es atractiva hasta que se pone en marcha. La idea de localizar al enemigo, defender nuestro perímetro con minas, asestar nuestro disparo letal y desaparecer queda en agua de borrajas cuando contemplamos unos enemigos cuya IA brilla por su ausencia, pero que, en caso de localizarnos, ya puedes parapetarte en condiciones porque es que no fallan ni una. Algo tremendamente frustrante para lo que es un juego de acción, donde a pesar de estar más o menos camuflados y en la quinta puñeta nos terminan cosiendo a tiros. Algo que no sufría desde el ya lejano Blood 2 o ese esperpento llamado Matador.

Con todo, algo de provecho se le puede sacar a la campaña, salvo por el hecho de que su desarrollo, bastante carente de emociones fuertes, termina resultando monótono. Y no es que sea porque pueda parecer complicado -el juego presume de balística realista sensible incluso a los efectos del viento-, porque no lo es. Ghost Warrior es más lineal de lo que parece, y apenas ofrece momentos dignos de reseñarse que estimulen el avance.

Conclusión

Sí que se salva un multijugador competente. Arrastra algunos de los errores técnicos de la campaña, sí, pero ofrece un desafío online en el que hasta doce jugadores se pueden ver las caras rifles en mano. Y es divertido, para qué os voy a engañar. La pena es que lo que en teoría es su pilar esencial, la campaña, sea una anodina sucesión de disparos a distancia en los que al final terminamos convertidos en un auténtico colador. Uno de los detalles que bien pueden condenar al juego a la estantería de los olvidados, como me temo pasará en mi caso. Otra vez será…