Allá por el año 1989, Dinamic quería preparar un simulador de fútbol que pudiera responder al éxito de ventas que logró el Emilio Butragueño ¡Fútbol! de Topo Soft en nuestro país. Precisamente, este Míchel Fútbol Master coincidió en el tiempo de su lanzamiento con la segunda parte del Butragueño, en un duelo muy madridista en el que, particularmente, creo que salió muy bien parado el programa apadrinado por el ocho del Madrid.
Estamos ante una auténtica figura de nuestro fútbol, con un amplio palmarés en su club, aunque se quedó sin saborear las mieles del triunfo cuando jugó con la elástica nacional, de la que podemos rescatar aquel ‘hat-trick’ ante Corea del Sur en el que gritó al público el famoso ‘Me lo merezco’, así como el recordadísimo incidente genital que tuvo con el colombiano Valderrama en un Madrid – Valladolid de liga.
Volviendo a la confrontación que tuvieron Míchel Fútbol Master y Butragueño 2, especialmente polémicas fueron las coincidencias que podíamos encontrar entre uno y otro juego. Los dos se encontraban estructurados en dos cargas diferentes, una de entrenamiento y otra de simulador de fútbol propiamente hablando. Las carátulas también tenían un cierto parecido en su diseño, con el rostro del futbolista en primer plano central y un par de lances de cada jugador regateando y desmarcándose de los defensas.
En el presente artículo me centraré en el Míchel Fútbol Master, algo que viene a colación en estos momentos porque hace poco que un compañero de trabajo me ha regalado el juego en su versión MSX, conservado en perfecto estado y en su edición de lujo, con caja grande y manual de instrucciones, perfecto para adornar con fotos el texto que hoy estáis leyendo.
La parte de Super Skills fue desarrollada por un todoterreno del coding nacional, Javier Fáfula, para sus versiones de 8 bits, mientras que la de PC corría a cargo de José García Quesada. La carga se dividía en varias etapas de entrenamiento, las cuales debían ser superadas en riguroso orden para ir jugándolas.
Yo eché de menos en su día que se pudiera escoger libremente una fase para jugarla y practicar, ya que la excesiva dificultad de la segunda etapa, en la que un jugador en primer plano debía hacer controles y pataditas con el balón sin que se le cayera, hizo que pocas personas llegaran a conocer el resto de fases.
Y esas fases incluían un dribling entre conos, práctica de pase al hueco para que el compañero rematara a puerta, otra fase en la que nosotros éramos los que rematábamos un buen pase y la práctica de lanzamiento de penalti. En la versión PC se mejoraban los gráficos y se incluía una tabla de High Scores para los que mejores entrenaban.
Pasando a la segunda carga, aquí encontrábamos fútbol de verdad, puro y duro. Y una simulación de fútbol que tiraba descaradamente al arcade, con un ritmo de juego vertiginoso, al estilo de los Kick Off o del propio Tekhan World Cup, el glorioso arcade en el que se basaba la primera entrega del Butragueño de Topo.
La segunda carga de Míchel Fútbol Master corría a cargo de Pedro Sudón y con gráficos de Cubedo y Snatcho. La simulación de fútbol de esta carga estaba descaradamente orientada al arcade, con una vista cenital y un ritmo vertiginoso que podía remitirnos al mismísimo Tekhan World Cup, precisamente, el juego en el que estaba inspirado el primer juego de Butragueño.
Teníamos ocho selecciones a escoger para jugar un campeonato que simulaba una Eurocopa; precisamente, los equipos incluidos en el juego son los que participaron en la Euro de Alemania de 1988. Los nombres de los futbolistas eran los reales, y podíamos encontrarnos a auténticas viejas glorias tales como Gallego, Van Basten -el que fuera máximo goleador y campeón de la Euro 88 con Holanda-, Dassaev o Walter Zenga. Curiosamente, en la versión de PC se incluyeron voces digitalizadas que nombraban al futbolista cada vez que un jugador recibía la pelota, a modo de comentarista. Sonaba a lata, pero oye, para la época era una pasada.
El juego contaba con un medidor de fuerza que podíamos rellenar mientras pulsábamos la barra espaciadora, determinando la fuerza y potencia del golpeo de balón. En comparación con su contemporáneo Butragueño 2, hay que decir que en Míchel el medidor de potencia ibn de menor a mayor y cuando superaba la potencia máxima, el medidor comenzaba otra vez de cero; en Butragueño 2 estaba implementado de una forma extraordinariamente cutre, ya que cuando dejábamos pulsado el botón de disparo y se rellenaba el medidor, el partido se congelaba hasta que soltáramos la bola.
Curiosidades de Míchel Fútbol Master
– Gracias a que tengo el manual original, me he enterado que en la pequeña introducción que se hace en dicho manual, se habla de la historia y trayectoria de Míchel, sus ídolos (Vicente del Bosque y Antognioni) y unas curiosas declaraciones orientadas a los chavales que querían comprar el juego:
Le diría a un chico que empieza que viera el juego, porque es bastante estimulante jugar al fútbol de esa manera. Yo de pequeño no tenía ordenador pero sí tenía la locura de recortar cromos de los jugadores y hacía fútbol con ellos. Ahora tenéis la oportunidad de hacerlo con un ordenador, que es mucho más divertido.
– Míchel fue a las oficinas de Dinamic a ver su juego, acompañado por su compañero Ricardo Gallego, y comentando que les parecía un juego fantástico en su realización y que se acercaba al deporte del fútbol, algo difícil.
– En los créditos del programa se recoge una inestimable colaboración al periódico AS, seguramente por labores de documentación.
– La segunda carga, el simulador futbolístico, fue utilizado para el juego Simulador Profesional de Fútbol, el que fuera a la postre la semilla de la que germinó la saga PCFÚTBOL.
– El juego podía presumir de implementar técnicas FX, de las que tanto gustaban (y gustan) a los hermanos Ruiz. Por ejemplo, el FX Double Speed consistía en que se podía elegir la velocidad de juego, entre normal y rápida, la cual doblaba el ritmo de juego.
– Otra técnica especial era el Point Pass. Esto consistía en un detalle muy cotidiano hoy día en los juegos de fútbol: cuando se realizaba un pase, en el terreno de juego se dibujaba un recuadro, marcando el lugar en el que aterrizaría el balón.
– El juego permitía simular una Eurocopa con ocho jugadores humanos. Cada jugador defendería a un equipo y se cruzarían con liguilla preliminar y eliminatorias. Se podía hacer que un equipo fuera, en un momento dado, controlado por la CPU, por si el jugador se encontraba indispuesto en ese instante…
Ese juego donde se veían a los juegadores desde arriba me trajo muchos recuerdos de mi niñez cuando me divertía en casa con amigos jugando al Sensible Soccer, muy similar a ese. Qué maravillosos juegos que tuvimos de pequeños!
¿¿¿Cómo que lo de Butragueño II era cutre??? En Oliver y Benji también se detenía el tiempo cuando Oliver cargaba su pierna xDDDD
Me encantan estos artículos plenos de nostalgia. Qué buenos momentos dedicados al Michel-sublime- y al Emilio Butragueño 2-mediocre-.
Eso sí, ambos en Spectrum. Si las posibilidades técnicas son limitadas, cuanto más bizarro, MEJOR.
Este es uno de los mejores juegos de fútbol que jugué nunca en mi MSX a pesar de lo malo que eran los gráficos. Emular a la Selección Española en el ordenador de casa y jugar una Eurocopa era algo impensable en otros juegos del momento.
Además, Míchel era mi jugador favorito 😉
Como usuario de Spectrum, recuerdo que la primera carga la probé una sola vez. El minijeugo de dar toques al balón era imposible (marca de la casa dinamic). La segunda carga era divertida excepto por el detalle que los delanteros podían driblar hasta al portero y correr con el balón hasta la malla.
1200 pelas costaba la edición que has mostrado.
Michel gran jugador y buen entrenador. Le marcó un gol a Brasil que no le dieron validez por yo no sé que historia. Al Cádiz le marcó varios goles sobre todo uno preciososo cuando jugaba con el Buitre.
El juego de referencia seguro que marcó un antes y un después en los juegos futboleros.