Tortugas Ninja de NES, Genesis, Konami y el misterioso sello Ultra – Palcom

Allá por 1990, la inefable e irrepetible consola doméstica de Nintendo de 8 bits recibió en sus circuitos la primera aventura de los quelonios mutantes ninja, basada en uno de los cómics más exitosos de la época, tomando el rol de protagonistas cuatro verdaderos iconos que perduran hasta nuestras fechas. Si perteneces a mi generación ochentera, es prácticamente un hecho consumado el que te identificaras con uno de ellos, y que en las partidas a cuatro en la recreativa posterior de Konami defendieras tu joystick a capa y espada.

Sin embargo, el videojuego al que me refiero en estos momentos estaba más orientado a la aventura plataformera de acción, ¡eso si que es auténtica fusión de géneros y no lo que vemos hoy día!. Explorando las cloacas de Nueva York, siguiendo la pista del dúo dinámico Rocksteady – Bebop y con el objetivo final de liberar a April O’ Neal de las garras del Despedazador, el juego nos permitía cambiar entre cualquiera de las tortugas para aprovechas sus capacidades. Por ejemplo, Donatello tenía más potencia destructiva con su Bo que Raphael, pero éste era más rápido gracias a sus afilados Sai.

Curiosamente, éste juego fue el que, un año más tarde, llegaría a los computadores domésticos de ocho bits, en una conversión bastante decente realizada por Image Works. Por esa época, todos los que poseíamos un Amstrad CPC o un Spectrum, esperábamos otro tipo de conversión, en concreto, la del famosísimo arcade TNMT de Konami anteriormente mencionado. Con un cierto halo de decepción, el juego era bastante aprovechable; además, sólo habría que esperar algo más de un año para jugar, esta vez sí, al Tortugas Ninja: The Coin-Op, tanto en ordenadores como en la notable versión de NES.

Pero aún me queda un detalle que resolver del original Teenage Mutant Ninja Turtles de NES / Famicom. Si uno era lo suficientemente avispado como para fijarse en la carátula, podía leerse en la esquina inferior derecha las letras que componían la palabra ULTRA. Bueno, esto era relativo al país en el que hubiésemos adquirido el cartucho de NES: si el tuyo era europeo, el logotipo seguramente rezaría PALCOM. Y bien, ¿no fue la propia Konami la que se encargó de desarrollar el cartucho?

Pues sí que fue, sí. Sin embargo, la historia deja ciertas huellas que merecen la pena ser repetidas con el eco de los años transcurridos. Y esa historia cuenta que en 1990, Nintendo parecía quedar rezagada en cuanto a tecnología se refiere, ya que SEGA, su eterno rival, acababa de lanzar la Genesis, una consola con un procesador puro de 16 bit, el doble que el de la consola titular de Nintendo. Sin embargo, Nintendo no parecía estar preocupada en absoluto.

Todo lo contrario: en el primer año de lanzamiento de Genesis – Mega Drive, la NES vendió más y mejor que en toda su vida útil, y por supuesto, con la mitad de bits de potencia. Fijense si estaba sobrada Nintendo por aquellos tiempos, que tenía un contrato estipulado con las third parties del sector. Este contrato imponía un límite anual de videojuegos lanzados para NES por parte de la compañía en cuestión. Así pues, Konami, ni corta ni perezosa, era consciente del auténtico chollo que seguía significando desarrollar para NES, debido a sus multitudinarias ventas mundiales. Entonces fue cuando llegó a un acuerdo con la compañía de Minoru Arakawa: una fórmula para poder lanzar juegos por encima de ese límite impuesto.

Como ustedes habrán adivinado ya a estas alturas, la solución pasaba por etiquetar a los videojuegos con un sello alternativo, lo que yo llamaría un pseudónimo o mote, al más puro estilo de ciertos escritores de siglos pasados. Este sello fue Ultra Games, para los continentes asiático y americano, y Palcom para otras zonas, como la europea y la australiana. De este modo, Nintendo permitió a Konami (y a Acclaim, que se encontraba en idéntica situación) la oportunidad de lanzar cinco juegos adicionales dicho año. Consecuencia: Konami vendió cuatro millones de copias del Teenage Mutant Ninja Turtles de NES, bajo el sello Ultra Games. Que se dice pronto.

Hay multitud de ejemplos que corroboran este hecho; curiosamente, tras la salida de Super Nintendo al mercado, aún podemos encontrar juegos con dicho sello alternativo. Desconozco si el límite de juegos por año seguía vigente, si se mantuvo o se amplió. Lo que sí os digo es que, si conserváis un Sunset Riders de SNES, echadle un vistazo a vuestra carátula. Seguramente os llevéis una sorpresa.

Bibliografía: Ultimate History of Video Games (Steven L. Kent)