Merece la pena comentar ciertas vicisitudes que giran en torno a este Ninja Blade, programado por From Software, creadores del notable Otogi. Por ejemplo, comparte similitudes tanto en el nombre como en su protagonista con otro título apadrinado por Microsoft, Ninja Gaiden 2. El corazón del mecanismo jugable, llamado algo así como hack’n slash, también se convierte en factor común. Quieras o no, se me antoja un hándicap bastante curioso el aparente parecido entre dichos títulos, máxime sabiendo que no hace ni un año que se lanzó el título de Tecmo.
Pero aún hay más: los propios desarrolladores, con Masanori Takeuchi, productor jefe a la cabeza, proclaman que su producto aúna la crudeza e intensidad del combate de God of War con la vistosidad y personalidad de los Devil May Cry. Pensándolo bien, parece lógico utilizarlo como estandarte publicitario, porque basta echar una horita de juego con Ninja Blade para corroborar tales inspiraciones.
Por tanto, estamos ante un auténtico gazpacho de inspiraciones jugables que, la verdad, logran encajarse como piezas correctamente engrasadas para trasladarnos una experiencia de juego plagada de acción, dinámica, divertida y variada. Aunque la comparación sea algo forzada, no hace mucho que Dead Space demostró que se podía crear algo grande partiendo de un puñado de ideas extraídas de otros juegos.
Examinando el producto de forma más exhaustiva, Ninja Blade se desmarca de su colega Gaiden gracias a enfocar el concepto de forma más asequible y menos concienzuda. De hecho, y permitidme la analogía hollywoodiense, la expresión adecuada sería más «palomitera«. No en vano, los constantes cambios de plano y perspectiva y la multitud de escenas interactivas mediante Quick-Time Events invocarán al blockbuster más taquillero que podamos imaginar.
Ojo, no hay que perder la visión general: Ninja Blade sigue siendo un juego de acción en el que constantemente debemos destripar con nuestro arsenal de espadas a masas de enemigos para hacer acopio de items y poderes, indispensables para derrotar a los Final Bosses. Sin embargo, es de agradecer la introducción de escenas scriptadas en las que haremos uso de vehículos y ametralladoras fijas, al más puro estilo Call of Duty.
Nuestro avatar, Ken Ogawa, en su cruzada contra la invasión parasitaria que sufre Tokio y que alcanza a su maestro y padre, tendrá que dominar tres suertes bien diferenciadas: la primera constará de una buena cantidad de combos y técnicas que fluirán a través de sus afiladas hojas; la segunda, mediante la magia elemental Ninjitsu que encierra su shuriken gigante, y que nos recordará en más de una ocasión a Dark Sector de Digital Extremes.
La tercera de las suertes serán los mencionados QTE; en más de una ocasión nos parecerán excesivos, pero hay que reconocer que se encuentran perfectamente integrados en la acción y que el diseño de estas escenas es brillante, en especial cuando a Ken se le ocurre utilizar una motocicleta de gran cilindrada para librarse del bicho de turno. Lo malo es que si nos equivocamos, la acción se rebobina como en un VHS y debemos realizar de nuevo la secuencia.
Acerca de los bichos: se nota que la escuela oriental es sabia en estas lides, puesto que los mejores momentos del juego son, sin lugar a dudas, las espectaculares confrontaciones con los jefes finales, de gigantesco tamaño y patrones de ataque y defensa a detectar. Además, nombres como gusano pustuloso harán las delicias de niños y mayores. Lo dicho, de lo mejorcito del juego.
Y una última cosa: debemos usar la llamada Visión Ninja, la cual es capaz de reunir un montón de superpoderes a cambio de vaciar el medidor de Ninjitsus, y finalmente, debilitarnos en grado sumo con un efecto de pérdida de visión tan chulo como puñetero. Todo esto unido a la posibilidad de esprintar, subir paredes, rebotar y demás técnicas ninja dan como resultado un amplio abanico de movimientos a dominar, siempre auspiciados por una cámara dinámica que se porta bastante bien, mucho mejor de la que sufrimos en Ninja Gaiden 2.
Ninja Blade no posee modos multijugador, lo cual deja el componente de rejugabilidad en manos de los ítems secretos, escondidos en cada nivel, y en el propio reto que nos impondremos para superar las mejores puntuaciones subidas a Xbox Live, algo de lo que dependerá nuestra habilidad desplegando técnicas de combate y, sobre todo, el timing necesario para pulsar el botón adecuado en el momento adecuado y en el lugar adecuado; todo, por supuesto, adecuadamente.
Tecnología ninja
Técnicamente, Ninja Blade luce bien, con su particular estética de anime japonés post-apocalíptico y plagado de monstruosidades. Cumple con los estándares que uno espera a estas alturas de generación, sobre todo a través de una fantástica iluminación y de las espectaculares coreografías a las que asistiremos mientras cumplimos con el correspondiente QTE. La acción corre a unas treinta imágenes por segundo, aunque con ciertas caídas de rendimiento por culpa de algunos mastodónticos Final Bosses.
A nivel sonoro, me ha llamado la atención que podamos seleccionar los diálogos tanto en inglés como en japonés, conformando en general un buen conjunto de efectos de sonido, mientras que la banda sonora simplemente acompañará sin que haya ninguna pieza memorable ni nada parecido.
Conclusión
Ninja Blade cumple sobradamente con el objetivo de divertir y entretener al personal, un personal de ámbito mucho más amplio que el de su primo Ninja Gaiden 2. Su apuesta por unir mecánicas de otros juegos y reconocerlo sin tapujos no ha salido nada mal y en ocasiones alcanza momentos plenamente brillantes, aunque entiendo que haya gente que acabe hasta los QTEs de pulsar botones en el momento indicado. Una vez finalizado no tiene mucho más recorrido, pero oye, resulta difícil no dejarse enganchar.
Que sea de From Software es un punto a favor, puesto que Otogi y Lost Kingdoms (GameCube), entre otros, me gustaron mucho. Pero no te creas que me seduce tanto. Le veo poca chispa, y el tema de los QTEs… es que estoy hasta los mismísimos, vaya xd
En cualquier caso, ya bajaré la demo, y si veo que tal, lo alquilo para ver esos final bosses 😛