Gryzor Amstrad CPC: cómo explotar el modo 0 al estilo Mark Jones

Gryzor Portada Amstrad CPC

Lo primero, antes que nada ¡siento mantener poco actualizado el PixeBlog en las últimas semanas! Literalmente, se me acumulan las «cosas» que escribir, tanto con mis textos para Retro Gamer como otros proyectos en los que estoy ahora mismo inmerso. Más allá de la cuestión temporal, el asunto se complica a la hora de encontrar temas interesantes que no haya abordado en los medios previamente comentados. ¡Disculpad!

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Amstrad GX4000: una consola fuera de tiempo

GX4000

Fue durante los últimos meses del año 1990 cuando Amstrad efectuó su irrupción en el mercado de las videoconsolas. El fruto de esta arriesgada acción se llamó GX4000, resultando ser un rotundo y sonoro fracaso. Muy pocas unidades consiguieron ser colocadas en dicho año, ya que la casa británica que fundara Lord Alan Sugar cometió un grave error de cálculo: apostar por un hardware cuyas características eran tremendamente similares a las de un CPC, máquina de ocho bits que por aquellos tiempos ya llevaba unos cuantos años dando guerra en el mercado. GX4000 no era un sistema malo de por sí, pero sólo podía hacer la estatua y mirar cómo encajaba goles uno tras otro si se enfrentaba directamente en un partido virtual con la flamante consola de SEGA, Megadrive, la cual hacía su debut en el mercado europeo en aquellas navidades del 90, idéntica fecha en la que Amstrad bombardeó su campaña publicitaria para intentar colocar su nuevo sistema. En concepto de marketing no estimaron gastos, algo que unido a las paupérrimas ventas cosechadas en Reino Unido, España, Italia y Francia desembocó en un negocio de auténtica ruina.

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Retrovisión: Sabrina, de Iber Software

Sabrina Iber

A la hora de escribir una Retrovisión sobre un juego antiguo, ¿qué pautas cogeríais vosotros? Porque no es tarea sencilla el escoger un título del que hablar, título que proviene de una época de la cual ya solo quedan recuerdos en la mente de los que la vivieron.

Y es que podemos dejarnos llevar por aquellos recuerdos, que nos dejan un agradable sabor de boca, que nos transportan a cierta escena en la cual nos encontrábamos en casa de un colega descubriendo por primera vez aquella máquina llamada ordenador personal. También podríamos utilizar como razón de peso el que el título tenga un cierto renombre, que haya sido llevado a las tecnologías actuales mediante remakes o versiones descargables, o quizás por todo lo contrario; esto es, que no lo conozca ni el del flequillo de Parodi, ese que te vendía los juegos al final de la calle Ancha de Cádiz, siempre con su sonrisa impecable.

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Retrovisión: Stardust, Topo Soft (1987)

Aunque el género del matamarcianos sea de los más añejos que podamos recordar, y desde luego, no fueran pocos los programas de entretenimiento que podían encasillarse en dicho género durante los años ochenta, el software español de los ocho bits no se prodigó en demasía en tal género.

Si tiramos de registro de memoria, ustedes seguramente contestarían que Phantis fue un buen juego, que Meganova cumplió más o menos, que Megaphoenix significó un bonito homenaje a cierto clásico o que Silent Shadow acabó siendo un quiero y no puedo; yo les añado un programa que recuerdo con cariño, puesto que fue de los primeros que pude disfrutar en mi MSX. Polvo estelar.

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Retrovisión: Oh Mummy! ¡Una momia que habla!


Toca de nuevo afinar en la puntería que dispara el arco de la nostalgia. Los ocho bits, nuestra habitual diana marcada con cuatro colores bien representados, de los cuales en esta ocasión nos quedaremos con la tonalidad del Amstrad CPC, aunque seguro que podemos marcar un par de colores más. Si es cuestión de afinar, como digo, rotularemos nuestra flecha con el nombre de Oh Mummy!, exclamación que cualquiera podría gritar al ver el producto de Gem Software, o, concretando mucho más, al escuchar un par de veces su hipnótica melodía. No era demasiado larga. Más bien intensa. Duraba diez segundos, pero ¿a que era fácil de aprender?

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