Parece que el término Blockbuster aplicado al cine lo adquirió en su día Tiburón, en el que un joven Steven Spielberg consiguió reventar las taquillas de las salas donde se estrenaba la película, en los cuales las colas daban la vuelta a la manzana o bloque de pisos. Sea cual sea el origen etimológico de la palabra, existen dos hechos que se antojan objetivos a la vista de cualquier seguidor del séptimo arte: uno, que Blockbuster se aplica a aquella película destinada a romper récords de venta de entradas de cine en las fechas de su estreno; y dos, que Batman de Tim Burton fue considerado un auténtico Blockbuster, el último de la década de los ochenta.