Yager, la compañía alemana, tiene bastante mérito a la hora de hacer destacar este Spec Ops: The Line. Y lo tiene, simplemente, porque parte de la premisa de entremezclar el género de la acción en tercera persona con la guerra moderna, dos clichés que se encuentran más quemados que la pipa de un indio en la presente generación. La utilización de aliados a los que podemos dar órdenes básicas y las coberturas, otros dos palazos de arena que serían capaces de enterrar en la montaña de la mediocridad al más pintado. No ocurre así. De ahí el mérito a otorgar a sus desarrolladores.