American James McGee es, ante todo, creador de diseños. Muchos no sabrán que desplegó gran parte de su arte en algunos de los shooters subjetivos más exitosos de id Software como Doom o Quake; su juego más conocido es, sin duda, la primera parte del que hoy nos ocupa, un intento de retorcer y recargar todo lo posible el universo fantasioso de la Alicia de Lewis Carroll para oscurecerlo lo suficiente como para llamar la atención, hace ya más de diez años.