Tras aquella presentación a la que asistí en Madrid en las oficinas de FX, y probar durante semanas y a conciencia el juego de Black Sea Studios, tengo que decir que Worldshift confirma una por una mis primeras sensaciones, la mayoría positivas, a la vez que me ha sorprendido en algunos aspectos, sin estar carente de puntos negativos.
Pero en general no me cabe duda de que Worldshift es un título de enorme calidad, cuyo gran mérito reside en moverse entre dos géneros que apenas han evolucionado en los últimos tiempos, y con todo, logra alzarse victorioso con una frescura digna de ser jugada y rejugada. Si bien el trasfondo argumental del juego está bien conformado, con tres razas -humanos, mutantes y aliens- que se disputan la supremacía de un planeta post-apocalíptico, cierto es que no aporta nada nuevo en este sentido.
Conflicto a tres bandas
Si seguimos la evolución lógica dentro de Worldshift, el siguiente punto a crearnos una cuenta online para jugar será probar el modo Campaña, en el que iremos probando una por una las distintas facciones que tenemos para escoger. Las misiones nos hacen que manejemos a los héroes más carismáticos de cada raza, guiándolos por distintos escenarios mientras intentamos escapar de emboscadas, rescatar prisioneros o custodiar aliados.
El objetivo de la campaña es doble: por un lado, ejercer de gigantesco tutorial en pos de aprender las ventajas e inconvenientes de cada unidad existente en el juego. Por otro, conseguir jugosos objetos con los que equipar a nuestras tropas, perfectamente válidos para utilizarlos en el resto de modos de juego. Sin embargo, acaba siendo el punto más débil del juego, con pasajes que se tornan harto complicados al requerir una serie de acciones en muy poco tiempo -por ejemplo, cruzar un puente antes de que caiga- , obligándonos a reiniciar la misión.
El juego crece exponencialmente cuando vertemos nuestro interés en el multijugador. Para empezar, un depurado lobby encargado de buscar y encontrar duelos con rivales de nuestro nivel, ya sean 1 contra 1, 2 contra 2 o 3 contra 3. Para tales escaramuzas tendremos que formar un grupo de combate, siempre comandado por el líder de la facción correspondiente. La elección de unidades tendrá una implicación directa en la forma de jugar, ya que cada una tendrá sus características bien diferenciadas. Como quiera que durante el juego no tendremos posibilidad de crear nuevas unidades, este paso previo es decisivo y encierra gran parte de la estrategia de Worldshift.
Y este paso que os comento se repetirá a la hora de afrontar las misiones cooperativas, a la postre, el mejor valor que aporta el juego al género. Tales misiones se desarrollan sobre gigantescos mapas y acompañados por dos colegas, embarcándose en una auténtica cacería de imponentes Final Bosses, cada uno con distintos patrones de ataque y movimiento. Al más puro estilo de las Raid de World of Warcraft, cada jugador suele asumir un rol distinto para complementarse en los apocalípticos enfrentamientos, ya sea tanqueando -atrayendo el aggro del monstruo-, apoyando a distancia o curando al resto de unidades.
Me he sorprendido en varias ocasiones jugando a la llamada ECO –Estrategia Cooperativa Online-, adentrándome en vastos escenarios donde, para avanzar por ciertos parajes plagados de enemigos, debía liberar a ciertos prisioneros, también de naturaleza hostil, de modo que se masacraran los unos a los otros. También disfruté al encontrar la estrategia ideal para cada Jefe Final, no sin antes caer una y otra vez en combate y echarle la culpa al guiri de turno. Cientos de anécdotas que revalorizan por sí mismas al producto de Black Sea.
Tecnología cooperativa
El apartado gráfico es notable, con un detalle que, sin llegar a impresionar, no desentona en los tiempos que corren. Iluminación, efectos tales como explosiones o poderes especiales de unidades, o la texturización de los escenarios rayan a buena altura y sin exigir tampoco una monstruosidad de equipo para moverlo de forma fluida. Lo más destacable, sin duda, la dirección artística; se nota que hay un enorme trabajo de diseño para cada raza y cada entorno recreado.
Por su parte, el audio arroja un excelente doblaje al castellano, made in FX, y mejor aún, una banda sonora completísima, repleta de temas de corte épico mezclados con melodías étnicas que conforman una ambientación musical impecable. De lo mejor del título.
Conclusiones
Worldshift constituye una agradable sorpresa, tanto para los seguidores de la estrategia en tiempo real como para los picaos del juego de rol masivo online. Desde su interfaz, limpia y accesible, hasta su correcto balanceado de razas y tipos de unidades, pasando por la gran cantidad de objetos y, por ende, configuraciones disponibles, que se unen a la apuesta por grupos reducidos de unidades, cada una con su propio ‘coste’, y al despojarse casi por completo de la gestión económica de recursos -únicamente en modo Duelo podremos construir un tipo de edificio recolector.
Técnicamente notable, Worldshift merece una oportunidad para todo aquel que haya disfrutado alguna vez con los géneros anteriormente comentados. Ahora bien, ¿cuáles son las posibilidades de éxito de Worldshift? El 99 por ciento de dichas posibilidades depende de la conjunción entre una comunidad de jugadores amplia y constante, y un soporte adecuado que actualice con frecuencia y ponga a disposición del público nuevas misiones cooperativas y opciones online que se echan en falta, como la gestión de clanes. La segunda parte de la ecuación parece asegurada, tal y como nos comentó Manuel de FX en la presentación del juego. El resto está en vuestras manos.