Ayer por la tarde, gracias a que Mauri tuvo a bien traerse los bártulos correspondientes a mi casa, tuve la oportunidad de sumergirme en el plano de realidad virtual que ha creado Sony a través de su nuevo periférico, Playstation VR. Tengo que decir que me encontraba entre los más escépticos con respecto a este dispositivo, puesto que la experiencia de la detección de movimientos con otros dispositivos es aún reciente, así como su fracaso a la hora de trascender de alguna manera en la historia del videojuego. Por tanto, mi opinión se antoja interesante, creo, ya que parto del cero más absoluto en cuanto a hype se refiere.
Pude probar un total de tres experiencias, que ordenaré de menor a mayor calado, al menos desde mi punto de vista. La primera que comentaré será la demostración submarina Inmersión, encuadrada dentro del disco Blu-Ray Playstation VR Worlds. Aquí encarnas al principiante, al que un equipo especializado en rastrear fondos marinos lo cogen de conejillo de indias, resultando en una hábil metáfora con el novato que está probando las gafas de Sony por primera vez. A destacar que la velocidad a la que se desarrolla esta demo es bastante tranquila, algo que permite que te recrees con la implementación del fondo del mar, criaturas, rocas y demás elementos del escenario.
Pude girar sobre mí mismo para paladear la sensación de que un entorno completo de trescientos sesenta grados me recubre mientras se desarrolla la acción. Aquí, los gráficos son correctos, aunque su calidad podría pasar perfectamente por un juego normalito de Playstation 3. Es una buena piedra de toque para calibrar a fondo el dispositivo, para configurarlo y adaptarlo a tu gusto hasta que estés cómodo. Este es un paso tan sumamente importante que si lo haces mal podrás ganarte un buen golpetazo en el coco, o dicho de manera más coloquial, un leve mareo del que el juego no tiene la culpa. Repito: totalmente indispensable que las gafas estén bien enfocadas y alineadas con tu visión para no llevarte disgustos desagradables. Por supuesto, son impresiones subjetivas. Cada persona puede reaccionar de manera distinta a estas experiencias, y seguro que habrá quien se maree más o quien no note nada. Por mucho que leáis en la red, la valoración final debe estar en cada uno de vosotros tras probarlo de primera mano. Eso es así.
La segunda experiencia a comentar será la del minijuego de plataformas Robot Rescue de Playroom VR, encuadrado en un paquete digital a descargar desde la Store de forma completamente gratuita. En este punto, salen a la palestra los muñecajos robóticos que ya nos acompañaron en su día cuando se lanzó la consola. Ante nosotros se dispone un mundo virtual que rezuma colorido, vivo y dinámico, en contraposición a la amplia mayoría de demos que tenemos a nuestra disposición desde el día de lanzamiento. Podríamos asemejar su estética a un Knack o, por qué no, a un Mario 3d World siempre salvando las distancias, por supuesto.
Manejamos, por tanto, a un robot en tercera persona que se va desplazando por el escenario mientras nosotros podemos mirar con total libertad a nuestros alrededores. De nuevo, la sensación de inmersión es bastante buena, y es una gozada sentir que estamos ahí justo detrás de nuestro avatar, como un ente silencioso que vigila sus pasos en todo momento. Me recordó por momentos a las sensaciones vividas en Mario 3d Land de Nintendo 3ds. Una buena demo para comprobar que no todo van a ser entornos cerrados, oscuros y deprimentes… o al menos, no debería ser así.
La tercera y última a comentar me dejó impactado al instante, como no podía ser de otra manera: Kitchen, la precuela de la precuela-demo de Resident Evil VII, por llamarla de alguna manera. El caso es que aquí sí que estamos ante escenarios cerrados, oscuros, deprimentes y, sobre todo, acojonantes. En primera persona vemos que estamos sentados, con las manos atadas -representadas por el propio mando entre nuestras manos- y hay una persona tirada en el suelo de la habitación, estilo Saw.
Tras girar varias veces la cabeza para acostumbrarnos a la vista subjetiva, dicha persona comienza a moverse en nuestra dirección. Aunque sus intenciones parecen amistosas, nos asombra porque, realmente, parece que está ahí de verdad. Es otra piedra de toque para comprobar qué significa la cacareada inmersión virtual de Playstation VR. Te da la sensación de que puedes tocarla, en sentido literal. Los gráficos en este Kitchen no parecen muy alejados de lo que ya vimos en la demo de Resident Evil VII hace unos meses.
Ya sabemos que, con los juegos VR, la consola no podrá gestionar la capacidad técnica que acostumbra con los juegos tradicionales. Ahí entrará la pericia y experiencia de los desarrolladores para hacernos creer que la calidad gráfica sigue estando ahí, que no cante mucho. Y aquí, a mi juicio, lo consiguen. Lo que viene a continuación son unos cuantos sustos cortesía de una niña chunga The Ring style, que juega con nosotros y con nuestra incapacidad por poder escapar. Dura poco, pero te deja la tensión metida en el cuerpo. La pregunta es, ¿sabrá Capcom gestionar esta tensión, propia del survival y acrecentada por el uso de Playstation VR, durante todo el juego? Lo veremos el año que viene.
De momento, esto es todo. Me encuentro gratamente sorprendido de lo que ha conseguido Sony con su periférico. Un periférico que, recordemos, abre un campo totalmente desconocido para el usuario de videojuegos medio, a un precio muy, pero que muy inferior al de competidores que se mueven en el terreno del PC de elevados requisitos. Y al ser algo nuevo, uno no puede evitar sentir ese cosquilleo que nos entra de cuando en cuando, al pensar que la historia del videojuego intenta dar otro paso hacia delante. No sabemos si dicho paso será largo, o firme, pero hay una conclusión que no podemos esquivar: tenemos que probarlo, sí o sí, al menos un par de veces.