Plenamente inmerso en la dinámica de reseñas y entrevistas acerca del libro Génesis, y con un sincero agradecimiento a todos aquellos que os habéis interesado en el libro y publicáis vuestras impresiones y opiniones acerca de él -creedme, resulta realmente valioso vuestro feedback-, me congratula poder hacerle hueco en el PixeBlog a un relato tan sorprendente como certeramente adecuado dentro del contexto del videojuego español de ocho bits. Lo firma mi gran amigo Taiyou y os prometo que os dejará con la boca abierta. No os lo perdáis.
El superhéroe andaluz de ocho bits que llegó a Japón
Un relato de Javi Taiyou
Los que me conozcan mínimamente sabrán que desde me he llevado más o menos dos décadas deseando visitar el país del Sol naciente. A pesar de que desde mi más tierna infancia la cultura japonesa ha influido en mí considerablemente, por un motivo u otro he tenido que ir postergando la idea de visitar Tokyo o cualquiera de las otras ciudades que pueblan el archipiélago japonés. Este mes de Agosto he podido corregir dicha anomalía, pudiendo conocer la capital japonesa durante 10 días.
Como podréis imaginar, uno de los primeros barrios que decidí visitar fue Akihabara. Originalmente albergando un pequeño número de tiendas de repuestos para radios (algunas de las cuales sobreviven estoicamente hoy en día), en la actualidad vive tomado por cientos de tiendas dedicadas al anime, los videojuegos, y centros recreativos de varias plantas. Y siendo lector habitual del Pixeblog, una de las primeras tiendas que tenía en mi lista era Super Potato, la cual podríamos considerar perfectamente como la meca del videojuego retro.Super Potato se compone de tres pisos en total, dentro de un edificio de cinco plantas.
Una vez llegué a la tercera planta del mismo me encontré en una sala abarrotada de estanterías, cada una dedicada a un sistema en concreto. La primera planta contenía juegos para sistemas como, entre otros: Famicom (NES), Super Famicom (SNES), Megadrive, MSX, Dreamcast, Neo-Geo, etc… Además pude contemplar en persona multitud de tesoros que sólo había podido conocer por fotos: una Famicom Box operativa, una WonderMega, una V-Saturn… además de vender disketteras de la NES (y sus correspondientes juegos) como el que vende cartones de huevos en el Mercadona.
La segunda planta contiene juegos más contemporáneos: Playstation, Nintendo 64, Saturn, Gamecube; además de guías oficiales y colecciones de bandas sonoras en CD (sorprendentemente caras estas últimas, por cierto). Ambas plantas tienen en sus baldas superiores televisores de tubo conectados a diversas consolas para poder degustar algunos de los juegos que tienen a la venta, y puedo constatar que la clientela habitual les da un merecido uso.
Finalmente, el tercer piso alberga un pequeño pero maravilloso salón recreativo, con un par de docenas de máquinas disponibles para jugar (generalmente emuladas, eso sí). Fue una experiencia fantástica poder jugar al Street Fighter II con unos canadienses que andaban por allí bicheando, o ver cómo muchos japoneses le daban caña a juegos míticos como Donkey Kong o The King Of Fighters 98 (con su fantástico escenario basado en La Alhambra de Granada).
Desde España recibí varios encargos que localizar en esta tienda, primeramente por parte del autor de este blog y también de UFO, el autor de First Stage. Este último tuvo mucha suerte y le conseguí traer tres joyazas de Dreamcast: The King Of Fighters 99 Dream Match, Street Fighter III Third Strike y Capcom VS SNK 2: Millionaire Fighting 2001. Por desgracia el primero no tuvo ninguna en ese sentido, ya que sus encargos fueron un poco más “sibaritas” y no hubo manera de localizarlos.
Sin embargo pude traerle algo mejor aún: una sorpresa vital y un misterio. Las paredes de la tienda están decoradas con pantallazos de decenas de videojuegos retro. Y he ahí que de repente me encontré ante una pantalla mítica que reconocí enseguida: “Capitán Sevilla”, un genial clasicazo español (concretamente desarrollado por Hi-Score en 1988). De hecho reconocí el pantallazo de MSX, pero justo debajo estaba otro de la colorida versión para Amstrad de la cual sólo me di cuenta posteriormente al ver los vídeos que hice.
Yo, que ya venía preparado con la portada del fantástico libro “Génesis”, escrito por Pedja y Spidey, para retratarla dentro de una tienda tan mítica como aquella, me quedé obnubilado ante tal serendipia. Creo que el encuentro en sí, y el poder tomar esta fotografía que veis al principio del artículo, fue una buena compensación ante la imposibilidad de conseguir para Jesús el Metal Gear de MSX. El vídeo que podéis ver a continuación es justo un instante después de haberme topado con este juego destacado en una tienda japonesa de tal calibre.
Días después volví a Super Potato (no se puede visitar una únicavez, en mi caso acabaron siendo tres) y aproveché el viaje para preguntar a uno de los dependientes el motivo de por qué estaba un juego como “Capitán Sevilla” ahí colgado junto a joyas hiper-conocidas como los Super Mario World de Super Famicom o los Metal Gear de MSX. El pobre hombre se quedó un poco picueto, para acto seguido decirme que él no había sido, y que seguramente lo puso alguien ahí porque simplemente “le gustaría o algo”. De tales declaraciones deduzco que esos pantallazos llevan ahí desde hace unos cuantos años, y seguramente ni siquiera era consciente el que los colgó que pertenecen a un juego de la Edad de Oro del Software Español.
Hace ya una semana que dejé atrás mi primera visita a Tokio, esperando que sea la primera de muchas. De entre las muchas experiencias con las que me quedo, guardo con cariño este fortuito encuentro entre las culturas videojueguiles de Japón y España. Mezcla que sin duda marcó mi infancia como usuario de un ordenador MSX. Si tenéis alguna teoría al respecto de qué hacían esos pósters ahí colgados, no dudéis en dejármelo saber en la sección de comentarios o en la publicación de Facebook, ¡unamos fuerzas para resolver el misterio del Capitán!
Efectivamente, yo estuve hace 5 o 6 años y ya estaba el Capitán Sevilla colgado. Así que por lo menos esos años lleva. 🙂
Saludos.
Vaya, Toni, se ve que nuestro superhéroe sevillano le ha cogido gusto con los años a las tierras niponas. Ahora tengo aún más curiosidad por saber quién lo llevó hasta allí 🙂