Review Dragon Age Inquisition Xbox One

Dragon Age Inquisition

Como desarrolladora experta en las lides del RPG, los canadienses de BioWare sentían el peso de la responsabilidad sobre sus hombros a la hora de firmar la siguiente entrega de la saga Dragon Age, debido principalmente a las críticas que se llevaron hace unos cuantos años respecto a Dragon Age 2. La opinión generalizada, sobre todo de los usuarios fieles a la compañía desde los tiempos de Baldur’s Gate, dictaminó que su profundidad y rigor no resultaba ser tan sólida como la que todos esperan de ellos, en especial si se comparaba con el primer Dragon Age: Origins, el cual se recuerda como una brillante traslación tridimensional de la mecánica que ya habíamos saboreado a través del mencionado Baldur’s Gate o de Icewind Dale -que desarrolló Black Isle mediante el engine de Baldur’s-, por poner dos ejemplos de sonado éxito.

La ingente cantidad de horas que depara la campaña y las sidequests incluidas en Dragon Age: Inquisition no dejan lugar a la duda: BioWare sigue en plena forma, y lo demuestra de cabo a rabo con este nuevo título. Se podría decir que Inquisition aúna un poco de todo lo bueno que la desarrolladora ha ido creando a lo largo de los años. En efecto, viviremos batallas de grupo que nos recordarán a las que libramos en la Costa de la Espada de Faerun, a la par que tomaremos decisiones mediante ruedas de diálogo muy similares a las que estamos acostumbrados a ver en la saga Mass Effect; incluso seremos conscientes de que se ha mantenido el estilo de combate ágil e intuitivo de la criticada segunda parte de Dragon Age, ya que, a la postre, resultaba ser lo mejor de dicha entrega.

BioWare, por tanto, se ha limitado a encajar las piezas para que el engranaje resultante quede lo más engrasado posible. Evidentemente, el trasfondo que se oculta tras la capa jugable encierra una mastodóntica historia que no decepcionará a ningún seguidor de la literatura fantástica, aunque, a fin de cuentas, todos sabíamos que el infinito talento de los canadienses no nos podían decepcionar en ese sentido.

Dragon Age Inquisition

Sobre dicho argumento, me ha llamado poderosamente la atención que se haya puesto a disposición del jugador una página web a la que se conecta mediante Origin, y que permitirá al jugador personalizar el ‘estado inicial’ de Thedas, el mundo donde se desarrolla la trama argumental de la saga completa, de modo que sea posible retomar la historia tal y como quedó tras haber completado las dos primeras entregas de Dragon Age. Quizá es mucho más laborioso que si hubiera manera de que detectara automáticamente nuestro progreso, pero no deja de ser una opción llamativa e interesante en materia de continuidad de la historia.

A la hora de crearnos nuestro avatar, tendremos un poderoso sistema de edición en nuestras manos. Es más complejo en términos estéticos que en el resto de aspectos, pero aún así cumple con creces su cometido. Entre las razas disponibles se encuentran los humanos, los elfos, los enanos y los qunari, mostrencos característicos por su fuerte complexión, elevada altura e imponente cornamenta. En cuanto a profesiones, no hay sorpresas: guerrero, mago y pícaro, algo que puede parecer escaso respecto a otros representantes del género, aunque pronto descubriremos que el árbol de habilidades de cada clase nos permitirá una vasta personalización de cada personaje conforme acumulemos experiencia.

Visualmente, pocas pegas se le pueden poner a Inquisition, ya que la tercera generación del motor Frostbite muestra sus potentes músculos a la hora de dibujar y mover escenarios propios de este tipo de fantasía, corroborando también su versatilidad funcionando en un entorno muy distinto al de la saga Battlefield o al de Need for Speed Rivals. En este sentido, a costa de recortar un poco la libertad de movimientos que tenemos en otros juegos más abiertos como Skyrim, se consigue un apartado gráfico sin parangón dentro del género, implementando momentos realmente épicos y espectaculares que perdurarán en nuestra memoria. Eso sí, las animaciones de los personajes bajan un poco el nivel, puesto que en demasiadas ocasiones se antojan algo robóticas. A destacar también, cómo no, la banda sonora firmada por Trevor Morris -con experiencia en componer para series como Vikings-.

En cuanto al plano jugable, no quiero dejarme sin comentar la introducción de la pausa táctica. Más bien, la recuperación de la misma, puesto que, aunque desapareciera en la segunda entrega, ya disponíamos de tal característica en Origins. De hecho, retrocediendo mucho más en el tiempo, en Baldur’s Gate ya era factible llevarlo a cabo. La pausa táctica no es más que detener la acción en tiempo real para poder escoger con detenimiento el siguiente movimiento a realizar por parte de todos y cada uno de los integrantes del grupo de personajes que manejamos. Es decir, podemos planear que nuestros magos y pícaros tomen posiciones elevadas desde la que realizar sus ataques a distancia, mientras que los personajes tanque arremetan contra los enemigos más poderosos. Incluso cabe la posibilidad de desencadenar combinaciones de ataque mediante tal sistema.

Dragon Age Inquisition

El caso es que dicha pausa es totalmente opcional. De hecho, se contrapone totalmente al estilo habitual de acción directa que propone el juego, digámoslo así, de serie. ¿Son compatibles uno y otro? Sí, por supuesto. Con todo, me queda la sensación de que tirar por la calle de enmedio para contentar a los que gusten ambos enfoques. Me puedo tirar diez minutos preparando mi táctica para luego desactivar la pausa e ir rotando entre los distintos personajes, manejándolos directamente y deshacer todo lo que había planeado. En cualquier caso, el sistema funciona si se utiliza bien.

Concluyendo, Dragon Age: Inquisition no defraudará a los que esperaban esta nueva entrega, e incluso puede ser capaz de hacer ganar nuevos adeptos a la causa, gracias a lo accesible e intuitivo de sus sistema de manejo en tiempo real. La enorme cantidad de horas necesarias para finiquitar el juego y la espectacularidad audiovisual son bazas muy poderosas a la hora de presentar candidatura a mejor RPG en mucho tiempo.

 

 

Publicado por

Pedja

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