Análisis Sniper Elite III Playstation 4

Sniper Elite 3

Estamos ante la tercera intentona de Rebellion por trasladar al jugador a la rutina que suele cumplir cada día una persona que sea sniper de profesión. Alguna más, si es que contamos un par de spin-offs que variaban dicha rutina para complicar un poco más el tema, trocando a los soldados enemigos por zombies duros de roer. Con toda seguridad, este Sniper Elite III alcanza la mejor nota de la saga, ya que logra refinar muchos de los aspectos que anteriormente chirriaban, además de añadir a la ecuación unos escenarios mucho más abiertos y un marcado componente de sigilo. Aún así, lo mejor del juego no lo aporta la compañía desarrolladora, sino el resto de distribuidoras: Sniper Elite III tiene pocos, muy pocos objetivos a los que marcar y volarle la cabeza. La generación de Playstation 4 y Xbox One, aún en pañales, presenta un catálogo lleno de plantas rodadoras del desierto, peleando unas con otras.

Así pues, el juego tiene vía libre para exponernos sus virtudes sin que nadie le moleste. Su aspecto gráfico en PS4 cumple con el expediente. No hay nada que nos impresione especialmente, aunque la tasa de imágenes, cercana a los sesenta -se puede fijar a 30-, resulta bastante estable; además, un puñado de efectos de iluminación bien puestos nos alegran el día. Como marca de la casa, el showtime lo aporta la cámara lenta y los rayos X que nos permiten deleitarnos en las consecuencias de nuestra buena puntería con el rifle de francotirador. Dependiendo de la zona de impacto, sumaremos más o menos puntos de experiencia. Aunque resulte muy continuista, lo cierto y verdad es que el sistema sigue funcionando de forma convincente. Al fin y al cabo, que la emulación de este tipo de acciones fallara sería fatal para un juego que lleva la palabra Sniper en su título.

Sniper Elite 3

Como comentaba en el primer párrafo, los dos aspectos más reseñables que acompañan a la jugabilidad tan particular de este título son la amplitud de escenarios y la relevancia de actuar sin ser detectados. El primer punto resulta a priori muy positivo, ya que debe aumentar la cantidad de estrategias a seguir. En la práctica, la cosa resulta más o menos bien; la mayoría de escenarios que presentan los ocho niveles de la campaña se encuentran bien diseñados, aunque es cierto que el diseño no es todo lo regular que uno desearía. Aunque pueda parecer un número reducido de fases, completarlas nos llevará un tiempo considerable, ya que no nos va a servir el entrar a saco «a lo Rambo» para limpiar de enemigos la base enemiga. Alcanzar alturas elevadas, marcar oficiales y actuar paso a paso es absolutamente imprescindible para completar con éxito cada misión.

Este apartado entronca directamente con el sigilo; en un giro claramente orientado a maniobrar de forma similar a clásicos del género, como Splinter Cell, deberemos estar atentos en todo momento al ruido que realizamos, además de no ponernos al alcance de los conos de visión de los enemigos. Hay buenos detalles como el poder sincronizar nuestros disparos con el fuego de metralla, para enmascarar nuestras fechorías, o la gran cantidad de artefactos disponibles para distraer al enemigo o plantearle trampas. Incluso el tema de acabar con vehículos blindados nos rememora algún que otro juego donde la infiltración silenciosa es la clave. Por desgracia, en muchas ocasiones se nos viene abajo el tinglado gracias a la deficiente IA enemiga, capaz de quedarse varios segundos delante nuestra antes de reaccionar, o pasar por alto un cuerpo tendido en el suelo.

Por último, conviene destacar sobremanera la amplia variedad de modos multijugador. Por un lado, las modalidades de tipo competitivo aúnan los clásicos Deathmatch con otro tipo de partidas más novedosas. Por ejemplo, en Rey de la distancia se premia al jugador que logre acertar a sus enemigos con mayor distancia de por medio, mientras que en No Cruces resultará imposible cargarse a los enemigos a bocajarro, obligando a los contendientes a afinar la puntería desde lejos. Por otro lado, se ofrece la posibilidad de jugar la campaña de forma cooperativa con un compañero, aunque se ha obviado la posibilidad de hacerlo en una misma consola mediante pantalla partida. Además, existen un par de modos en los que dos personas tendrán que trabajar en equipo: Supervivencia es el típico modo de resistir oleadas de enemigos, mientras que Vigilancia repartirá dos tipos de roles entre los jugadores: observador y tirador.

Sniper Elite 3

En resumen, Sniper Elite III exprime sus armas mejor que anteriores títulos de la saga y enriquece la acción tomando prestados algunos conceptos de otros géneros. Tiene errores, altibajos en la campaña y un tratamiento bastante extraño en lo que es el comportamiento de los soldados enemigos. Aún así, promete unas cuantas horas de diversión y un multijugador al que sacarle jugo. Seguramente le costaría destacar si coincidiera con títulos triple-A, pero en estos momentos es más que recomendable su adquisición para la sequía veraniega.

Publicado por

Pedja

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