Grabado a fuego lento en la memoria, marcas en la piel, músculos doloridos y señales de polvo y arena en la indumentaria de motorista. Era Excite Bike, un videojuego que Nintendo lanzara para su primera consola de sobremesa que tantas buenas tardes nos proporcionase. Nuestro caballo de dos ruedas recorría un circuito que parecía haber sido diseñado por nuestro peor enemigo. Rampas, zanjas amenazadoras, vallas y un sinfín de obstáculos capaces de hacernos caer a las primeras de cambio.
Lo más reseñable de Excite Bike era la aplicación de la física al movimiento de nuestro vehículo. Cada vez que tomábamos una rampa, debíamos balancear el peso hacia delante o hacia atrás. El programa realizaría sus pertinentes cálculos para determinar si aterrizábamos bien, si manteníamos el impulso y la velocidad, o si perdíamos el equilibrio. Años más tarde, desde Finlandia, la gente de RedLynx crearía el primer Trials heredando el espíritu y gran parte de la mecánica de aquellas excitantes motos.
Trials Fusion es la última iteración que nos llega de la mano de la propia RedLynx, ya apadrinada por Ubisoft, a la cual le pareció extremadamente interesante su propuesta, limada y perfeccionada a través de varias entregas. En Fusion se propone un nuevo salto, esta vez hacia el futuro, puesto que allí es donde se desarrollan las acrobacias de nuestro inefable piloto. Los escenarios de Fusion dejan atrás los parajes rurales, alojando circuitos que se atreven a sobrepasar rascacielos y otras construcciones vanguardistas, algunas de las cuales llegan a cruzar montañas o ríos. Son capaces de hacernos perder la concentración gracias a su detalle.
Sin embargo, quizás uno esperaba un subidón mucho mayor en el apartado gráfico. La oportunidad de haberse estrenado en la nueva generación de consolas se ha desaprovechado, al igual que la ocasión de maximizar los ricos recursos de un PC moderno. Es evidente que la tipología de juego con la que estamos lidiando no es la más apropiada para encender el letrero luminoso con la frase “Esto es la Next-Gen”, pero no hubiera estado de más un chute de potencia.
Por su parte, la jugabilidad permanece intacta, y esto es una enorme noticia. Retos de todos los colores, medallas que van de lo básico a lo milagroso, récords que superar, un fantástico editor con el que compartir nuestras creaciones diabólicas y puntuar las de otros jugadores y, finalmente, un modo multijugador concurrente que se convierte a la postre en la mayor novedad del juego. Sí, aquí nos volverán a evocar aquellos recuerdos de Excite Bike.
Aunque la navegación por los menús no es todo lo fluida y directa que uno desearía, sobre todo a la hora de reintentar circuitos con vehículos diferentes al que llevamos en ese momento, lo cierto es que pocos peros más se le pueden poner a esta nueva entrega. Su precio es bastante asequible para lo que estamos acostumbrados a ver hoy día, y el rendimiento que le sacaremos a cada euro invertido será más que suficiente para recomendar sin más preámbulo su adquisición en cualquiera de las plataformas para las que está disponible.
