“No intentes pasar, te dijo el viejo monje, pues seres horribles acechan en la oscuridad. Más mantén la calma, y al final del camino la luz brillará de nuevo sobre tí, prevaleciendo sobre las tentaciones.”
Con este enigmático texto, el videojuego que hoy nos ocupa saludaba al escéptico jugador, el cual adquiría un programa exclusivo para su venerado MSX, una máquina que los desarrolladores españoles solían ignorar, dedicándose única y exclusivamente a portar versiones de Spectrum, píxel por píxel, declinando aprovechar la superior capacidad técnica del estándar japonés.
Sin embargo, LuigiLópez realizó en 1988 para Topo Soft un meritorio esfuerzo por desarrollar un juego con una audiencia dedicada. El parqué de ordenadores MSX no era demasiado abultado en nuestra Piel de Toro, pero sí que eramos agradecidos con detalles como este. Obviamente, la tentación era irresistible.
Tras admirar la brillante interpretación de Azpiri en la portada, carguemos el juego en nuestro MSX virtual. Se trata de manejar al hermano Nonato, Noni para los amigos, monje de la Orden Vitigudina, en su particular cruzada contra los demonios. El aspecto obeso y simpático del personaje confundirá a sus enemigos, ya que Noni es capaz de pegar brincos a lo largo de cada pantalla, además de disparar flechas que pueden ser potenciadas con ciertos ítems que el programador ha tenido a bien cedernos de cuando en cuando.
Exigiéndonos al máximo nuestra habilidad con la tecla de salto y la de disparo, Temptations podía recordarnos en su desarrollo a títulos de origen japonés como el Treasure of Usas de Konami, palabras mayores. Es gratificante ver cómo nuestro héroe podía volar por la pantalla si encontraba las alas, en un efecto que veríamos en muchos otros títulos posteriores.
Si lográbamos dominar el efecto de inercia que tenía implementado el salto de Noni, comprobaríamos que la dificultad está más que ajustada, resultando de los títulos más jugables que se parieran en nuestro país por aquella época. La variedad de escenarios y el carácter simpático del personaje y sus antagonistas se exhibían en sprites nítidos y coloristas, con una animación increíblemente suave para Noni; apartados técnicos que, por desgracia, el resto de títulos hispanos para MSX apenas podían imaginar.
Con la melodía compuesta por Gominolas sonando en el menú principal y con un exasperante chirriar que crecía o disminuía en cada salto de Noni, llegamos al final de Temptations tras una brillante fase bajo el mar; al más puro estilo de los juegos de Sabreman de Ultimate, Luis López nos lanzaba un reto en los créditos del final: ¿Podrás con Ale Hop? El autor completaría su particular trilogía MSX para Topo con Ale Hop, Colt 36 y Temptations. Hoy día, objetos de coleccionista. Como oro en paño.
No sabía que todos eran del mismo, habría que hacerle un monumento a LuigiLópez por ser un GENIO como la copa de un pino. ¿Ya no hace cosas de MSX?
Ojalá siguiera haciendo juegos de MSX 🙂 Estoy intentando contactar con él para ver si le puedo hacer unas cuantas preguntas a modo de entrevista, espero conseguirlo 😀
De los 3 mencionados este no lo conocía. El caso del Ale Hop de niño (muy niño) recuerdo que me daba miedo la transición entre niveles, cuando la «bola» se montaba en una nave espacial y viajaba hasta el infinito (o pulsaras el botón).
Ale Hop es todo un reto, en muchos momentos un pequeño error y te chocas 3 veces seguidas, perdiendo la mitad de tu salud ahí =( (por no hablar del tiempo).
Con emulador de MSX lo jugué unas cuantas partidas pero no pude terminarlo, no sé si fui capaz de llegar al último o penúltimo nivel (me parece que solo son 5 o 6), pero bueno, de más joven recuerdo llegar a duras penas al 4º, así que es todo un logro.
En cuanto al Colt es un juego que me hubiera gustado jugarlo una vez más con el emulador, pero no he conseguido hacerlo funcionar. Está la pantalla de inicio y no me pasa de ahí =(.
Pd: La música de la intro del Ale Hop es la leche XD.
Recuerdo este juego. Muy buenos gráficos, pero lo compré un viernes por la tarde, y el domingo por la mañana ya me lo había pasado entero. Dificultad nula