1.- Need For Speed Most Wanted
Criterion se ha convertido en la presente generación en una auténtica garantía a la hora de aunar las dos características más relevantes que podríamos encontrar en un arcade de carreras: vértigo y diversión.
Ya sea derrotando a los rivales, escapando de la policía o por puro placer, conducir por Fairhaven es una de las mejores experiencias del año. Como perfecto resumen, nos hace recordar a Burnout Paradise sin olvidar las señas de identidad de la saga Need For Speed.
2.- Max Payne 3
La división de Vancouver de la todopoderosa Rockstar tenía ante sí un reto de tamañas dimensiones, sobre todo a la hora de enfrentarse con el elevado listón de los perros viejos del lugar, aquellos que disfrutaron con los dos primeros Max Payne, la invención del efecto «tiempo bala» y su historia de cine negro.
Dicho y hecho, Max Payne 3 es corto e intenso, plagado de diálogos afilados y escenas inolvidables, conservando la esencia de los tiroteos en tercera persona e integrando las coberturas con maestría. Las mejores siete horas que invertirás este año frente a tu televisor.
3.- Maldita Castilla
Déjenme que me empañe la vista por unos momentos a la hora de proclamar al juego de Locomalito como una de las tres mejores experiencias jugables del año.
Su continuo homenaje al arcade de mediados de los ochenta rivaliza en dura pugna con la oleada de leyenda medieval patria que rezuma cada personaje, cada sprite formado por píxeles que aparece en su esperada creación. No soy objetivo. Ni falta que hace: si no han jugado a Maldita Castilla, aún les quedan un puñado de horas para desfacer tamaño entuerto.