Habiendo recibido un buen puñado de regalos este pasado seis de enero y sintiéndome afortunado, no por recibir una buena cantidad de ellos, sino por poder disfrutar de personas cercanas que consideren sentirse felices acordándose de un servidor con sus presentes, me quedaría con uno de estos regalos para comentarlo en mi PixeBlog.
1001 videojuegos a los que hay que jugar antes de morir
Y este regalo no es otro que un libro del que había escuchado hablar vagamente hasta la fecha, sin tener demasiado detalle de cómo presentaba su contenido, de la calidad de redacción o de la maquetación que luce en sus abundantes páginas ilustradas. El libro se denomina 1001 videojuegos a los que hay que jugar antes de morir, y lo presenta Tony Mott, redactor jefe de la prestigiosa revista EDGE.
Resulta que Mott ha encontrado una auténtica cuadrilla de colaboraciones, hasta una treintena, que podemos asociar a EDGE; los créditos que se sitúan al final del libro así lo afirman, pero sí tenemos un poco de ojo clínico al revisar el libro, podemos apreciar sin problema el característico estilo que suelen presentar los textos de EDGE, concisos y concretos, a la par que amenos y elaborados, cuatro cualidades harto complicado de aunar en una redacción. Lástima que la traducción al castellano de la edición publicada por Grijalbo chirríe en algunos textos: mejorable y revisable en este sentido.
Como os habréis imaginado por el título, podremos leer hasta 1001 reseñas correspondientes a tantos juegos, cronológicamente ordenados y separados por décadas. La maquetación de cada reseña se va alternando; algunas columnas sólo incluyen el título del juego y su correspondiente texto; en otras ocasiones, la columna incluye una pequeña captura en la parte superior, mientras que a los juegos más señalados se le dedica una página completa, o incluso dos, dedicando una de ellas exclusivamente a una imagen del juego.
Al libro se le pueden poner algunas pegas, cómo no; yo, desde luego, hubiera dejado en manos de otra persona el prólogo; el elegido en este caso es el inefable Peter Molyneux, que en un intento de alabar a nuestro hobby favorito, acaba hablando más de su currículum que de otra cosa, algo que era de esperar. Y se me ocurren muchos nombres que seguro lo hubieran hecho mejor a la hora de presentar el libro, como Bushnell, Jon Ritman, los hermanos Stamper, Miyamoto, Suzuki, D. Perry, Y. Ono, Kojima o cualquier otro gran autor de videojuegos que no se mire tanto el ombligo.
Al respecto de la selección de videojuegos, es un tema algo delicado, como lo puede ser cualquier agrupación de juegos que clasifique a unos por encima de otros. Es curioso ver cómo algunos juegos grandiosos como Elite se mencionan en una columna de texto sin imagen, y a otros más discutibles como F.E.A.R. 2 se les dedican dos páginas.
Aún así, la selección es encomiable. No en vano, se ocupan cuarenta años de la historia del videojuego, y a diferencia de otros libros similares, en este caso no se olvida ningún sector, ya que tenemos títulos Arcade, juegos que vieron la luz en videoconsolas, clásicos de ordenadores de ocho y dieciséis bits, y títulos de las siguientes generaciones de sistemas hasta llegar a la generación actual. No se olvidan títulos portátiles, incluso plataformas móviles.
Muy destacable la selección, en suma, capaz de hacernos ver, página a página, la impresionante evolución tecnológica en la vida del videojuego, en una carrera en la que se han ido desgranando joyas, clásicos a los que siempre podemos regresar y a las que nunca debemos olvidar de rendir tributo, un tributo que este libro realiza con estilo.
Me dejo para el final la reivindicación a gritos que siempre hago, y que este libro, como muchos otros antes, vuelve a olvidar: sólo vamos a encontrar un juego español en la lista de los mil y un juegos: Commandos 2, un buen ejercicio de inteligencia y estrategia a cargo de Pyro. Es justo encontrar a Commandos 2, pero también me resulta triste no ver ningún juego español más, ni Risky Woods, ni Mad Mix Game, ni Blade, ni Castlevania: Lords of Shadows (este seguramente por la fecha de lanzamiento), ni siquiera la mítica Abadía del Crimen. Quizás sea el momento, pues, de editar un libro para rendir culto a los spanish games. ¿Alguien se apunta a esta aventura?
Me alegro que aun con sus pegas te haya gustado el regalo y que lo disfrutes y lo consultes muchito 🙂
A mi tambien me lo regalaron y solo una pega… solo esta dragon quest por parte de enix es un poco indignante ¿no te parece? porque se dejan en el tintero star ocean de enix y la «saga» soul blazer, illusion of time y terranigma, quizas parte de mi «indignacion» sea por que illusion of time sea mi preferido pero… en fin un gran libro y un gran regalo por parte del rey que te conoce muy bien.
un saludo
P.D.: buen trabajo
Hola.
Excelente regalo, tiene muy buena pinta.
1001 y un juegos antes de morirse, yo creo que es imposible terminárselos todos antes de morir. Bueno dice «jugar», mmm entonces a lo mejor 😉
Yo estuve en un tris de «autoregalármelo» las pasadas Navidades y decidí pensármelo un poco después de que el personal del FNAC de Castellana, amabilísimo, me dejase ojearlo durante un buen rato, ofreciéndome incluso un sitio en el que sentarme. En principio estoy bastante de acuerdo con el comentario de Pedja tanto para lo bueno como para lo malo, con el ventajoso añadido de que el percio me pareció muy razonable para el tipo de libro del que hablamos (poco dado a venderse bien más allá de los círculos más geeks) y todo lo que ofrece a cambio. Y sin embargo no acabó de convencerme, por increíble que parezca. Eché en falta cosas (menos juegos comentados en mayor profundidad habría sido una solución) y, para los que acostumbramos a leer durante nuestros traslados en transporte público, una división por volúmenes animaría a más de uno a pensárselo menos para comprarlo, porque el libro, en su actual formato, resulta un poco mastuerzo para llevarlo encima. Tres fascículos a diez euros cada uno habría sido todo un detalle.
Yo ojeé un poco el libro y pienso que sólo le falta, comentarios, argumentación técnica y comparativa de un conocedor y amante del vídeo juego, como tú.
El libro que comentas tiene un aspecto fantástico. Lo estuve hojeando hace unas semanas y a punto estuve de auto-regalármelo en Navidad, aunque al final el precio me acabó echando para atrás.
Y en cuanto a lo que comentas del libro sobre Spanish Games, yo mismo estaría encantado en colaborar… Tengo recuerdos entrañables de muchos juegos patrios de la época de finales de los 80 y comienzos de los 90… Si quieres que concrete más, yo podría ser el especialista en títulos de Opera Soft. Debí jugar a prácticamente todos los juegos de esa mítica compañía, habiéndome incluso acabado algunos de sus títulos que eran, al menos en teoría, imposibles de acabar por su endiablada dificultad. Eso sí… El concepto de la técnica «Ensayo y Error» tuvo para mi un nuevo significado a partir de entonces, ja ja ja!
Por cierto, enhorabuena por este excelente blog, que acabo de conocer gracias al consejo de un amiguete virtual a quien quizás conozcas, de alias «Otaku».
Un saludo!
Gracias por el ofrecimiento y los halagos, Bornie; si es el Otaku que pienso, sí, es buen colega 🙂 Y lo del libro lo comenté en serio. Si tuviera el suficiente tiempo para embarcarme en dicha aventura intentaría hacer homenaje a aquella época de nuestro software, algo desamparada en cuanto a literatura especializada se refiere.
Ey Pedja, gran análisis del libro. La verdad es que he tenido la oportunidad de tenerlo en mis manos un par de veces y la tentación de comprarlo se desvanece un poco cuando lo ojeo, tu análisis hace que la próxima vez que lo vea en el Vips, que es donde lo veo siempre, lo ojee de nuevo.
En cuanto al olvido del spanish game, totalmente contigo, y como jugón de antaño, cuantas horas de felicidad me dieron mi Amstrad, y el Sinclair de mi vecino!!!!!u, centa conmigo si de verás vas en serio con lo del libro, sea en lo que sea. No he escrito nunca artículos de análisis de videojuegos, pero no me da miedo animarme y si no en temas de documentación también puedo dedicar algo de tiempo.
Total, de tomar forma, tampoco sería una carrera, ¿no?
Un abrazo crack y de nuevo felicidades por el análisis.