Ahora mismo recuerdo ciertos comentarios que se montaron cuando hace unos cuantos años, Epic decidió lanzar la segunda entrega de Unreal Tournament, la vertiente multijugador que nació a partir de ese espectacular FPS que aún muchos seguimos manteniendo en un pedestal de honor e influencia hacia los venideros juegos de acción en primera persona. Total, que no se les ocurrió otra cosa que denominarla Unreal Tournament 2003. A esto le seguiría Unreal Tournament 2004. La gente lanzaba calumnias, pero ¡cómo diablos pueden tratar a un FPS como una saga deportiva con entregas anuales!
Finalmente, la amenaza no cristalizó, y de UT 2004 a UT III pasaron unos cuantos de años; y por cierto, que 2004 fue una entrega muchísimo más redonda que la siguiente. Pero eso no viene al caso: a lo que voy es que, tanto que se criticó en su día el tema, y Activision ha terminado generando una estrategia de lanzamiento similar, con el mes de Noviembre como arco temporal objetivo y sin faltar ni un solo año a la cita. Y oigan, nadie vende más que ellos.
Review Call of Duty Modern Warfare 3
Modern Warfare 3 viene firmado de nuevo por Infinity Ward, o al menos por los integrantes de la compañía que no se desligaron del grupo, en conjunción con Sledgehammer. De nuevo han arrasado en ventas, a la par que han levantado un polvorín en el prestigioso portal de notas metacritic, donde al parecer muchos seguidores han castigado la política continuista de la saga con notas propias de aquel gracioso repetidor del instituto que siempre nos daba por saco intentado copiarnos el examen.
Conste en acta que el ejemplo propuesto incluyendo la acción de copiar no ha sido a propósito, pero podría haberlo sido. La campaña de Modern Warfare 3, de hecho, se vuelve a copiar a sí misma, siguiendo una estructura idéntica a la de entregas anteriores. Soap y Price, auténticos héroes de guerra que, a tenor de lo que han aguantado durante la saga, podrían hacer la competencia a Jack Bauer y Chuck Norris entre otros veteranos, apuntillan -o esperan hacerlo- a Makarov, némesis icónico de la tercera guerra mundial que parece desatarse sin remedio alguno.
Echaremos unas pocas de horas en ventilarnos la campaña; más pocas que horas, aviso. Nada que nos asuste a estas alturas, aunque el nivel de explosiones, destrucción y eventos controlados por el guionista en general donde algo se cae, rompe o explota se aumenta de forma exponencial. Resulta curioso comprobar que regresa alguna escena de esas que el juego te permite omitir para que tu sensibilidad no se marche tan herida como la de Del Potro tras perder, de nuevo, la Davis antes España. No pasa de eso, de la curiosidad.
Es en la campaña donde más notaremos el nivel gráfico del juego; un nivel que tampoco ha cambiado desde el primer Modern Warfare, y que ahora se nota más desfasado que nunca, sobre todo si hacemos comparaciones mentalmente mientras jugamos. Hay varias escenas que dan el pego, sobre todo si están bien iluminadas, pero en otras ocasiones cantan bastante. Pero bueno, pronto, muy pronto, dejaremos de estar solos y nos apuntaremos al cooperativo o al competitivo online.
Y entonces ya se nos olvidan las taras tecnológicas causadas por el paso del tiempo. Un buen aperitivo en forma de Operaciones Especiales, una especie de anexo cooperativo paralelo a la campaña en la que seguramente encontraremos un reto mayor que en solitario, junto a otro compañero. Quizá nos decepcione algo el afrontar el modo «Horda Style«, ya que no hay rastro de zombies en las oleadas enemigas que nos asolan incansables, pero mucho peor será descubrir que sólo podemos participar dos personas de forma simultánea, algo aparentemente incomprensible.
Todo esto se antojará circunstancial al entrar en el multijugador. El diagrama de tarta que dibujase el tiempo dedicado a cada opción de juego simbolizaría bien a las claras lo que es Modern Warfare 3, con una enorme porción dedicada a este multijugador que ha sufrido algún que otro cambio, de reducido tamaño en apariencia pero de gran repercusión a la hora de la verdad.
Hoy día, con tanto que elegir, una de las claves para que el jugador no cambie su preferencia a la hora de sentarse en el sofá y decidir qué juego insertar, reside en no aburrirlo. Los CoD suelen durar bastante, algo que puede constatarse con las cifras de descargas de DLC para Black Ops o con el número de jugadores que aún pueblan los servidores de Modern Warfare 2 (tras dos años de su lanzamiento).
En este caso, consiguen picarnos de forma que nos permiten personalizar, aún más, la plantilla de soldado que manejamos en el multijugador: al dotar de progreso de nivel a las armas, las variables se multiplican, siendo posible personalizarlas aún más si cabe; todo ello unido a la ingente cantidad de retos y escenarios que habitualmente incluye este modo.
La variedad también incluye a los premios por rachas de muertes, los cuales ahora se dividen según la ambición que tengas: los más defensivos podremos acumularlos aunque caigamos, mientras que los más devastadores requerirán que, como ocurría hasta ahora, encadenemos frags sin que nos eliminen.
Por último, se introduce el tema de Elite, la aplicación que nos detalla con mimo todas las estadísticas de las partidas que juguemos, y que si accedemos a la versión de pago, nos dará acceso a una serie de torneos en los que la gente nos pintará la cara en pocos segundos, a la vez que nos dará acceso a los veinte contenidos descargables que se irán desvelando poco a poco; solo falta que las estadísticas incluyeran también la cantidad de bugs que se detectaron en Elite en los primeros días de lanzamiento.
Conclusión
La reflexión final seguramente debería hacer pensar a más de uno; nadie duda de la calidad y de la efectividad del juego del que hoy os he hablado, pero salvo tres o cuatro pinceladas en el multijugador, podría haber reciclado muchos de los párrafos del análisis que realizara hace dos años con la anterior entrega o hace cuatro con el primer Modern Warfare; en gamesajare ya lo han hecho, y nos le ha quedado nada mal.
Y la verdad que, pensándolo bien, se hace difícil ver llegar un punto de inflexión que revolucione este esquema de juego. Nadie en su sano juicio lo haría teniendo en su poder al videojuego que más llega a vender a lo largo del año. Como si de un blockbuster de Hollywood se tratara, esto es una fórmula que apuesta sobre seguro y que su público lo espera sabiendo lo que se va a encontrar. Sólo queda averiguar hasta cuándo quedará tela que copiar. Perdón, que cortar…