Que un preso se llame Kid Saguf desde luego es para sospechar de él, mucho más que de un tal Michael Scofield con todo el plano de la prisión tatuado en su cuerpo. El caso es que el tipo este, Saguf, parece un enclenque sin mucho cerebro, lo cual le vale para que pase desapercibido y los guardias ni le echen cuenta. Hasta que se lía a mamporros con el primero, claro.
Por cierto, a Saguf se le conoce como Dustin, y sale bien favorecido en la excelsa carátula obra de Alfonso Azpiri, con una apariencia que me recuerda al chico protagonista del cómic Mot, en versión ya adulta. Dustin es, principalmente, una videoaventura, desmarcándose un poco de los estilos que se llevaban por aquella época: arcade de ensalada de disparos o plataformeo ensayo-error con saltos medidos al milímetro.
Aún así, Dustin no se libraba de estar amenazado durante todo el juego por la espada de Damocles que simbolizaba la elevada dificultad impregnada en su propia concepción jugable; ya se sabe que se solían realizar los juegos lo más jodido posible, seguramente para alargar su duración. Con todo, Dustin era más asequible que otras pesadillas contemporáneas como Abu Simbel Profanation.
Controlamos al preso, al cual podemos mover a lo largo de cada pantalla del juego, primero en la prisión, luego en los patios y exteriores de la cárcel y por último en una extraña selva, con mago incluido. La clave estaba en recolectar los objetos que necesitábamos para avanzar.
Hay que destacar que los guardias debían ser abatidos a base de puñetazos o utilizando diversas armas (como cachiporras), algo que nos reportaba una serie de objetos que servían de moneda de cambio para que otros presos y personajes repartidos por el mapeado nos canjearan items mucho más valiosos que un simple paquete de tabaco. Esto conllevaba que la aventura se viera aderezada con gotas de acción, resultando una curiosa mescolanza de géneros.
El diseño gráfico estaba bastante currado, los personajes tenían un buen tamaño y destilaban un diseño bastante caricaturesco, alejándolo de la seriedad que podían tener juegos contemporáneos de temática similar, como el recordado The Great Escape de Ocean. Eso sí, el apartado sonoro era bastante flojo.
El programa original era obra de Enrique Cervera, mientras que Pedro Sudón realizó la versión para MSX -desgraciadamente calcadita a la de Spectrum- , Luis Rodríguez y Snatcho colaboraron en los gráficos de la versión Spectrum y el todoterreno Javier Cubedo realizó la parte gráfica para Amstrad CPC, resultando bastante llamativos y coloridos.
En resumen, Dustin no suele ser considerado de los mejores programas de Dinamic, pero siempre derrochó bastante personalidad y tenía el mérito de ser bastante diferente al grueso de juegos que se realizaban en nuestro país en aquella dorada época.
Me gustó Dustin. Tenía ambientillo, era de esos escasos juegos que verdaderamente te transportaban más allá de la pantalla.
Buena reseña, amigo mío.
Oh si, el Dustin, cuantísimo lo recuerdo, no me lo acabé, aunque creo que mi hermano si no se lo acabó cerca le anduvo. La verdad es que no entendía bien (en su día) como iba todo, pero comprendí que era una mezcla de acción y medio aventura gráfica de objetos y esas cosas, resultaba interesante ver como interactuabas con los personajes.
Sin duda, un juego diferente con la media, un gran juego ^^.
Este Dustin me lo acabe en mi CPC (mirando la solución, por supuesto). Recuerdo que me gustaban los gráficos y que fuera mas jugable que otros (no te asaltaban enemigos aleatorios a cada paso). Sin embargo recuerdo que me molestaba que, a veces, a la hacer una ación el control no respondia bien y no estaba seguro si había pasado algo o no.
Una pena que no saliera para C64, otro que se quedó en el camino de las conversiones.
Lo que se ve es una gran diferencia entre los gráficos de MSX/Spectrum y CPC!
Uno de los juegos más originales de Dinamic, una aventura gráfica totalmente aplicada al potencial de las 8 bits.
Nosotros estuvimos a nada de acabarlo, pero sólo en una ocasión y nunca llegamos a ver el final. Una pena que como siempre, la conversión a MSX fuera un mero port de Spectrum… Juegazo igualmente.
A ver si no me equivoco, pero este tipo de juegos y sus personajes están realizados con trocitos que contribuyen a la configuración de sus personajes, mobiliario y paisaje. Se denominan píxeles a así, y dan nombre a tu blog. Pués me gustan más estos juegos, o quizás sea, que soy ya también como ellos, antiguo.
Papurri, estás en lo cierto. Y tranquilo, aquí antiguos somos prácticamente todos, de ahí nos sale la tremenda nostalgia por el píxel!
Quizá no uno de los grandes éxitos de Dinamic, pero siendo justos, gracias a que tenía un nivel de dificultad más que razonable, se le podían exprimir horas y horas de disfrute, cosa que no pasaba con la mayoría de los grandes títulos nacionales.
De todos modos, cuando entré en una de las celdas y vi un preso limando los barrotes, el juego me ganó para los restos. 🙂