Retrovisión: Contra / Gryzor

La jungla, soldados a tutiplén y una invasión alien de por medio. Detalles aderezados con la calidad que sólo Konami sabía imbuir a sus grandes producciones. Así era Gryzor. Para mí, la más pura y absoluta definición de Arcade De Acción. Cualquier otro juego que quiera calificarse como tal, debió pasar por las sabias directrices marcadas por este incombustible coin-op. Y para mi colega Spidey, el texto que sigue a continuación.

Lo más serio y peliculero que había sacado Konami hasta la fecha (situándonos en nuestro retro-contexto a mediados de los ochenta) era el genial Green Beret. Gozada absoluta de arcade en la que un experto boina verde (del que algunos perros viejos de la compañía afirman que se trataba de Roy Campbell, el coronel de Snake en Metal Gear) se abría paso por el terreno enemigo liándose a machetazos con todos los rusos que se le cruzaran por delante.

Una pasada de recreativa que, por decirlo de alguna manera, tendría su continuidad en Gryzor. Y esto a pesar de no tener nada que ver un juego con el otro (en términos de historia, argumentales, etc), pero así lo considera la compañía japonesa de la misma manera que enlaza los caminos de Scramble con el de Gradius.

En todo caso, Gryzor (o Contra, como lo conocimos por estos lares) sorprendía, a pesar de partir de un esquema parecido al de Green Beret. Cierto es que se notaba a tres leguas la influencia de películas como “Aliens” o “Predator”, sensación que se traducía a la perfección gracias a la notable ambientación y a esa acción sin límites, todo ello fruto de esa maravillosa amalgama de píxeles y bendito código binario tan marca de la casa. Bill Rizer (Arnold Schwarzenegger) y Lance Bean (Sylvester Stallone) manifestaban sus belicosas intenciones paseándose por todo tipo de escenarios saltando y disparando sin cesar.

En este sentido, Gryzor sorprendía por implantar la alucinante posibilidad de disparar en ocho posibles direcciones, pudiendo acabar con los enemigos sitos en las diagonales, arriba, etc. Este movimiento era uno de los ejes por los que Contra resultaría amado por propios y extraños, haciendo que posteriores representaciones arcadianas como Megaman o Xain’D Sleena parecieran lisiados. Más aún chocaba en Gryzor la alternancia de fases en las que se cambiaba radicalmente la perspectiva de juego, introduciéndonos en unos túneles de apariencia tridimensional que, reconozcámoslo, entorpecían sobremanera el ritmo del juego.

Convertido a multitud de plataformas, había que reconocerle el mérito a Ocean por haber logrando generar unas conversiones más que decentes a Spectrum, Amstrad CPC y Commodore 64. Konami hizo lo propio con una particular versión MSX, que cambiaba no pocos aspectos del arcade original. Sin embargo, mítica resultó la traslación a la videoconsola NES, donde la compañía japonesa hizo acopio de su buen hacer y parió uno de los mejores cartuchos de la máquina de Nintendo.

Contra

Eso sí, en todos y cada uno de los casos la dificultad era un parámetro común. Esto se magnificaría incluso en las secuelas, a cual más exigente. Lejos de desanimar al personal, Contra etiquetaba automáticamente de “true hombre” a aquel que le echara valor y se adentrara en la jungla en busca de la base alienígena. Una leyenda que a todas luces merece ser revivida cada cierto tiempo, porque, como con los buenos vinos, Contra, nuestro Gryzor, no hace más que mejorar con el paso de los años.

Texto: Spidey

Publicado por

Pedja

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2 thoughts on “Retrovisión: Contra / Gryzor”

  1. Es cierto que la versión MSX era un poco peregrina y que a mí no terminó de gustarme demasiado… Sin embargo, fue un buen juego con una banda sonora en SCC bastante potable.

    De todas las versiones me quedo con la de Arcade.

    Un saludo.

  2. Yo jugué el de nintendo, solo que tenía un error que hacía que solo pudieras pasar 1 misión, pasabas la primera, y al pasar la 2º se volvía a repetir.

    Solo eligiendo otro «contra» (ya se sabe, esos packs de 100 juegos en donde el contra aparecía 20 veces) podías cambiar de misión, pero resultaba bastante engorroso.

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